México es uno de los países donde hasta el 30% de la población adulta padece hipertensión arterial, y de ese 30%, solamente la mitad cuenta con un diagnóstico. Esta enfermedad crónica consiste en el incremento de la resistencia en las arterias para el paso de nuestra sangre, lo que implica el aumento de la presión arterial por encima de niveles normales (120-80) y los números por encima de estos límites nos indican que existe mucha presión en el sistema circulatorio.
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Como especialistas, determinamos el riesgo por factores divididos en dos grupos: los fijos (herencia familiar o genética), donde los padres o abuelos tienen antecedente de padecer la enfermedad; así como diabetes y apnea del sueño. Por otra parte están los factores modificables relacionados con el estilo de vida, tales como falta de ejercicio, sedentarismo, dieta alta en grasas y obesidad.
Dicho sea de paso, en México, aún tenemos un alto porcentaje de obesidad, colesterol, y triglicéridos altos (dislipidemia), mismos que en su conjunto conocemos como síndrome metabólico.
Si bien decimos que la enfermedad es silenciosa porque la mayor parte de la población no presenta síntomas notorios, cuando estos se presentan suelen ser muy inespecíficos, tales como dolor de cabeza, zumbido de oídos, aparición de luces en la vista, pueden ser señales de alarma para acudir con nuestro médico, sobre todo después de los 40 años de edad, cuando hay una incidencia mayor de la enfermedad, por ello es recomendable tomar la presión de manera más frecuente, hasta 4 veces al año.
¿Cómo controlar la hipertensión arterial?
Lamentablemente cada vez vemos más pacientes más jóvenes, específicamente el 13% de los diagnosticados se encuentran entre los 20 y 30 años de edad, y el subdiagnóstico es un problema grave, donde la primera manifestación de la enfermedad puede ser un infarto al miocardio o un evento vascular cerebral –una embolia--, cardiopatía isquémica, insuficiencia renal e incluso demencia vascular en adultos mayores.
La hipertensión arterial no tiene cura, solo se puede controlar, por lo que con un diagnóstico temprano y el tratamiento más adecuado para cada caso particular, podemos estabilizar mejor a las personas y así mantener una mejor calidad de vida y modificando el estilo de vida, si reducimos un 10% de nuestro peso corporal, podemos bajar también el riesgo de desarrollar la hipertensión arterial.
Como especialistas quienes integramos la Sociedad Mexicana de Trombosis y Hemostasia, A.C., nos enorgullece participar junto con la campaña #LoQueDiceTuMédico para fomentar estilos de vida saludables, evitar prácticas que pueden traer graves consecuencias tales como la automedicación y el cambio de receta.
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