ENFERMEDAD CARDIACA

“Tras mi diagnóstico de enfermedad cardiaca corrí un maratón, no me rendí”

Durante el periodo de enero a junio de 2023, las defunciones por enfermedad cardiaca fueron la primera causa de muerte a nivel nacional, con mayor prevalencia en hombres

Interrogando al DAI.
Enfermedad cardiaca.Interrogando al DAI.Créditos: Francisco Rivera
Escrito en ESPECIALIDADES el

Francisco Rivera tiene implantado un DAI, es decir, un desfibrilador automático implantable; un aparato electrónico que restablece el ritmo cardiaco normal por una descarga eléctrica de alto voltaje para detener las arritmias que sufre por una enfermedad cardiaca

Tiene 51 años de edad, y a diferencia de un común denominador de los pacientes con enfermedad cardiaca o problemas en el corazón, su estilo de vida, antes y después de la cirugía, es el de un hombre apasionado por el deporte.

Me explica para SuMédico: “Yo tengo una cardiopatía hipertrófica ventricular izquierda, así aparece en el diagnóstico. Lo destacable de estas hipertrofias es que son causa de algún tipo de arritmia ventricular que tienden a ser muy peligrosas, incluso una forma de manifestarse es la famosa muerte súbita. Yo fui asintomático prácticamente toda mi vida, nunca tuve el menor rasgo de tener un padecimiento”.

Sin embargo, Francisco, quien es psicólogo y artista plástico, un día se encontraba jugando futbol con sus alumnos como portero “cuando en una acción y tras un rodillazo obtengo una lesión en las costillas medio severa, que hace que el doctor del campus me refiera e insista a ir con un cardiólogo. Y cuando él reviso la placa detecta que tenía una hipertrófica cardiaca. Visualmente mi corazón era muy grande. Cuando fui al cardiólogo comenzó una serie eterna de estudios”.

Tras su diagnóstico de enfermedad cardiaca, Francisco no se rindió

Fue cuando tuvo que suspender una serie de actividades. “¡Me prohibieron la bicicleta, me prohibieron todo! Fue como que todo se paró. Desplacé mi objetivo de correr los 400 metros por debajo del minuto …pero decidí no rendirme” exclama. Y continuó con el proceso para que se definiera cuál era su diagnóstico. Mientras tanto encontró, como él dice, “un hueco en la lectura”, y comenzó a trotar: “Encontré un ritmo de meditación”, reflexiona.

Posteriormente su cardiólogo hizo una ecografía cuatridimensional para determinar las estructuras celulares del corazón y poder tener más precisión en el establecimiento diagnóstico final: Una cardiopatía hipertrófica ventricular izquierda.

“Pero yo estaba entrenado para correr un maratón. Y decidí correr mi primer maratón de la Ciudad de México justamente como a la semana de tener el diagnóstico confirmado. No lo considero de ninguna manera una acción irresponsable, sino todo lo contrario. Pasé, te podrás imaginar, por 60 cardiólogos, unos muy famosos”, rememora.

Tras el diagnóstico final y la implantación del desfibrilador automático implantable, comenta: “Es una operación muy interesante, es una intervención en la que el DAI va atornillado al corazón, o sea, se atornilla y se siente como te lo atornillan, es una cosa muy particular y estás consciente, no te duermen. Es una intervención que tiene rasgos interesantes en cuanto al manejo mental. No es tanto, si hay dolor, eso ya es un subjetivo, pero lo que sí hay es como toda una sensación de intervención. Te atornillan cosas en el corazón”.

Cuando comenzó la pandemia por covid-19, Francisco aún seguía en recuperación. Para limitar los riesgos de cualquier infección permaneció seis meses sin salir de casa.

Francisco Rivera, en recuperación de la implantación de su DAI. 

Día Mundial del Corazón

Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, es promovido por la Federación Mundial del Corazón, y en México por la Sociedad Mexicana de Cardiología. Se trata de una fecha que busca concientizar acerca de la importancia que tienen las enfermedades cardiovasculares en el impacto de la salud global.

En entrevista con SuMédico, Mario Ornelas, médico internista, cardiólogo y electrofisiólogo técnico, un cardiólogo que se especializa en el diagnóstico y tratamiento de las arritmias cardíacas, afirma: “En México, tan solo en el año pasado se ha registrado que el 25% de las muertes fue secundario a enfermedades cardíacas”.

 Mario Ornelas, médico internista, cardiólogo y electrofisiólogo técnico.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el periodo de enero a junio de 2023, las defunciones por enfermedad cardiaca o enfermedades del corazón fueron la primera causa de muerte a nivel nacional. Es decir, un total de 105 mil 752 defunciones; de las cuales 48 mil 702 fueron mujeres, y 57 mil 040 hombres.

El doctor Ornelas explica que estas muertes se relacionaron principalmente con la enfermedad arterial coronaria, “que hace referencia a aquella condición en la cual el colesterol a lo largo del tiempo se va depositando dentro de las paredes de las arterias coronarias, que son las que van a llevar los nutrientes al corazón y esa progresión va a llegar a la generación de infartos y, por tanto, esa es la máxima expresión de la enfermedad cardiovascular.

Contextualiza que es un fenómeno que ocurre aquí y en otras partes del mundo. Que, además, genera un alto costo a los sistemas de salud, ya que al representar la principal causa de mortalidad implica un alto impacto económico a los sistemas de salud pública, y también en la vida personal de cada individuo.

El especialista expone que las cardiopatías son múltiples: “La principal es la enfermedad arterial crónica, que representa la mayor de ellas en cuanto a incidencia en la población. Pero existen otras que también generan interés o consternación acerca de la salud como son las enfermedades de las válvulas cardíaca, arritmias, y defectos congénitos que serían en menor medida”.

A decir de una cardiopatía hipertrófica ventricular izquierda, como la que tiene Francisco, señala que ésta “hace referencia al crecimiento en cuanto al espesor del músculo de los ventrículos que son las cámaras del corazón que se encargan de transportar la sangre”.

Para él, esto no es un marcador de riesgo de muerte súbita. “En general la que da más grado de preocupación en cuanto al riesgo de muerte súbita cardíaca es la presentación de miocardiopatía hipertrófica septal, ya que genera mayor riesgo de arritmias ventriculares, genera mayor riesgo de dilatación de auricular izquierda principalmente y también la aparición de arritmias auriculares, como es la fibrilación auricular”.

Señala que el impacto de justamente la miocardiopatía hipertrófica es reconocer a los individuos prontamente. Quien tiene ese mayor riesgo de muerte súbita debe emplear las medidas que puedan prevenirlo y además realizar el abordaje de toda la familia mediante test genético para identificar qué otros familiares también padecen la enfermedad. Así como tomar en cuenta características como el colesterol alto, diabetes, hipertensión o sobrepeso.

Se nos olvida nuestra condición de mortal

A Francisco le parece destacable narrar que él cuenta con un historial de actividad física intensa, de los 16 a 25 años práctico intensamente ciclismo de ruta, posteriormente fue corredor y trabajó en bajar su velocidad, y en lo sucesivo el deporte siempre ha sido parte de su vida. Actualmente está medicado, su principal modo de transporte es la bicicleta, y a la fecha actual ha corrido casi 12 maratones.

“Tengo una cirugía de corazón en este momento, y el único síntoma que he tenido me lo provocó un medicamento”, un antiarrítmico que había tomado por prescripción médica. Sin embargo, narra que la reflexión sobre la muerte ha sucedido en distintos momentos durante el proceso. Para él es importante mencionarlo, pues señala que muy fácilmente se nos olvida nuestra condición de mortal.

“Sorprendente sería llegar al doctor y que te dijera que vas a ser inmortal, ¿no? … Es importante desde mi perspectiva con este aprendizaje regresar a las bases. O sea, no está mal morir. Nadie pierde la batalla con las enfermedades. Son ciclos normales. Hay que normalizar el hecho de vivir, crecer, enfermar y morir”.

“Creo que tiene que ver con esta concepción de no rendirse. Cada corazón es un mundo. Eso es una circunstancia de cada quien. Cada quien debe vivir su corazón y su vida como crea y a través de un autoanálisis importante. Yo siempre soy escrupuloso, acabo de ir a mi revisión hace una semana”, finaliza.

La mamá de Francisco observando las radiografías de su DAI.

Enfermedades cardiovasculares son una pandemia

A decir de la enfermedad arterial crónica, el cardiólogo Mario Ornelas reflexiona: “Uno de cada cuatro personas mueren por enfermedades cardiovasculares, es un número nada despreciable. Significa que más de una persona que nosotros conocemos va a padecer la enfermedad, entonces eso nos debe generar la consternación o la pregunta retórica de: ¿Entonces yo también soy un individuo que puedo tener el riesgo de tener enfermedad cardiovascular?”.

Para este médico, generar esa conciencia es el primer paso, puesto que conforme envejecemos nuestras condiciones metabólicas van a ir cambiando, pero podemos tomar las riendas del curso de nuestra vida en cuanto lo decidamos.

¿Cómo? “Llevando a cabo un estilo vida sano, con dieta, ejercicio y chequeos médicos. Justamente buscar enfermedades crónico-degenerativas mediante el tamizaje de glucosa, presión, colesterol, y función renal”, dice y agrega, “un paciente gana más todavía cuando se puede atacar la enfermedad desde antes de su presentación, porque una vez que ya está el daño instaurado por una enfermedad manifiesta, ese daño ya no se quita”.

La importancia de esto, radica en que ese daño puede progresar y la enfermedad cardiaca en su historia natural, cuando no es bien atendida, tiende a progresar, y a deteriorarse, hasta llevar al punto del decline y la muerte finalmente.

“Reitero, es causante de una de cada cuatro muertes en la actualidad, no es un fenómeno que observemos aisladamente, es una pandemia”.

Finalmente, para el cardiólogo Mario Ornelas, “el Día Mundial del Corazón nos invita justamente a crear esa conciencia de cada uno de nosotros, de tomar las pautas necesarias para poder cambiar el impacto a largo plazo. Cambiar nuestro pronóstico. Hacer la intervención que gire por completo hacia dónde va nuestra salud cuando envejezcamos. A tener una salud cardiovascular óptima o tener una salud cardiovascular deteriorada y que eso sea lo que determine cómo va a ser nuestra salud el resto de nuestras vidas”.

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