¿Cuánto debe durar la siesta de mi hijo?

Dormir es una actividad al cuerpo que implica diversos beneficios. Desde una mayor concentración hasta un sistema inmunológico fuerte, son los resultados con los cuales nos podemos encontrar. Por ello, es relevante fomentar y cuidar la etapa de siestas en niñas y niños. ¿Cuánto deben durar las siestas? Quédate en esta nota para conocerlo.

Las siestas son una parte esencial del desarrollo infantil, proporcionando a niñas y niños una oportunidad crucial para descansar y recargar energías durante el día. La siesta adecuada contribuye significativamente a su bienestar general, favoreciendo el desarrollo cognitivo y el rendimiento en actividades diarias.

A medida que crecen las y los niños, el número de siestas generalmente disminuye y su duración se acorta. Sin embargo, incluso en la etapa preescolar, una siesta corta puede ser fundamental para mantener el equilibrio emocional y la concentración durante el resto del día. ¿Cómo manejar las siestas?

¿Qué tan importante es la siesta en los niños?

De acuerdo con Clínica Alemana, la siesta es una costumbre muy sana en niñas y niños, pues es un excelente reparador natural que aporta enormes beneficios al organismo. Es por esto que, además del sueño nocturno, durante los primeros años de vida se acostumbra a dormir en el día. Normalmente, esto tiene dos periodos de somnolencia, en medio de la noche y en la tarde entre las 14:00 y 15:00 horas.

El portal añade que las y los menores tienen necesidad de dormir cierta cantidad de siestas según la edad. Si no lo hacen, la falta de sueño se va a manifestar como irritabilidad, llanto e, incluso, a veces hiperactividad. En el caso de un recién nacido, durante las primeras semanas no existe un patrón nocturno. Mamás para siempre identifica los siguientes beneficios de las siestas:

• Desarrollo cognitivo: durante las siestas, se producen importantes procesos de consolidación de la memoria y organización de la información
• Promoción del crecimiento físico: durante el sueño, el cuerpo libera hormonas de crecimiento que son responsables de la reparación y el crecimiento de tejidos, músculos y huesos
• Estabilidad emocional: las siestas pueden ayudar a mantener un equilibrio emocional saludable. Cuando un niño está cansado, es más propenso a las emociones negativas, como el mal humor y la irritabilidad
• Prevención del agotamiento: las siestas proporcionan una pausa necesaria para descansar y recuperar energías
• Fomento de la creatividad: durante el sueño, el cerebro puede procesar ideas y pensamientos de manera diferente a cuando está despierto. Esto puede llevar a la generación de ideas creativas y soluciones a problemas que un niño pueda estar enfrentando

Eresmamá explica que el tiempo de siestas puede ser para recién nacidos hasta seis meses deberían dormir entre 14 a 18 horas por día, de seis meses a un año se recomienda un total de 12 a 16 horas y en niñas y niños de 1 a 3 un total de 11 a 14 horas. A partir de los 3 a 5 años es de 10 a 13 horas en total, incluyendo la posibilidad de una siesta. Durante la etapa escolar, que abarca desde los 6 hasta los 12 años, las y los niños necesitan dormir entre 9 y 12 horas en total.  Para crear un ambiente propicio para la siesta el portal recomienda:

1. Crea un ambiente propicio para dormir: asegúrate de que el lugar donde duerma tu hijo sea tranquilo, oscuro, fresco y cómodo
2. Sé consistente: trata de sostener la rutina de la siesta todos los días, incluso los fines de semana, para mantener el ritmo de sueño de tu hijo
3. No fuerces la siesta: si tu pequeño se resiste a dormir, déjalo que en cambio tenga un momento de tranquilidad para que juegue solo en su habitación
4. Mantén un horario regular: intenta que la siesta se realice a la misma hora y tenga la misma duración todos los días para establecer un ritmo circadiano saludable
5. Fíjate en las señales de sueño: observa las señales que indican que tu hijo está cansado, como ponerse inquieto o frotarse los ojos y acuéstalo cuando parezca tener sueño
6. Evita las siestas tardías: si es posible, trata de que la siesta no se aproxime a la hora de ir a la cama de la noche. Deberían transcurrir al menos cuatro horas entre la última siesta y el descanso nocturno
7. Implementa actividades relajantes: realiza actividades tranquilas antes de la siesta, como leer un cuento, cantar canciones de cuna, hacerle masajes o escuchar ruido blanco o música suave para ayudar a tu hijo a relajarse
8. Deja que tu pequeño se despierte solo: lo ideal es permitir que los niños se despierten de la siesta de manera natural para que puedan tener el descanso completo que necesitan. Sin embargo, si debes despertarlo antes, hazlo con suavidad y de forma gradual y tranquila

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