Vivimos en la era digital y ahora prácticamente los niños nacen con un celular o tableta incorporado a sus manos, sin embargo, esto no es bueno para su salud y hoy te diremos por qué los niños no deben pasar mucho tiempo frente a las pantallas.
Aunque muchos papás deciden darles a los niños un dispositivo electrónico para que se mantengan entretenidos, esto puede traer diferentes problemas para los menores.
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¿Por qué los niños no deben pasar mucho tiempo frente a las pantallas?
Un estudio encontró que exponer a los bebés y a los niños pequeños a la televisión y otros medios digitales podría vincularse con un mayor riesgo de disfunción en lo que se conoce como “proceso sensorial”.
Los niños con "procesamiento sensorial atípico" suelen ser hipersensibles al tacto, el sonido, el gusto o la apariencia de los estímulos de su entorno. Por ejemplo, los niños pueden tratar de evitar la sensación de cierta ropa, el sabor de ciertos alimentos o actividades necesarias como lavarse el cabello.
Por el contrario, pueden buscar sensaciones (girar en el lugar, mirar fijamente las luces brillantes o los ventiladores de techo) en detrimento de otras actividades.
Las dificultades del procesamiento sensorial están altamente correlacionadas con otras afecciones psiquiátricas, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o el autismo. Alrededor de un 60% de los niños con TDAH tienen problemas con el procesamiento sensorial, al igual que alrededor de un 70% de los niños con autismo, señalaron investigadores de la Universidad de Drexel en West Reading, Pensilvania.
¿Cómo se llevó a cabo el estudio?
Los investigadores observaron los datos de casi mil 500 niños pequeños a los que se dio seguimiento entre 2011 y 2023. Según el estudio, los que habían estado expuestos a televisores y DVD en los primeros tres años de vida eran mucho más propensos a tener síntomas de procesamiento sensorial atípico, en comparación con aquellos cuyos padres retrasaron esas exposiciones.
El estudio no pudo probar causalidad. Sin embargo, el equipo de Drexel teoriza que el tiempo de pantalla de los niños podría reducir "el juego significativo y las interacciones sociales, lo que puede tener implicaciones significativas para el desarrollo del procesamiento sensorial típico y el nivel general de la función diaria".
El estudio fue dirigido por la doctora Karen Heffler y se encontró que el procesamiento sensorial atípico puede alterar seriamente la calidad de vida y el desarrollo de los niños afectados.
"Los que tienen sensibilidad sensorial y evitan las sensaciones podrían sentirse tan abrumados por el ambiente que tienen más dificultades para aprender de las personas que los rodean", explicó el equipo de Heffler.
Los cuidadores también se ven afectados, ya que las dificultades del procesamiento sensorial de un niño interfieren "con la participación de los miembros de la familia en el trabajo, la familia y las actividades de ocio", añadió el equipo.
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