La Clínica Mayo explica que la enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia. La enfermedad de Alzheimer es el proceso biológico que comienza con la aparición en el cerebro de una acumulación de proteínas en forma de placas amiloides y ovillos neurofibrilares. Esto hace que las neuronas cerebrales mueran con el tiempo y el cerebro se encoja.
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La enfermedad de Alzheimer no tiene cura, sin embargo, se ha encontrado que tener buenos hábitos en tu vida diaria puede prevenir esta enfermedad, por lo que a continuación, te contamos la cantidad de pasos que debes caminar a diario.
La cantidad de pasos que debes caminar para prevenir el Alzheimer
Según una investigación publicada en Nature Medicine que por primera vez establece una cifra concreta: entre 3 mil y 7 mil 500 pasos diarios pueden ser tu mejor escudo contra esta enfermedad.
El estudio, dirigido por la neuróloga Jasmeer Chhatwal del Hospital General de Massachusetts, siguió a 300 adultos entre 50 y 90 años durante nueve años, revelando que cada paso cuenta literalmente en la batalla contra el deterioro cognitivo. Lo más impactante: los beneficios máximos se obtienen con una cantidad alcanzable para la mayoría de las personas.
La dosis exacta que marca la diferencia
Los investigadores descubrieron un efecto escalonado sorprendente. Quienes caminaban entre 3,001 y 5,000 pasos al día mostraron una acumulación significativamente menor de proteína tau en el cerebro y un deterioro cognitivo más lento. Pero la verdadera sorpresa llegó con el siguiente nivel: entre 5 mil y 7 mil 500 pasos diarios, los beneficios se multiplicaron.
Sin embargo, aquí está el dato que desafía las creencias populares: superar los 7,500 pasos no proporcionó ventajas adicionales contra el Alzheimer. "Encontramos un punto dulce donde el ejercicio muestra su máximo efecto neuroprotector", explicó Chhatwal en entrevista con The New York Times.
El mecanismo que explica el por qué
La investigación ilumina por primera vez el proceso biológico detrás de este efecto protector. Mientras que la actividad física no mostró impacto en los niveles de beta-amiloide (otra proteína asociada al Alzheimer), sí demostró una correlación directa con la reducción de los "ovillos neurofibrilares" de tau.
Estos ovillos, que se forman dentro de las neuronas y se propagan por el cerebro, son los principales responsables del mal funcionamiento de las células cerebrales que conduce al deterioro cognitivo. El ejercicio actúa como un freno natural a este proceso destructivo, especialmente en personas que ya presentan acumulación de amiloide.
¿Quiénes son los más beneficiados?
El estudio reveló un hallazgo crucial: los mayores beneficios se observaron específicamente en personas que ya tenían acumulación significativa de beta-amiloide en el cerebro (aproximadamente 30% de los participantes). En este grupo de alto riesgo, cada paso entre 3 mil y 7 mil 500 marcó la diferencia entre un deterioro acelerado y una vejez con lucidez.
Por el contrario, quienes comenzaron con niveles mínimos de amiloide no mostraron cambios significativos relacionados con la actividad física. "Esto sugiere que el ejercicio es especialmente crítico para quienes ya están en la senda del Alzheimer", afirmó Chhatwal.
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