Hábitos de sueños, llevar una vida fuera de estresores y seguir las recomendaciones de especialistas, son algunos consejos que reciben personas embarazadas para mantener su bienestar y el de su futuro bebé. Entre estas acciones, también se integra llevar un alimentación balanceada y saludable como una manera de prevenir los trastornos alimenticios durante el embarazo.
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Los trastornos alimenticios durante el embarazo presentan un desafío significativo tanto para la madre como para el desarrollo del bebé. Estos trastornos, que incluyen desde la anorexia y la bulimia hasta el trastorno por atracón, pueden tener un impacto profundo en la salud de la mujer embarazada y en el crecimiento y bienestar del feto.
Las alteraciones en los patrones de alimentación y las preocupaciones excesivas sobre el peso y la figura corporal pueden llevar a deficiencias nutricionales, complicaciones médicas y un mayor riesgo de problemas durante el embarazo y el parto. ¿Cómo tratar los trastornos alimenticios durante el embarazo? Quédate en esta nota para conocerlo.
¿Cuáles son los trastornos de alimentación?
De acuerdo con Mayo Clinic, los trastornos alimentarios son enfermedades graves que afectan tanto la salud física como la mental. Estas afecciones incluyen problemas en la forma de pensar sobre la comida, la alimentación, el peso y la figura, así como en los comportamientos alimentarios. Estos síntomas pueden afectar tu salud, tus emociones y tu capacidad para desenvolverte en ámbitos importantes de la vida.
El portal añade que si no se tratan de manera eficaz, los trastornos alimentarios pueden convertirse en problemas crónicos y, en algunos casos, pueden causar la muerte. Los trastornos alimentarios más frecuentes son la anorexia, la bulimia y el trastorno alimentario compulsivo.
Eresmamá detalla que los trastornos alimenticios pueden ser un riesgo durante el embarazo y el posparto, pues estos periodos tienen ciertas características que contribuyen a aumentar el riesgo de aparición de estos. Por ejemplo, el aumento de peso, el cambio en la figura y la forma del cuerpo, la ansiedad y la incertidumbre respecto al parto y la maternidad, el cambio de roles y de prioridades que supone convertirse en madre.
El portal agrega factores físicos, emocionales y sociales se conjugan y convierten al embarazo y a la lactancia en etapas de la vida especialmente vulnerables. Por ello, es fundamental que las mujeres reciban el apoyo y el acompañamiento que necesitan, tanto por parte de su entorno como por parte de los profesionales de la salud. Entre los riesgos de los trastornos alimenticios durante el embarazo están abortos, cesáreas no planeadas y complicaciones durante el parto. También, es posible padecer diabetes gestacional y afectar al correcto desarrollo del feto. Así como incrementar el riesgo de sufrir depresión posparto y de experimentar dificultades para vincularse con el bebé.
SOM destaca que las personas embarazadas con trastornos alimenticios necesitan la atención de un equipo multidisciplinario que pueda llevar un acompañamiento y preparación no sólo durante el embarazo, también en el puerperio y en la relación madre-hijo. Además, será indispensable un mayor control obstétrico y psicológico, un seguimiento nutricional adecuado y unos cuidados especiales por parte de matronas y enfermeras implicadas en el embarazo, parto y puerperio de la persona. Estos planes de cuidados deberían ser protocolizados de una forma estándar y adaptarlos en cada caso clínico. Así como trabajar durante todo el embarazo y puerperio para evitar recaídas.
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