El baño es uno de los lugares en los que se puede acumular más suciedad y es que es la zona donde nos aseamos y hacemos nuestras necesidades, lo que favorece un ambiente ideal para la proliferación de bacterias ¿Sabías que hay un orden correcto para lavar el baño?
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Lavar el baño podría parecer algo simple, pero es importante hacerlo en el orden correcto, ya que así nos aseguramos de eliminar la suciedad correctamente y no esparcirla de una superficie a otra.
Seguir un orden específico para lavar el baño también puede hacer que sea mucho más rápida la limpieza, así que toma nota de este truco para optimizar el aseo de esta zona del hogar y garantizar que quede impecable.
¿Cuál es el orden correcto para lavar el baño?
De acuerdo con el portal Enséñame de Ciencia, puedes lavar el baño en minutos usando un método muy sencillo, que consiste en seguir el siguiente orden de limpieza:
- 1. Quita todo lo que puede obstaculizar la limpieza
Como las toallas, los tapetes, el papel higiénico, los botes de basura y otros accesorios que tienes y que obstaculizan una limpieza profunda.
- 2. Elimina el polvo
El siguiente paso para un baño limpio en minutos es eliminar todo el polvo de las superficies, lo que puedes hacer al pasar un trapo sobre el tocador y otras superficies y luego barrer el piso.
- 3. Aplica los productos de limpieza
Llegó el momento de la limpieza profunda y para ello, debes aplicar un desinfectante en las principales superficies donde se acumula la suciedad, como el lavabo, la parte interna y externa del inodoro y los pisos y paredes de la regadera. Puedes usar cloro con agua o una mezcla casera de vinagre con bicarbonato de sodio y agua.
- 4. Dedica un momento a la regadera
Deja reposar los limpiadores en las superficies y dedica unos minutos a limpiar el sarro que se acumula en la regadera. Puedes usar productos especializados o una mezcla casera de sal con limón para eliminar toda la suciedad y dejar las llaves y la regadera relucientes. Solo aplica la mezcla, que debe estar espesa, y deja reposar unas horas. Luego talla con un cepillo o trapo húmedo y disfruta los resultados.
- 5. Sigue con el inodoro
Un error común a la hora de lavar el baño es comenzar con el inodoro, pero lo ideal es dejarlo después de la regadera para que el limpiador que aplicaste al inicio pueda hacer efecto. Una vez que ya pasaron unos minutos y se quedó reposando el cloro o vinagre, talla con un cepillo muy bien por dentro del escusado y con una esponja talla la parte de afuera. Enjuaga echando agua directamente.
- 6. Sigue con el lavabo
Una vez que ya lavaste la regadera y el escusado, es momento de pasar al lavabo. Como ya dejaste reposar el limpiador también, solo debes tallar con un cepillo o esponja para remover muy bien la suciedad y luego, enjuaga echando agua directamente.
- 7. Termina con los pisos
El último paso para un baño reluciente es lavar los pisos, para ello, usa el agua jabonosa que quedó de haber lavado el escusado y el lavabo o si lo consideras, aplica un poco más de limpiador y agua. Talla con una escoba todos los rincones o si lo prefieres, usa un trapeador. Seca muy bien, ya sea con un jalador o con la jerga y espera a que seque por completo con el aire.
- 8. Coloca aromatizante
Si quieres que el buen aroma perdure en tu baño por varios días, coloca aromatizante en spray en las superficies o coloca alguno automático que libere un rico aroma cada cierto tiempo. También puedes remojar algodón en aceite esencial de tu preferencia y colocarlo en el fondo del bote de basura limpio para que constantemente se libere un buen aroma.
Recuerda que lavar el baño con frecuencia es muy importante no solo para que tu casa no tenga malos olores, sino para mantener la buena salud. Un baño puede acumular bacterias peligrosas como E.coli, norovirus, salmonella y campylobacter, las cuales se relacionan con infecciones intestinales.
También es esencial que al bajar la cadena del inodoro, siempre bajes la tapa, ya que las bacterias intestinales del retrete pueden esparcirse hasta metro y medio alrededor, impregnándose en las manijas de las puertas, en los cajones, el lavabo y hasta los cepillos de dientes.
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