En México, la tasa de embarazo adolescente coloca al país en el primer lugar en ocurrencia de embarazos en mujeres y personas gestantes de 15 a 19 años. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2019 se registró una tasa promedio de 13.7 nacimientos no planeados por cada 1000 mujeres de este rango de edad.
Datos del Consejo Nacional de Población en México (Copano) 2022, estiman que hubo un aumento del 30% en embarazos adolescentes no intencionados entre 2020 y 2021, es decir, alrededor de 29 mil nacimientos adicionales a los proyectados.
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La gravedad de este problema permea a toda la república mexicana, pues datos del INEGI y del Conapo señalan que las Tasas de Fecundidad en Adolescentes mujeres de 15 a 19 años (nacimientos por cada 1000 adolescentes) son más altas en las regiones de Chiapas (96.13); Guerrero (82.80), Tabasco (75.46); Coahuila (73.45); Michoacán (73.22); Puebla (71.97).
Relevancia de la prevención del embarazo adolescente
El embarazo adolescente no solo conlleva riesgos físicos para la mujer y persona gestante, también reduce las oportunidades educativas, generando condiciones de precariedad, falta de empleo y salarios que expone a las adolescentes a violencia por parte de sus parejas y en general a una mayor dependencia por falta de recursos propios.
El embarazo adolescente está condicionado a factores socioeconómicos, demográficos, psicológicos y de educación que impactan con mayor peso a la adolescente embarazada. En temas educativos, el INEGI resalta que el embarazo provoca deserción escolar o bajo rendimiento. De acuerdo con datos de la ENADID 2018, de las adolescentes que no asisten a la escuela (1,948,142) 9% abandonó sus estudios debido a que se embarazó.
Cabe señalar que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, alrededor del 20% de las personas de 12 a 19 años no usó algún anticonceptivo en su primera relación sexual.
“Quienes experimentan un embarazo adolescente (EA) asumiendo una maternidad temprana (MT) por lo general interrumpen su educación y difícilmente la retoman. Ello dificulta su inserción en el mercado laboral para conseguir un trabajo estable y decente y las mantiene en situaciones económicas precarias. A ello se suman los efectos en la salud de estas mujeres vinculados con complicaciones durante el embarazo y el parto pues experimentar un EA duplica el riesgo de muerte materna en menores de 19 años y lo cuadruplica en menores de 15 años”, detalla el documento “Consecuencias Socio-económicas del Embarazo Adolescente en México”, elaborado por la iniciativa regional del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
Informar para prevenir
El embarazo temprano es un problema social que afecta a niñas, niños y adolescentes, especialmente en aspectos centrales como son la educación, proyecto de vida, relaciones sociales y su salud. Se trata de un fenómeno que amplía las brechas generacionales, por ello, es fundamental prevenirlo a través de políticas públicas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Desarrollo Social, la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) tiene como objetivo reducir el número de embarazos en adolescentes en México a través de información que es posible encontrar en el portal web “Familias y sexualidades. Prevención del embarazo en adolescentes”. En este portal cualquier persona puede encontrar información sobre la planificación familiar y prevención del embarazo adolescente.