El sudor excesivo es un problema médico que se denomina hiperhidrosis y que normalmente afecta zonas como las axilas, las manos y los pies, pero ¿qué pasa cuando ocurre en la zona íntima? Esto es lo que debes saber sobre la hiperhidrosis genital.
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La Clínica Mayo menciona que la hiperhidrosis es una sudoración excesiva que no siempre está relacionada con el calor o el ejercicio.
Aunque parece algo sin importancia, puede ser un problema que afecte la salud mental porque empeora la ansiedad y causa mucha pena.
Existen tratamientos para controlar este problema, no obstante, cuando surge en la zona íntima, puede ser más complicado tener acceso a un tratamiento, principalmente porque no se habla del tema con el médico debido a la vergüenza.
¿Por qué sudo mucho de mi zona íntima?
Sudar es normal y necesario, se trata del mecanismo que el cuerpo usa para enfriarse ante las altas temperaturas, aunque también puede surgir cuando estamos nerviosos. Pero cuando es excesivo, se convierte en un problema difícil de manejar, sobre todo si afecta la zona íntima.
La principal razón por la que surge la hiperhidrosis es que las señales nerviosas se vuelven defectuosas y hacen que las glándulas sudoríparas se vuelvan hiperactivas. No existe una causa exacta para desarrollar este problema, en muchos casos es hereditario, por enfermedades subyacentes o efectos de medicamentos.
La hiperhidrosis en la zona íntima puede favorecer malos olores, lo que afecta la confianza de quien lo padece y causa una baja autoestima o hasta problemas para disfrutar de la intimidad con la pareja.
Si no se controla con un tratamiento, puede dar pie a infecciones recurrentes y molestias en la piel de esa zona.
Según la Clínica Mayo, cuando la hiperhidrosis no surge por las altas temperaturas, puede estar relacionado a afecciones como diabetes, sofocos por menopausia, algunos tipos de cáncer, trastornos del sistema nervioso e infecciones no tratadas.
Tratamiento para el exceso de sudor en la zona íntima
Debes acudir con un especialista en dermatología para que evalúe cuáles podrían ser las causas de tu problema y así determinar el mejor tratamiento.
Generalmente, se comienza por hacer cambios en el estilo de vida, principalmente lavar la zona íntima todos los días con productos suaves o jabones neutros que cuiden la piel, usar ropa interior de algodón para que no se acumule más humedad y permitas la ventilación. Procura cambiarte de inmediato en caso de hacer ejercicio para que no te quedes con la ropa interior húmeda.
No uses duchas vaginales ya que eso solo empeora el problema porque altera el delicado equilibrio del pH de esta zona. Puedes limpiar la zona con toallitas húmedas hipoalergénicas si detectas un mal olor o que se acumula el sudor durante el día.
La Biblioteca Nacional de Medicina en Estados Unidos menciona que pueden ser efectivos los antitranspirantes especializados, pero solo un médico puede indicar cuál es el adecuado y en qué dosis, ya que pueden irritar la piel.
En caso de que estos cambios no den resultados, pueden ser necesarios tratamientos más especializados con medicamentos o cremas, especialmente si la causa del sudor excesivo es una infección o problemas de la piel.
Solo en casos graves puede ser necesario otro tipo de intervenciones, como las inyecciones con toxina botulínica o bótox para bloquear los nervios y las glándulas sudoríparas de la zona, así como la cirugía para extirpar las glándulas sudoríparas.
Buscar apoyo psicológico para superar los problemas emocionales y de pareja que surgen por la sudoración excesiva también es esencial.
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