La Enfermedad Renal Crónica es un tema de salud pública que debe ser atendido oportunamente para evitar complicaciones en los pacientes y desenlaces fatales o complicaciones durante los procesos de sustitución renal como hemodiálisis, diálisis peritoneal o el trasplante que, como sabemos, si bien es la opción que tiene mejores resultados es, lamentablemente, la menos disponible.
La hemodiálisis es un tratamiento que requieren para vivir las personas que han perdido la función de los riñones debido a una enfermedad. Se trata de un tratamiento complejo que requiere de múltiples procesos y sistemas para que sea seguro, y para que ofrezca al paciente los beneficios que espera obtener como mejorar la calidad de vida, mantenerse libre de complicaciones y vivir más tiempo.
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Si usted o un familiar ya acude o requiere acudir a una unidad de hemodiálisis debe saber que existen requerimientos fundamentales para garantizar calidad y seguridad en el proceso que van desde espacios aptos para atender a los pacientes, es decir, la infraestructura, indicadores y procesos que garantizan que el funcionamiento de todos los equipos es el adecuado.
Puntos claves de una clínica de hemodiálisis
Para nuestros lectores de Sumédico les comparto los puntos más relevantes que debe tener una clínica de hemodiálisis como un espacio adecuado de al menos 3 metros entre cada estación de hemodiálisis con visibilidad del equipo médico y de enfermería hacia todas las estaciones de tratamiento.
Asimismo, se debe permitir el tránsito libre para la entrada y salida de pacientes, incluyendo el espacio suficiente para el paso rápido de una camilla en caso de urgencia; además, debe contar con áreas comunes diseñadas para el tránsito adecuado y fácil de los pacientes, con accesibilidad para sillas de ruedas y con mecanismos que disminuyan al mínimo el riesgo de una caída.
Los baños deben ser óptimos para el uso, entrada y salida de pacientes con sillas de ruedas u otros auxiliares. Todos los espacios deben estar construidos de materiales durables y fáciles de limpiar, ya que se deben mantener en todo momento en excelentes condiciones de limpieza.
El tratamiento de hemodiálisis requiere de grandes cantidades de agua ultra-pura; agua de mucho mayor calidad que el agua potable que solo puede alcanzarse con un sistema llamado ósmosis inversa y para mantener el agua libre de crecimientos de cualquier bacteria es indispensable que se mantenga en circulación en el sistema las 24 horas los 365 días al año, incluso, los días en los que no se dan tratamientos.
La clínica de hemodiálisis debe realizar un proceso de desinfección del sistema todos los meses y comprobar con pruebas de un laboratorio certificado que la calidad del agua es ultra-pura.
Respecto a los sistemas de agua y de tratamiento de hemodiálisis, las clínicas deben contar con capacidad para administrar oxígeno, carros rojos para la atención de urgencias con desfibrilador y básculas de precisión para la monitorización del peso del paciente antes y después del tratamiento.
Paciente bien, todos bien
La atención de los pacientes es la actividad más crítica que hay en una clínica de hemodiálisis e involucra muchos procesos especializados como el ingreso seguro con evaluación médica, pesaje y registro de signos vitales y estado del paciente; manejo y la conexión del acceso vascular a la máquina de hemodiálisis, el ajuste de los parámetros de la prescripción por parte del nefrólogo, la administración de la sesión con dichos parámetros, la vigilancia del paciente durante la sesión, la atención y resolución de complicaciones; el término de la sesión y desconexión del paciente con el cuidado del acceso vascular tras la desconexión; y el egreso seguro del paciente con evaluación de su estado y peso al final del tratamiento.
Una clínica de hemodiálisis de calidad, debe de medir con frecuencia indicadores de resultados para la mejora continua de sus procesos, ya que lo que no se mide no se puede mejorar.
Algunos de los indicadores más importantes son:
- Mortalidad. Proporción de pacientes que fallecen cada año.
- Tasa de infecciones. Número de infecciones del acceso vascular que se presentan en un periodo determinado.
- Tasa de complicaciones. Número de pacientes que tienen cualquier molestia durante su sesión.
- Eficiencia de la hemodiálisis. Medida por la proporción de pacientes que alcanzan un tratamiento adecuado y una serie de parámetros de laboratorio que permiten saber cómo están los pacientes.
Las mejores clínicas de hemodiálisis mantienen tasas de mortalidad debajo de 15% anual, síntomas o complicaciones en menos de 10% de los tratamientos; tasa de infecciones menor a 1 infección por cada 1000 días por catéter (cada paciente con catéter aporta 1 día catéter cada día que pasa, es decir, que en una clínica hipotética con 1000 pacientes con catéter se podría esperar una infección cada día) y más de 80% de pacientes con tratamiento adecuado cuando se alcanza suficiente tiempo en cada sesión de hemodiálisis.
Finalmente, uno de los indicadores más relevantes que pocas clínicas miden es la satisfacción de los pacientes con la atención y la calidad de vida; está última se puede evaluar a través de encuestas validadas como KDQOL y resulta un parámetro invaluable que mide el efecto de la enfermedad y del tratamiento en la vida diaria de las personas.