La alimentación complementaria, según Cinfsalud, es considerada el proceso por el cual se ofrece al lactante alimentos sólidos o líquidos distintos a la leche materna o una fórmula infantil, como complemento y no sustitución de esta. Desde el nacimiento, hasta los seis meses, los bebés sólo necesitan la lactancia materna, sin embargo, después del sexto mes inician una etapa donde requieren otros aportes que obtendrán a través de diversos alimentos.
El portal detalla que se deja la alimentación complementaria a esta edad debido a que se necesita la maduración del nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune. Si tu bebé ya tiene los 6 meses y estás a punto de iniciar esta etapa, te ayudamos a identificar los mitos más comunes que existen sobre la alimentación complementaria. Recuerda que nada sustituirá el acompañamiento de un profesional de salud para poder responder tus dudas y llevar un mejor registro del bienestar de tu bebé.
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¿Qué mitos son frecuentes sobre la alimentación complementaria?
Mito 1: Los alimentos sólidos ayudan al bebé a dormir mejor
De acuerdo con Eresmamá, esto no es así, pues el sueño del bebé está influenciado por otros factores que no tienen relación con los alimentos complementarios. De hecho, la regulación del ciclo de sueño progresa de manera natural con la edad del bebé. A partir de los 6 meses, los bebés son más capaces de estar dormidos más tiempo del que solían estar. Si tienes problemas para que tu bebé concilie el sueño, consúltalo con tu especialista.
Mito 2: Hay que introducir los alimentos en cierto orden
¿Te han dicho que primero debes introducir los cereales, después las frutas y al final las verduras? Eresmamá detalla que no hay evidencia de que si primero se le dan las frutas, esto hará que rechace las verduras porque no le gusta el sabor. De hecho, se recomienda introducir los alimentos preferidos por la familia siempre y cuando estén indicados dentro de una alimentación saludable y equilibrada, supervisada por un nutricionista. Con ello, será imposible que se acostumbre a un solo sabor o textura.
Mito 3: Evita los alimentos alérgenos hasta después del primer año
El maní, el durazno, las fresas, las cerezas, entre otros alimentos pueden ser evitados por madres, padres y cuidadores con el fin de evitar que sus hijos sean alérgicos, sin embargo, Eresmamá explica que la exposición temprana y regular a los alimentos alérgenos pueden disminuir las alergias en aquellos bebés propensos a desarrollarlas. Así que no evites darle a tu hijo alimentos que necesita debido a sus vitaminas, proteínas, minerales, entre otros componentes.
Mito 4: Las frutas son mejor en papillas
En este mito, Suavinex informa que las frutas son una fuente de nutrientes, vitaminas y fibra indiscutible. Por lo cual, son necesarias en la alimentación de niñas y niños. Aunque la forma tradicional es darla en papillas, en algunos casos suele recomendarse en piezas, puesto esto hace que los bebés comiencen a familiarizarse con diversas texturas y sean capaces de reconocerlas por su sabor original. Además, las papillas pueden tener una densidad nutricional demasiada elevada. En caso de que prefieras las papillas para evitar accidentes, procura usar sólo una fruta o verdura.
Mito 5: Todos los alimentos deben darse cocidos
Para finalizar esta lista, Club Mamás y Papás agrega este mito. Los cambios en los alimentos suelen ser para favorecer la masticación, deglución y sabor, sin embargo, no todos necesitan ser cocidos, como las frutas. Esto no significa que pueda darse todo crudo, pues algunos alimentos provenientes de proteína animal son necesarios cocerlos para evitar riesgo de infecciones. Así como llevar a cabo otros consejos de limpieza.
(Con información de Cinfsalud, Eresmamá, Suavinex, Club Mamás y Papás)