Durante las últimas décadas, expertos en pediatría observaron que hubo un aumento considerable de infantes y adolescentes que sufren de sobrepeso y obesidad. Fenómeno que no solo recayó en la alimentación, sino también en el sedentarismo y la falta de actividad física en este grupo de la población.
No moverse, de acuerdo con MedlinePlus, favorece el desarrollo de enfermedades cardiacas y diabetes, tener mal estado físico y también el desarrollo de un comportamiento social y calidad de sueño negativo, en especial en personas jóvenes. Por eso, la práctica deportiva es muy beneficiosa para cualquier persona.
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“El desarrollo físico y cognitivo de los más pequeños mejora considerablemente gracias al deporte (…) la práctica deportiva propicia un mejor desarrollo de las habilidades físicas y motoras, la creación de hábitos saludables; potencia la capacidad de esfuerzo, la adquisición de valores, la socialización y un mejor descanso”, expone Alejandro Maroto, entrenador personal de BluaU de Sanitas, para El periódico.
A continuación, te contamos sobre algunos deportes que seguro tus infantes disfrutarán en su tiempo libre. Toma nota.
¿Qué deportes son buenos para los infantes?
Actualmente existe una gran oferta deportiva, campamentos y cursos de verano pensados para las infancias y adolescencias, por lo que puede resultar difícil elegir entre otras. No obstante, Sanitas detalla que dentro de esta amplia gama de deportes hay algunos cuya práctica puede ser especialmente positiva para los infantes como, por ejemplo:
- Artes marciales: ayudan en el desarrollo de la coordinación de los movimientos, mejorando la rapidez, la fuerza, la flexibilidad y los reflejos, además de la capacidad mental para analizar las situaciones en poco tiempo.
- Atletismo: permite adaptar las actividades según las habilidades que se quieran progresar. Con este deporte se entrena la fuerza, la resistencia y velocidad, por lo que mejora las capacidades físicas generales de los infantes.
- Ciclismo: este deporte es especialmente útil para los niños porque otorga una mayor resistencia cardiopulmonar, y, como cualquier actividad aeróbica, ayuda a reforzar el sistema inmunitario. Además, por ser un deporte que se practica en el exterior, da la oportunidad a los infantes de disfrutar del aire fresco.
A partir de los 7 y 10 años, detalla Sanitas, los deportes de equilibrio y competición pueden tener un estímulo adecuado en el infante, dado que “fomenta el esfuerzo, la disciplina y la competitividad, al tiempo que les permite instaurar el hábito del ejercicio físico y mantenerlo cuando sean mayores”, señala. A partir de esta edad, la OMS recomienda realizar por lo menos 60 minutos de ejercicio diario.
(Con información de Sanitas, El Periódico, MedlinePlus).