Un reciente hallazgo científico permitió observar por primera vez cómo surgen los antojos en el cerebro y cómo el llamado “ruido alimentario” influye en nuestras decisiones al comer.
Los antojos son una respuesta del cerebro ante estímulos que interpreta como gratificantes. Investigadores del Centro Monell de los Sentidos Químicos de Filadelfia han logrado visualizar por primera vez cómo estas señales se activan en regiones cerebrales ligadas al placer, la recompensa y la memoria, arrojando luz sobre por qué ciertos alimentos resultan irresistibles. Los hallazgos fueron publicados en la prestigiosa revista estadounidense Nature.
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Los antojos de alimentos están relacionados con una activación elevada del sistema de recompensas del cerebro en respuesta a señales externas o internas. Este mecanismo se asocia a dopamina, la misma sustancia que refuerza conductas placenteras.
En ese sentido el ruido alimentario se refiere a la presencia de pensamientos constantes, intrusivos e indeseados sobre la comida que ocurren independientemente del hambre fisiológica real.
¿Qué regiones del cerebro se activan cuando surge un antojo?
Los antojos involucran principalmente tres áreas de nuestro cerebro, órgano director de orquesta:
- Corteza prefrontal, que toma decisiones y evalúa recompensas.
- Amígdala, que gestiona emociones y conexiones con recuerdos.
- Núcleo accumbens, pieza clave del circuito de recompensa.
Cuando un alimento altamente apetecible tiene lugar en los sentidos de las personas estas regiones se encienden, generando un impulso fuerte por consumirlo. Las reacciones fisiológicas incluyen salivación excesiva, movimiento de lengua y sonidos de estómago.
Los científicos implantaron un electrodo en el núcleo accumbens de los participantes, una región del cerebro relacionada con la sensación de recompensa. Entre 5 y 7 meses después de la implantación de los electrodos, los investigadores observaron que el tipo de actividad cerebral asociada a la compulsión por la comida comenzó a intensificarse en el cerebro.
El ruido alimentario abarca imágenes, olores, anuncios, redes sociales o conversaciones que evocan comidas en nuestro subconsciente.
De acuerdo con el especialista en salud mental Riccardo Dalle Grave, "El ruido de comida, por otro lado, es como un zumbido de fondo constante: siempre presente, distrayendo constantemente. Es como tener una radio en la cabeza que habla de comida sin parar, aunque nunca la hayas encendido y no puedas apagarla".
El cerebro es sensible y receptivo a estímulos visuales y emocionales. Por esta razón:
- Aumenta la liberación de dopamina.
- Se refuerzan hábitos de comer por impulso.
- Se altera la autorregulación del apetito.
- Se dificulta distinguir entre hambre real y hambre emocional.
Estos estímulos pueden hacer más complicado resistir tentaciones de publicidad acerca de alimentos y bebidas. Por consiguiente, comprender cómo se originan los antojos y cómo influye el ruido alimentario puede ayudar a diseñar tratamientos para el sobrepeso, la obesidad y la alimentación emocional.
¿Tienes antojos recurrentes de comida?
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