Clara, una mujer de 36 años de edad que ha convivido con la depresión durante tres años, nos confió el momento en que decidió buscar ayuda: “Sentí que había algo más fuerte que yo y que no podía sola con eso. Algo no andaba bien, no era normal”. Este reconocimiento personal marcó el inicio de un proceso que la llevó a urgencias en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde fue atendida por una especialista que confirmó el diagnóstico tras una crisis severa.
El Día Mundial Contra la Depresión, que se conmemora cada 13 de enero, nos invita a reflexionar sobre una enfermedad que, aunque silenciosa, afecta profundamente a millones de personas. En este reportaje compartimos las opiniones de una paciente, una psicóloga y un psiquiatra para explorar distintas aristas de esta compleja condición.
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En entrevista con SuMédico, la psicóloga Carolina Cid Medina explicó que, antes de medicar, es esencial realizar un diagnóstico exhaustivo mediante pruebas psicométricas y una evaluación clínica completa. Esto permite entender el estado de ánimo, la duración de los síntomas y las estrategias de afrontamiento del paciente.
Por su parte, el neuropsiquiatra Edilberto Peña, dijo a SuMédico que “el momento de pedir ayuda ocurre cuando la calidad de vida y el funcionamiento diario se ven persistentemente afectados”.
Diagnóstico y tratamiento de la depresión: un camino de altos y bajos
Clara nos contó que su tratamiento comenzó con dos medicamentos recetados por su psiquiatra. “Las primeras semanas fueron difíciles, con mareos y sueño, pero poco a poco mejoré. Mi estado de ánimo se reguló, recuperé el apetito y mi sueño mejoró”.
Actualmente, combina el uso de seis medicamentos diarios con terapia psicológica y consultas regulares con la psiquiatra. La importancia de seguir el tratamiento hasta que un médico lo indique es una de sus principales recomendaciones: “No abandonen su tratamiento aunque se sientan bien”.
El doctor Edilberto Peña subrayó que, en un mundo ideal, el tratamiento debería empezar con un psiquiatra que evalúe integralmente al paciente. Sin embargo, la realidad de México presenta un desafío: cerca del 10% de la población padece depresión, pero hay solo 5 mil psiquiatras en el país. En este contexto, los psicólogos, médicos generales y otros especialistas suelen ser la primera línea de apoyo.
Mitos y realidades sobre la depresión
Un punto clave en el abordaje de esta enfermedad es desmitificar los tratamientos farmacológicos. “Los antidepresivos no deben ser vistos como una solución universal, pero son herramientas esenciales para cuadros graves. La depresión es neurotóxica y necesitamos eliminarla lo más rápido posible”, enfatizó el psiquiatra. Y aclaró que estos medicamentos solo deben ser utilizados bajo prescripción médica.
Por su parte, la psicóloga indicó que, además del tratamiento médico, las redes de apoyo son fundamentales: “Hacer algo que te agrade, cuidar de ti mismo y rodearte de personas que te apoyen son estrategias valiosas”. Hecho en el que coincidió Clara: “Apapachate mucho, cómprate una taza bonita, date un baño caliente y di cosas lindas frente al espejo”.
Prevención: un reto cultural y de salud pública
La depresión afecta al 9.1% de la población mexicana y es la enfermedad más discapacitante según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, el doctor Peña afirma que la pandemia ayudó a visibilizar este problema: “Ahora es casi imposible que alguien no haya tenido contacto con una persona con depresión”.
No obstante, la falta de educación en salud mental sigue siendo un obstáculo. “Muchos confunden tristeza con depresión, lo que dificulta actuar a tiempo”, precisó el especialista.
Lorena López Pérez, directora de Gestión de los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) de la Secretaría de Salud (SSA), definió a la depresión como un trastorno mental, caracterizado por:
- Disminución del estado de ánimo
- Sentimientos de tristeza
- Dificultad para concentrarse
- Y alteraciones en el patrón de sueño y apetito
En casos severos, explicó, se presentan comportamientos suicidas y alteraciones somáticas como dolor, hormigueo y rigidez muscular. Los síntomas prevalecen durante todo el día y por dos semanas consecutivas.
Carolina resaltó la importancia de la información masiva y de identificar comportamientos poco comunes en familiares o amigos, pues la prevención también implica cuidar el cerebro con buenos hábitos: alimentación balanceada, ejercicio y manejo adecuado del estrés.
“Si nos preparamos para afrontar las dificultades de la vida, podemos prevenir la depresión”, concluye el psiquiatra.
Ir al psicólogo no es de locos
“La depresión es rara, difícil y duele mucho, pero no estamos solos … Tener depresión e ir al psicólogo y/o psiquiatra no significa que estamos locos, simplemente funcionamos diferente y por ello necesitamos medicamentos”, nos recordó Clara en el Día Mundial Contra la Depresión.
De ahí que sea fundamental seguir promoviendo el acceso a tratamientos adecuados, la educación en salud mental y el apoyo emocional. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de desestigmatizar esta enfermedad y garantizar que quienes la padecen reciban la ayuda que necesitan.
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