Aunque de forma literal el minimalismo significa “corriente artística contemporánea que juega con elementos limitados” o “tendencia estética e intelectual que busca la expresión de lo esencial eliminando lo superfluo”, la realidad es que es un estilo de vida en el que de manera resumida: menos, es más. Y te decimos el porqué.
De acuerdo con el consultor Christopher Ruffet, “la presión que soportamos es mayor que en ningún otro momento de la historia… La verdad es que casi toda la presión que soportamos es completamente interna. Sí, claro, es una presión influida por factores externos, pero eso no significa que tengamos que morder el anzuelo. No tenemos por qué sucumbir a esas influencias”.
¿Por qué es saludable el minimalismo?
El profesional, quien se basa en el libro “Minimalismo: para una vida con sentido”, explica que éste es un movimiento cultural y de estilo de vida que promueve la simplicidad y la eliminación de lo innecesario en todas las áreas de la vida. Se trata de vivir con menos cosas materiales y enfocarse en lo esencial; y esto también aplica en las relaciones personales. En encontrar el bienestar y la satisfacción en lo que ya se tiene.
Para vivir una vida con sentido son esenciales cinco valores:
1.Salud. Hay dos ingredientes que son fundamentales para vivir una vida sana: qué introducimos en nuestro cuerpo y qué hacemos con nuestro cuerpo. Esto involucra: adoptar una dieta nutricional sana; hacer ejercicio regularmente; descansar bien; eliminar las sustancias nocivas; y tratar al cuerpo como la posesión más preciada.
2. Relaciones personales. Las relaciones son las personas con las que tenemos un contacto frecuente: amigos, socios, cónyuges, amantes, compañeros de habitación, compañeros de trabajo, conocidos o cualquier persona con la que interactuamos regularmente.
Todos queremos compartir y ser amados. No hay deseos correctos o incorrectos, todos necesitamos relaciones personales para prosperar.
Tres maneras de lograr que nuestras relaciones personales sean mejores son:
- Encontrar relaciones nuevas positivas.
- Transformar tus relaciones actuales.
- Cambia tú, no quieras cambiar a los demás.
Mientras que los ocho elementos de las grandes relaciones son: amor, confianza, sinceridad, cuidado, apoyo, atención, autenticidad y comprensión.
3. Pasiones. Hagas lo que hagas, el nivel de pasión que sientes por lo que haces a veces se puede medir con la etiqueta que le pones a tu trabajo. Las personas solemos atribuir a nuestro trabajo una de estas tres etiquetas: trabajo, carrera o misión.
Si lo que haces todos los días es únicamente un trabajo, difícilmente te sentirás satisfecho durante las horas que le dediques a esa actividad. Tener una carrera profesional es una de las cosas más peligrosas que se pueden hacer si se quiere encontrar un sentido a la vida.
Las carreras profesionales son peligrosas porque las personas invierten tanto de sí mismas en ellas que acaban creando una identidad y un estatus social basado en el título de su trabajo. Tu identidad tiene que enraizarse en una vida con sentido, no en cómo te ganas un sueldo.
4. Crecimiento personal. Una vez que hemos tomado la decisión de hacer un cambio en nuestra vida, es importante pasar a la acción de inmediato para hacerlo efectivo.
“Al mismo tiempo que pasas a una acción gradual y diaria, es importante que pongas el listón un poco más alto cada día, especialmente cuando te resulte incómodo. Salir de la zona de confort es una parte importante del crecimiento. A la vez que sigues poniendo el listón cada vez un poco más arriba, es importante que te concentres en acciones constantes y regulares. Dicho de otra manera, es más fácil poner el listón un poco más alto cada día que subirlo siete veces de golpe cada semana o treinta veces cada mes”, explica el consultor.
5. Ayudar a los demás. Cuanto más crecemos, más podemos ayudar a crecer a los demás; y cuanto más ayudamos a crecer a los demás, más crecemos nosotros. Crecer nos hace sentir muy bien, pero ayudar a los demás aún nos hace sentir mejor. Y eso se debe a que a menudo hacemos más por las personas que queremos que por nosotros mismos. Es un instinto humano básico.
“Cuando pensamos en términos de añadir valor, empezamos a darnos cuenta de que todo lo que hacemos añade valor de varias maneras, porque con el tiempo habremos eliminado todo lo que no suponga un valor añadido a nuestra vida o la vida de los demás. Está bien actuar en beneficio propio, pero hacerlo siempre y exclusivamente da como resultado una existencia vacía. Una vida sin ayudar a los demás es una vida sin sentido. Dar es vivir”, concluye el consultor.
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