¿Cómo saber si tengo alguna enfermedad en la lengua? La lengua es un órgano en el que los médicos pueden detectar numerosas enfermedades. Entonces, lo correcto sería cuestionarnos, ¿qué está diciendo mi lengua sobre mi salud? Pues su color, textura, y hasta grosor podría ser manifestación de una enfermedad.
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¿Cómo saber si tengo alguna enfermedad en la lengua?
De acuerdo con el Consejo General de Dentistas de España, “ante cualquier alteración en la lengua que no desaparece en unos días, se recomienda acudir al dentista para que realice un diagnóstico e indique el tratamiento indicado, o derive al paciente al especialista adecuado”.
Mientras tanto, te compartimos lo que tu lengua podría estar revelando de tu salud, según estos especialistas:
- Falta de vitaminas A, B2 y C. Suele causar una inflamación de la lengua (glositis). Asimismo, un déficit de vitaminas, el estrés o los cambios hormonales pueden provocar la aparición de grietas en la lengua, lo que se denomina lengua geográfica.
- Anemia. Una lengua pálida se caracteriza por una disminución de los glóbulos rojos o la falta de hierro en el organismo.
- Deficiencia de vitamina B12. Si la lengua está enrojecida, inflamada o lisa puede ser un síntoma de deficiencia de esta vitamina, una condición que afecta la producción de glóbulos rojos y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso.
- Infecciones fúngicas. Los hongos, como la candidiasis oral, pueden producir una capa blanca en la lengua y las membranas mucosas.
- Problemas hepáticos. La ictericia es un trastorno caracterizado por un tono amarillento en la piel, los ojos y, en ocasiones, de la lengua.
- Enfermedades autoinmunes. En condiciones como el lupus eritematoso sistémico o la enfermedad de Behçet, pueden aparecer úlceras y llagas en la lengua.
- Patologías cardiacas y problemas de circulación. La lengua adquiere una pigmentación color púrpura.
- Enfermedades del aparato digestivo. Las úlceras o el reflujo pueden provocar que la lengua se vuelva de un tono grisáceo.
- Infecciones bacterianas. Algunas, como la escarlatina o la sífilis, pueden causar cambios en la lengua, como una apariencia “fresa” o llagas dolorosas.
Además, el excesivo consumo de tabaco, alcohol, café y té negro pueden provocar una afección denominada “lengua vellosa”, que se caracteriza por el color negruzco y la aparición de vello en la misma, pero que desaparece al suprimir el consumo de estos productos.
Es por ello que, la sugerencia de los especialistas es que, “es necesaria una higiene bucal adecuada. Además de cepillar los dientes, hay que limpiar la superficie de la lengua para eliminar las bacterias y los restos de alimentos que se acumulan en ella. Para ello, se recomienda usar un raspador lingual o un cepillo específico para la lengua, diseñados para eliminar las bacterias y residuos de alimentos que pueden acumularse en la lengua”.
En resumen, para el Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas: “La observación de la lengua puede ser una herramienta complementaria útil en el diagnóstico de ciertas enfermedades y trastornos. Ante cualquier alteración o cambio inusual en la lengua, se recomienda acudir al dentista para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados”.
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