Los problemas que más refieren las personas en consulta son “gastritis” y “colitis”. Lo pongo entre comillas porque, aunque ciertamente son términos médicos para designar estados de enfermedad, se usan de forma global y coloquial para designar ciertos patrones de síntomas que se asocian a la ingesta de alimentos.
Esto sucede no solo en la población general, sino incluso entre los profesionales de la salud de diferentes áreas, y también en el área de gastroenterología donde encontramos diferentes generaciones y enfoques.
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El término gastritis se usa, indistintamente, para designar 3 cosas:
- El comportamiento clínico: Esto se refiere a los signos y síntomas que refiere una persona y que usualmente incluyen: dolor tipo ardor en abdomen superior (boca del estómago), regurgitación, y distensión del abdomen (también referido como abdomen inflamado o que el abdomen “se pone duro”).
- Las imágenes observadas en una endoscopía superior: Aquí el término lo reporta un médico endoscopista con base en lo que observa dentro del estómago (forma y coloración del estómago).
- Las imágenes observadas en el estudio de biopsias: Aquí el término lo reporta un médico patólogo con base en las células que observa con el microscopio.
¿Es correcto llamar gastritis a las molestias estomacales?
Podríamos concluir que estos términos son una descripción más que un diagnóstico. Descripción de una serie de cambios que nos produce incomodidad, dolor, nausea, molestia, incluso inseguridad en como vestirnos, a donde ir o con quien ir. Estas descripciones nos dan un nombre, pero no una causa y no una solución de entrada.
Luego llegan los oportunos anuncios de la televisión, radio e internet: “Toma esto y te quitará la gastritis / la distensión / los gases, etc.” Lo que no te dicen es en que situación te lo pueden quitar…porque la realidad es que ellos no se preocupan en resolver un problema, se preocupan por venderte un producto.
Es necesario individualizar cada caso, conocer sus antecedentes, lo que ha sentido antes y en un ahora, los medicamentos y métodos que ha usado. Muy especial es el interrogatorio de los hábitos de alimentación que va a ser la clave que nos ayude a mejorar los síntomas.
La idea de que los nervios son la causa es muy popular. Sí puede ser, pero también debo proponer esto: “El estrés nos hace tener hábitos que, casi siempre, son lo que desencadenan las molestias”.
En conclusión: En lugar de buscar un remedio, habla con un especialista que sepa analizar estos detalles y sígueme en IG como @docpacodelavega
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