El ser humano cuenta con características que han sido seleccionadas a lo largo de la historia de su evolución para vivir durante el día y en el exterior, con una luz natural muy intensa. Cuando esto no ocurre y permanece mucho tiempo en interiores, el cuerpo empieza a resentirlo. Por ello, trabajar en espacios con poca luz natural puede resultar un riesgo para la salud laboral.
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De acuerdo con el doctor Juan Antonio Madrid, catedrático de Fisiología de la Universidad de Murcia y autor de Cronobiología: una guía para descubrir tu reloj biológico, el ser humano en los últimos años empezada “a aislar su cuerpo de la luz solar”, a vivir y trabajar en interiores, con intensidades de luz artificial de apenas 100, 200 o 300 lux, informa El País.
“Esas intensidades son muy diferentes comparadas con los miles de lux que tiene la luz natural. Es curioso, porque nuestro ojo no percibe esa diferencia, pero lo cierto es que no podemos pasarnos la vida en interiores sin contacto con la luz solar. señala Antonio Madrid para el medio.
Debido a que la luz solar tiene un papel importante para conservar nuestra salud en todos los ámbitos, incluso en los laborales, te contamos por qué es necesario contar con espacios con buena iluminación natural para trabajar.
¿Por qué es necesaria la luz solar para los seres humanos?
La luz natural es primordial para la salud. Según Ecología Verde, la luz solar es la fuente energética principal para las plantas, animales y, por supuesto, para el ser humano. Esta es fundamental para el desarrollo de muchas otras funciones en nuestro planeta, como los factores climáticos o los ciclos biogeoquímicos, que influyen directamente sobre la vida.
A diferencia de otros animales, los seres humanos son endotérmicos, es decir, que no dependen tanto del sol para regular su temperatura corporal, pues la fuente de calor proviene en buena parte del calor que procede del metabolismo. No obstante, la luz solar sí influye en el metabolismo del organismo, pues permite ciertas reacciones químicas que producen calor o permiten el crecimiento de algunos tejidos y células.
Además, la luz natural ayuda a nuestro cuerpo a llevar a cabo otras funciones como la síntesis de vitamina D, muy necesaria para llevar a cabo el metabolismo del calcio y el fósforo; la correcta producción de hormonas; evitar las alergias e infecciones en la piel y mejorar el sistema inmune.
¿Cómo afecta laboralmente no tener luz natural en nuestro espacio de trabajo?
Cuando no tenemos una buena dosis de luz natural, como en el caso de algunos espacios de trabajo, podemos llegar a presentar algunas alteraciones en el organismo que pueden ser desfavorables para nuestra salud laboral y general. “La llamada luz azul de la tecnología altera también los ritmos circadianos, disminuyendo la producción de melatonina”, informa La Mente es Maravillosa.
Por otro lado, según un estudio de la Universidad de California hecho por el doctor Robert Nair, casi el 50 % de la población mundial vive un déficit de vitamina D debido a la falta de actividad al aire libre. Por ello, “Se recomiendan al menos dos horas de exposición a la luz natural del sol cada día, preferentemente en la primera mitad del día”, detalla Antonio Madrid. Si no se sintetiza melanina, puede dificultarse la conciliación del sueño y cuando conseguimos dormirnos, nuestro sueño será más superficial, menos profundo y reparador.
Por lo anterior, los expertos consultados señalan la alternativa de las lámparas de luminoterapia, que simulan el efecto de la luz del sol (entre 5.000 y 10.000 lux) pueden ser una gran opción en espacios interiores.
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