En México se registró en 2021 un total de 90,525 fallecimientos por tumores malignos. De estos, 7,973 fueron por cáncer de mama y el 99.4% de los casos correspondieron a mujeres, señala el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Debido a que la tasa más elevada de defunciones se presentó en el grupo de mujeres de 60 años en adelante (48.24%) los datos sugieren la importancia de implementar acciones preventivas para mejorar el pronóstico de cáncer de mama en el país y reforzar los esfuerzos médicos para alcanzar a todas las poblaciones que necesitan atención.
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Actividad física, una medida de prevención
El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT), señala que una alimentación adecuada y la práctica regular de actividad física son factores esenciales para prevenir el cáncer de mama y reducir su incidencia. Combinar estos hábitos con un seguimiento médico periódico, contribuyen a mejorar la calidad de vida.
De cuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018, el 17.2% de la población total de mujeres mexicanas de 20 a 69 años realiza menos de una hora de actividad física por semana, y el 32.5% menos de 21 minutos.
El sedentarismo y la falta de actividad física es una de las principales causas de obesidad, enfermedades del corazón, diabetes tipo dos, osteoporosis y el desarrollo de ciertos tipos de cáncer entre los que figura el de mama, colon y útero, informa la revista MedlinePlus de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Beneficios de la actividad física para el cuerpo en general
La actividad física cuenta con grandes beneficios para la salud del corazón, cuerpo y mente. Esta contribuye a la prevención y gestión de enfermedades no transmisibles como el cáncer y reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad, mejorando el bienestar general de las personas, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen riesgo de muerte entre un 20% y 30% mayor que aquellas que realizan niveles suficientes de ejercicio. A nivel mundial uno de cada cuatro personas adultas no alcanza los niveles de actividad física recomendados.
De acuerdo con la OMS, las personas mayores de 18 a 64 años de edad deben realizar actividades físicas aeróbicas moderadas al menos 150 a 300 minutos a la semana o menos de 75 minutos si son actividades aeróbicas intensas.
Por su parte, las personas que han sobrevivido al cáncer de mama, la actividad física mejora la calidad de vida y aumenta la supervivencia. Es importante señalar que la actividad física debe ser individualizada tomando en consideración la condición y capacidad física de cada persona.
La actividad física, indicada de manera dirigida y supervisada, generará efectos positivos, emocionales y físicos en pacientes con cáncer de mama, señala el CONAHCYT.