Como cada 30 de marzo se conmemora este año el Día Mundial del Trastorno Bipolar, con auspicio de la International Society for Bipolar Disorders (ISBD).
Hay que mencionar que se seleccionó este día, porque es el aniversario del natalicio de Vincent Van Gogh, pintor neerlandés, que en ejercicio retrospectivo de psiquiatría forense ha sido diagnosticado como portador de esta patología. Desde hace ya un par de años el lema de conmemoración no ha cambiado y es “Fuerza para hoy, Esperanza para el mañana”.
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Siendo así no hay una dirección específica para hablar en este año, por lo que cada vocero podemos centrarnos en el punto que mejor creamos conveniente. A mí parecer, pienso pertinente comentar sobre el pronóstico a largo plazo de las personas portadoras de este diagnóstico.
Como muchos ya deben de conocer, estamos hablando de un desorden que es crónico, que una vez establecido, prácticamente debemos de pensar que va a acompañar a la persona por el resto de su vida.
A este respecto, hay muy poco que la persona pueda hacer ya que se enunció la posibilidad de tenerlo; pero hay que dejar en claro que, de acuerdo a las evidencias de los últimos 20 años también estamos enfrente de una entidad deteriorante.
Trastorno bipolar, una enfermedad situada en el cerebro
Podría parecer hasta cierto grado inocuo, la presentación del espectro bipolar, una condición donde hay fluctuaciones del estado del ánimo largas y persistentes de varias semanas o meses, donde bien podría el paciente y su entorno tolerar los cambios entre estaciones depresivas y maníacas o hipomaníacas. Yendo más allá, cuando esté triste me tomó un medicamento que mejoré esta etapa y cuando esté acelerado uno que me regrese a la estabilidad y listo. Pues, lamento contarles que esto no es tan simple.
Estamos hablando de una enfermedad, en toda la extensión patológica de la palabra, situada en un órgano, el cerebro, y que, ahí viene lo importante, mientras más tiempo esté descontrolada y atacando a las neuronas, más daño les hace, e incluso las llega a eliminar.
Esta capacidad neurotóxica se presenta de forma inequívoca en cualquiera de las fases del espectro bipolar y tiene como principal consecuencia, la pérdida y deterioro progresivo de las capacidades cognitivas e intelectuales de la persona; lastimando de forma duradera su calidad ejecutiva y de vida.
El mandato ya nos ha quedado claro a los especialistas y desde hace un tiempo nos hemos dedicado a bajarlo al nivel del público en general, un mensaje claro: el momento para actuar no es para estabilizar crisis, es en el mejor punto para prevenirlas.
Las herramientas son muchas, un buen estilo de vida, con sueño reparador, dieta balanceada y actividad física. Aprender mecanismos niveladores del estrés del medio ambiente, como la meditación y técnicas adecuadas de psicoterapia. Y la aproximación correcta a los mejores esquemas de farmacología que permitan bajar la inflamación celular y minimizar los índices de recaídas.
Por lo tanto, en este 30 de marzo; a tomar las medidas necesarias para aprender los cuidados del cerebro en el espectro bipolar.