ENOJO

Me enfado demasiado con mis hijos. ¿Soy una mala madre?

Criar y educar no son tareas fáciles. A veces la frustración y el enojo parecen no desaparecer. ¿Cómo evitar que estas situaciones desgasten la relación con nuestros hijos?

¿Está mal enojarse con los hijos? ¿Cómo gestionar el enojo? Son algunas dudas que resolveremos.
¿Está mal enojarse con los hijos? ¿Cómo gestionar el enojo? Son algunas dudas que resolveremos. Créditos: Canva
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Amorosos, compasivos, respetuosos, pacientes, entre otros adjetivos son utilizados para describir a padres, madres, familiares y a cualquier otra persona que haya visto por nuestra seguridad e integridad. Sin embargo, en nuestra memoria viven en conjunto tanto los aprendizajes que nos dieron, como los enojos que atravesamos con ellos. Criar, educar, cuidar y proteger no son tareas fáciles. Ahora que estamos del otro lado lo reconocemos, pues sabemos que entre los momentos de tranquilidad, existe la frustración por no saber cómo resolver ciertos problemas.

¿Soy buena madre? ¿Soy buen padre? ¿Me enojo demasiado? Son algunas preguntas que pueden merodear en nuestra cabeza cuando nos damos cuenta que lastimamos a nuestros hijos. La maternidad y paternidad no eliminan la parte humana de la persona para dejar de equivocarse y hacer todo perfecto, por ello, es necesario dejar la culpa, tomar responsabilidad y aprender a gestionar las emociones.

En esta nota te compartimos algunas herramientas que te ayudarán a reflexionar sobre el enojo con tus hijos, así como gestionarlo para evitar que la relación se desgaste. Aunque consideres que el enojo es parte de la crianza, ten en cuenta que no puede existir un exceso, pues en algún punto tu hijo crecerá y todas esas peleas los pueden separar.

¿Por qué me enojo mucho con mis hijos?

Eresmamá menciona que ser madres y padres es agotador porque constanetemente se experimenta ira, frustración, angustia y remordimiento cuando existe un desacuerdo con los hijos, como regañarles porque están haciendo mucho ruido al jugar, porque quebraron un objeto apreciado o porque no se terminaron sus alimentos. Especialmente esto sucede cuando las y los hijos atraviesan los dos años y muestran resistencia a ciertas órdenes o actividades.

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Ante ello, el portal recomienda construir una actitud relajada para sobrellevar el día a día y manejar las travesuras de otra manera. En primera, debe identificarse el motivo que causa el enojo para ver si existe la posibilidad de cambiarlo. A la par, es necesario reconocer cómo externamos ese enojo, como hablar más fuerte, pegar o aventar objetos con el fin de pensar en maneras que impidan crear un ambiente de tensión y miedo.

Por su parte Elle destaca que es normal la ira o frustración durante la crianza, pues aparecen como una respuesta a las dificultades presentadas. Estos sentimientos no son incompatibles con el sentimiento de amor hacia las y los hijos, sino son un mensaje que alerta la necesidad de buscar otras estrategias para disfrutar el proceso de crianza. Además, este enojo no sólo nace del comportamiento de los niños, también es relacionado con  tareas domésticas u otras actividades que exigen nuestra disponibilidad y atención.

¿Cómo gestionar el enojo?

American Psychological Association detalla que todas las personas nos enojamos, pero el enojo fuera del control no es saludable ni para las personas que se encuentran a nuestro alrededor, ni para nuestro organismo. Por lo cual, aconsejan ciertas técnicas para manejarlo:

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  • Respirar profundamente desde el diafragma y lentamente repetir una palabra o frase tranquilizadora, como ‘relájate’ o ‘tómalo con calma’.
  • Realizar ejercicios lentos y no extenuantes, como el yoga con el fin de relajar músculos
  • Practicar estas técnicas y usarlas cuando se encuentra en una situación de tensión
  • Al momento del problema, expresar el problema y buscar una solución mediante la comunicación
  • Utilizar el humor tonto para calmar la furia de varias formas, esto permitirá regresar al equilibrio

(Con información de Eresmamá, Elle, American Psychological Association)