"Como madre de familia siempre piensas, o te hacen pensar, que dar leche es el acto más humano y puro, sin embargo, existimos madres de familia que por diversas situaciones, no solamente cuestiones de salud, nos inclinamos por otras alternativas", son las palabras de Itzel Fabre, originaria de Atlacomulco, Estado de México, al compartir su experiencia tras acudir a un banco de leche para alimentar a su primer hijo. Itzel, como otras madres, no pudo dar lactancia materna tras presentar preeclampsia, una enfermedad hipertensiva propia del embarazo.
Sin embargo, hablar de lactancia materna, es hablar de diversas lactancias maternas, pues la especialista en este rubro, la doctora Sara Ortega Alonzo detalla que todas las maternidades amamantan de diversas formas. Una de estas formas son los bancos de leche humana, centros especializados enfocados en servir como fuente de alimentación para pacientes recién nacidos hospitalizados en áreas críticas.
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Rumbo a la Semana Mundial de la Lactancia Materna, celebrada todos los años del 1 al 7 de agosto, Itzel Fabre relata su experiencia al presentar preeclampsia y ser beneficiaria de los bancos de leche, sin dejar de lado los cuestionamientos hacia las exigencias sociales respecto a la maternidad y la lactancia materna, especialmente con quienes no pueden cumplir con esta labor. A la par, la Dra. María Elena Álvarez Lobato, titular de la Coordinación Estatal de Lactancia Materna y Bancos de Leche de la Secretaría de Salud del Estado de México, detalla los retos y los beneficios de estos espacios.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna, según la Organización Panamericana de la Salud, es una campaña mundial coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) para crear conciencia y estimular la lactancia materna, así como fortalecer las medidas para proteger, promover y apoyar el derecho de la lactancia materna.
¿Qué tan grave es la preeclampsia?
Para compartir su experiencia con los bancos de leche, Itzel Fabre regresa al 28 de diciembre del 2012, una fecha que recuerda con precisión a pesar de los años trascurridos. Ese día asistió a una de sus consultas rutinarias para dar seguimiento a su estado. A los 32 años estaba embarazada por primera vez. Al llegar al centro de salud, la enfermera notó a Itzel algo alterada por lo cual esperaron 10 minutos para tomarle la presión.
“Al pasar los 10 minutos, me quito los zapatos para que pudieran pesarme y medir mi presión. Al agacharme para quitarme las botas, me doy cuenta que mis pies estaban hinchados, parecían tamalitos, estaban esponjados. Para mí fue la primera alerta para pensar que algo estaba mal porque en la mañana los había notado normales”, recuerda Itzel.
Al tomar la presión, Itzel tenía 200. Al dejar pasar otros 10 minutos, la presión de Itzel se elevaría a 210. Cuando la enfermera se percató de estos signos le explicó a Itzel que iba a ser dirigida al Hospital General de Atlacomulco porque su estado de salud era una emergencia por presentar signos de preeclampsia.
La preeclampsia es un trastorno hipertensivo que sólo aparece en el embarazo y se presenta después de las 20 semanas de gestación. Se caracteriza por tensión alta (igual o mayor a 140/90 mmHg) de nueva aparición, acompañada de eliminación de proteínas por la orina. La enfermedad puede presentarse desde una forma leve a una grave. Según Natalben, entre los síntomas también se incluye hinchazón. En la consulta Itzel presentó una presión de 200 que no dejaría de subir a pesar de aliviarse semanas después. National Heart, Lung and Blood Institute informa que en la mayoría de las personas adultas la presión normal es menos de 120 sobre 80 mmHg.
“Desde que me ingresaron al hospital, ningún día tuve un presión normal, de hecho subía. Hasta el 31 de enero le avisaron a mi esposo que el hospital ya no tenía el equipo necesario para atenderme, pues mi hijo tenía que nacer al momento.”
Entre médicos y familiares de Itzel buscaron un lugar en otro hospital para ser atendida, sin embargo, los hospitales estaban llenos. Pasaron 3 días para que el Hospital Materno Perinatal “Mónica Pretelini”, ubicado en Toluca, pudiera recibirla. Itzel fue traslada en ambulancia donde vivió el viaje más corto de su vida. Aquellos 66.2 kilómetros que dividen a los municipios mexiquenses los atravesaría en 15 minutos.
“Fue el viaje más corto de mi vida, pero también el más extraño por la incertidumbre de no saber qué pasaría. Al llegar al hospital, me volvieron a explicar la gravedad de la situación, pero ahora diciéndome que debían suspender el embarazo, pues tanto yo, como mi hijo corríamos riesgo.”
Por ello, con 7 meses de gestación, el 10 de enero del 2013 nacería el primer hijo de Itzel. Aunque Itzel y su hijo lograron pasar la cesárea con un diagnóstico poco favorecedor, los problemas de salud seguían a la orden. Itzel Fabre seguía manejando una presión alta, mientras su hijo estaba en terapia intensiva como consecuencia de haber interrumpido el embarazo. El 26 de enero Itzel fue dada de alta, pero su hijo tendría que continuar en el hospital.
“Curiosamente a mí me dan de alta el día que inauguran el Banco de Leche en el 'Mónica Pretelini'. Nos invitaron a un grupo de mamás para ser donadoras, pero al evaluarme no podía ser candidata por los medicamentos que tenía en la sangre”, explica Itzel.
Días después, tras un segundo intento para ser donadora, el especialista de salud que estaba atendiendo a Itzel le explicaría que su cerebro todavía no había mandado el mensaje para que las glándulas mamarias pudieran producir leche. Ante ello, Itzel tomó una pastilla para poder generarla, sin embargo, su cuerpo no la produjo.
“Aunque fue abrumador, frustrante y triste este proceso de no poder dar leche materna, fui beneficiaria del acto bondadoso de madres que donan. En ese mes que estuvo mi hijo en el hospital, pudo alimentarse de la leche proveniente de los bancos. Al final esto ayudó a mi hijo para desarrollarse, aunque me hubiera gustado regresar con mis frascos de leche como una forma de agradecimiento”, expresa Itzel.
¿Cuál es la importancia de la lactancia materna?
La lactancia materna, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, es la forma óptima de alimentar a los bebés al proporcionar los nutrientes necesarios de forma equilibrada y protegerles frente a la morbilidad y la mortalidad a causa de enfermedades infecciosas. Aunque los beneficios de la lactancia materna suelen atribuirse al recién nacido y a la familia, la lactancia materna también trae beneficios en la sociedad.
La OPS destaca que la lactancia materna universal ahorraría $302 mil millones de dólares al año debido al aumento en el I.Q. en la población. Sin embargo, el 65% de los países tienen menos de 14 semanas de licencia por maternidad. Por su parte, el Ministerio de Salud Pública de Ecuador informa que la lactancia materna tiene efectos a largo plazo en la salud, pues disminuye la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas a edad adulta, como diabetes, enfermedades cardiovasculares, leucemia e hipercolesterolemia.
“La lactancia materna reduce enfermedades, promueve el desarrollo óptico, optimiza el metabolismo, simplemente no podríamos dejar de hablar de los beneficios que da. Conforme mayor sea la duración, mayores serán los resultados. Los podemos ver como un videojuego, si alcanzas los 3 meses, tienes estos beneficios, si alcanzas los 12 meses, obtienes otros y así sucesivamente”, explica la pediatra Sara Ortega Alonzo
A pesar de los beneficios que existen, Sara Ortega Alonzo, quien es Consultora Internacional de Lactancia Materna certificada por el Consejo Internacional de Certificación de Consultores de Lactancias (IBCLCE), detalla que continúa existiendo desinformación y un desplazamiento de la misma mediante la sustitución por leches de fórmula. Al ofrecer ciertos beneficios, hacen creer a las familias que no pasa nada si se sustituye por completo.
“Las venden como si fuera algo mejor al contener hierro, vitaminas, probióticos, entre otros componentes, sin embargo, no se compara con todo lo que promueve la lactancia materna. Algunas familias pueden creer que no está mal si se sustituye, pero la realidad es que no se están dando al bebé todos los beneficios. Las células vivas, las células estromales, el efecto inmunomodulador, etc.”
La especialista en lactancia materna destaca que todos esos componentes se pierden porque es imposible colocarlos en un producto ultraprocesado con azúcares añadidos y aceites hidrogenados que al largo plazo pueden contribuir a un mal metabolismo.
Bancos de leche: una alternativa para continuar la lactancia materna
Debido a la relevancia de la lactancia materna, los bancos de leche fueron creados al identificar aquellas madres que no podían dar leche a sus bebés por estar hospitalizados o tener una enfermedad, como lo fue el caso de Itzel Fabre. Además, existía un paralelo, pues algunas mamás tenían un excedente de leche aparte del que daban a sus bebés, explica la doctora María Elena Álvarez Lobato, titular de la Coordinación Estatal de Lactancia Materna y Bancos de Leche de la Secretaría de Salud del Estado de México.
“Los bancos de leche son únicamente para aquellos bebés hospitalizados en áreas críticas. Pueden recurrir mamás que tuvieron preeclampsia, eclampsia, convulsiones, hemorragias intensas u otros padecimientos que impiden la facilidad de dar leche materna. Para que los bebés no tengan problema en áreas de crecimiento y desarrollo, el banco de leche es una alternativa”, explica Álvarez Lobato.
Desde septiembre de 2017 hasta junio 2023, en los 9 bancos de leche distribuidos en el Estado de México localizados en Atlacomulco, Axapusco, Chalco, Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Tenancingo y Toluca existen:
- 65,00, 516 madres donadoras
- 43, 921 lactantes beneficiados
- 54,098 litros de leche materna recolectada.
Aproximadamente, al año, hay 9,000 litros de leche recabada, 8,500 madres donadoras y 9, 000 bebés beneficiados, según cifras proporcionadas por la titular de la Coordinación Estatal de Lactancia Materna y Bancos de Leche de la Secretaría de Salud del Estado de México, quien también explica el proceso de recolección de la leche materna hasta llegar a la boca de los bebés:
1. Recepción de leche
“Tenemos dos formas de recibir la leche, mediante una mamá externa o una mamá interna. La primera es aquella que fue dada de alta, pero continúa con una producción de leche, entonces la dona. Por su parte, las mamás internas son mamás que siguen hospitalizadas y pueden donar.”
2. Pruebas
“Hacemos pruebas organolépticas a la leche, es decir, al primer contacto revisamos que no huela mal, no tenga cabellos o pestañas flotando, grumos u otra sustancia. Si tiene alguno de estos elementos, la eliminamos.”
3. Exámenes
“Hacemos prueba de VIH, hepatitis B y hepatitis C. En sí, la única contraindicación para no poder donar leche es que sea VIH positivo, pues aún con hepatitis podemos dar tiempo mientras la mamá recibe tratamiento."
4. Pasteurización
“Al conocer los resultados, proseguimos al siguiente paso, la pasteurización. Esto con el fin de eliminar alguna bacteria, virus u hongo. Cuando termina este paso, realizamos otros exámenes a la leche.”
5. Cantidad
“Si la leche alcanza cantidad adecuada, la ponemos en un recipiente. Si no, la mezclamos con leche de otras mamás que tenga las mismas características.”
6. Lactancia
“Cuando la leche ya no tiene ningún otro germen, esperamos las indicaciones del especialista en salud para conocer el tipo de leche y qué cantidad debe ser suministrada. Esto también dependerá de la tolerancia que el bebé tenga hacia la leche materna.”
“Le puedo demostrar a mi hijo que soy su mamá más allá de una gotita de leche”
Itzel fue el primer caso en su familia con preeclampsia. Meses después de aliviarse, continuaría con una presión elevada que tardaría en estabilizarse. A pesar de que no tuvo un segundo embarazo, desde que estuvo en el hospital, médicos no le aseguraban no volver a presentar preeclampsia. Hoy, el hijo de Itzel está a punto de cumplir 11 años, teniendo un desarrollo estable.
“La cuestión de maternidad tiene diversas exigencias. Te sientes obligada a cumplir ese rol porque si no amamantas, no eres mamá al 100%. Tuve que trabajar con esa parte, pensar en que no pude cumplir con ese rol social, pero adelante tenía una vida. Una vida donde le puedo demostrar a mi hijo que soy su mamá más allá de una gotita de leche.”
Itzel está segura que ser madre no sólo implica alimentar al bebé, pues a lo largo de 11 años ha tenido diversas oportunidades pare decirle a su hijo que está ahí. A pesar de ello, reconoce que algunas maternidades pueden sentirse mal.
“Necesitamos abrir poco la mente. Aceptar que no podemos solas y podemos recurrir a la ayuda que alguien nos ofrezca, En este caso, si podemos ser donantes, hay que hacerlo, si no, tenemos diversas oportunidades para proveer”, puntualiza Itzel Fabre.
Por su parte, la especialista en lactancia materna, Sara Ortega Alonzo destaca que es necesaria la capacitación de especialistas de salud, pues para propiciar la lactancia materna actúan tres factores: el factor bebé, el factor técnico y el factor mamá. Si servidores de salud no saben cómo resolver los problemas que están desencadenando dificultades para la lactancia materna, probablemente se suspenda, por lo cual destaca evitar soltar el esfuerzo para continuar la lactancia. Al igual, Ortega Alonzo apuesta por el acceso al conocimiento. A través de sus redes sociales, acerca información sobre la lactancia materna.
“Si el bebé tiene diarrea u otra complicación relacionada con la lactancia materna, algunas mamás optaban por darle leche de fórmula. Trato de compartirles evidencia basada en ciencia para darles confianza y esa respuesta concreta. A medida que aumentamos la confianza de la mamá sobre la lactancia, esa mamá aumenta su confianza sobre su cuerpo. Aprende a responder sus propios estímulos, aprende sobre los mitos que continúan presentándose.”
Finalmente, María Elena Álvarez Lobato profundiza sobre la colaboración que debe realizarse entre toda la población. No sólo para propiciar la lactancia materna en aquellos bebés y madres con estados complicados de salud, también aquel sector que lo necesite. Desde la apertura de salas de lactancia materna para que madres puedan extraerse la leche hasta la participación de otros cuidadores, como padres de familia.
“Todavía no tenemos la cantidad suficiente de leche para darla a todos los bebés. Esto depende de buscar una cultura de donación para que en algún punto podamos tener la cantidad suficiente de leche materna y poder darla a ese bebé que ha sido dado de alta. Además, debemos entender que este tema no es sólo de mujeres, también hombres pueden actuar. La lactancia materna permite un arranque parejo en el desarrollo neurológico e inmunitario.”
(Con información de Organización Panamericana de la Salud, Secretaría de Salud, Natalben, National Heart, Lung and Blood Institute, Ministerio de Salud Pública de Ecuador)