Vigorexia en adolescentes: sus síntomas y efectos en jóvenes

La imagen corporal, informa Fundación Imagen y Autoestima, es la representación que tiene cada persona acerca de su aspecto físico. Incluye cómo se ve a sí misma y cómo se percibe al mirarse al espejo, es decir, cómo la persona creé que es. Esta imagen corporal se construye a través de diversos aspectos, como la historia de la persona, su cultura, sus aprendizajes y su definición de belleza. La adolescencia es una de las etapas que influye en la imagen corporal, pero también hace vulnerable a la persona de presentar problema, como la vigorexia.

En la adolescencia, las y los jóvenes aprender a construir quiénes son. Gran parte de ello ha sido bajo la influencia de sus familiares y círculos cercanos, en la adolescencia aprenden a construir su imagen corporal también desde sus amistades, sus intereses, sus sueños y sus frustraciones. Por ello, es necesario que las y los adolescentes cuenten con las herramientas necesarias para evitar sentirse y verse vulnerables ante los ojos de las demás personas.

¿Qué es la vigorexia? ¿Cómo afecta a las y los adolescentes? ¿Cómo identificarla? ¿Cómo construir una imagen corporal saludable? Son algunas de las preguntas que resolveremos en esta nota. Antes de iniciar, recuerda que la imagen corporal es un proceso y continuamente se reforma y refuerza. Apóyate de tus círculos cercanos cuando sientas que necesitas ayuda para atravesar situaciones difíciles y aprende a tratar con empatía tanto a las demás personas, como a ti.

¿Cómo se comporta una persona con vigorexia?

De acuerdo con Psicología y mente, la vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno mental donde la persona que lo padece se obsesiona con su aspecto físico. Ante ello, la persona comienza a cambiar su conducta alimentaria y hábitos diarios con el fin de alcanzar una imagen que tiene en mente y considera que jamás alcanzará. Al no cumplir con sus expectativas, la persona nunca tendrá una imagen corporal suficiente para ella misma, llevándole a tener problemas en sus relaciones y vida.

Según CuídatePlus, tener una baja autoestima, tener un alto nivel de autoexigencia, tener una personalidad obsesiva o haber vivido acoso escolar o bullying por su aspecto físico, son algunos de los factores que pueden incidir en la vigorexia en la adolescencia. Los síntomas que caracterizan a la vigorexia pueden incluir intensidad constante en el ejercicio, distanciamiento de labores cotidianas, preocupación por la alimentación y consumo de sustancias para estimular el desarrollo muscular.

Para prevenir la vigorexia en las y los adolescentes, Compartir en familia recomienda educarles desde la infancia para reconocer la relevancia de una alimentación saludable donde se evite una obsesión tanto en la alimentación, como en la imagen corporal, así como fomentar la autoestima y resiliencia para no dejarse llevar por las opiniones de las demás personas.

A la par, el portal aconseja fomentar el practicar deportes en lugar de acudir al gimnasio para evitar desarrollar vigorexia. En caso de ir al gimnasio, impulsar a las y los adolescentes a realizar ejercicios conforme a su edad y condición física avaladas por un entrenador profesional. En caso de identificar vigorexia en un adolescente, la opción será acudir con un profesional de la salud en la psicología con el fin de encontrar el origen y dar solución.

Por su parte, Nemours TeensHealth recuerda que para fomentar una imagen corporal saludable en adolescentes, las personas deben aprender a aceptar que nadie es perfecto, evitar avergonzarse del cuerpo, evitar compararse con otras personas y aceptar los elogios recibidos. A la par, la y el adolescente puede trabajar en una relación más sana con su cuerpo construyendo poco a poco una autoestima resiliente. 

(Con información de Fundación Imagen y Autoestima, Psicología y mente, CuídatePlus, Compartir en familia, Nemours TeensHealth)