El desarrollo del cáncer de mama depende de múltiples factores y un estudio reveló que uno de ellos es el consumo de refrescos (saborizados y de cola), particularmente en mujeres premenopáusicas, de acuerdo con una investigación que realizó la doctora Gabriela Torres Mejía y la doctora Adriana Garduño Alanis, investigadoras del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
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Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Cancer epidemiology, biomarkers & prevention. Las entidades donde se realizó el estudio fueron la Ciudad de México, Monterrey y Veracruz, todas las participantes eran mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas de entre 35 y 69 años; se analizaron 1,000 casos y 1,074 controles.
De acuerdo con los hallazgos de la investigación, “las mujeres premenopáusicas que tuvieron mayor probabilidad de tener cáncer de mama fueron aquellas que bebieron una o más porciones de refrescos por día (1.78 veces), que corresponde casi al doble del riesgo de aquellas que bebieron una o menos porciones al mes”, se menciona en una publicación del INSP.
En el estudio se explica que múltiples estudios han documentado que “el consumo de refrescos aumenta el riesgo de cáncer de mama debido, en parte, a que promueve el aumento de peso, lo que se relaciona con la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2".
Además, resaltan que la insulina puede incrementar el riesgo de cáncer de mama estimulando la proliferación celular e impidiendo el proceso natural de apoptosis o muerte celular.
Otro factor es el colorante de caramelo utilizado en las bebidas azucaradas de cola, producido con compuestos de amonio, que puede resultar en una mayor concentración de 4-metilimidazol, el cual es considerado un compuesto carcinogénico.
Azúcar en exceso en refrescos favorece el cáncer de mama
La evidencia internacional actual apunta a que el consumo de azúcar de forma excesiva potencia la proliferación celular, daños en el ADN y aumenta la inflamación. Estos efectos se relacionan con el desarrollo de distintos tipos de cáncer.
En el caso de las mujeres se ha asociado con el porcentaje de densidad mamaria, un factor que aumenta el riesgo de cáncer de mama. Además, se asocia con diversas enfermedades como sobrepeso, obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular, hígado graso, caries, entre otras.
Las investigadoras del INSP señalan que en las últimas 2 décadas, se ha producido un incremento en las ventas de bebidas azucaradas en México, convirtiendo a la población mexicana en una de las principales consumidoras de refrescos a nivel mundial.
Las autoras del estudio señalan que los resultados son evidencia sobre la importancia de reducir o evitar el consumo de refrescos y bebidas azucaradas, además de tener hábitos saludables como realizar actividad física, llevar una alimentación saludable y evitar el sobrepeso.
De manera preventiva las investigadoras hacen énfasis en que se recomienda que las mujeres se auto exploren los pechos a partir de los 20 años, se realicen exámenes clínicos por personal de salud regulares a partir de los 25 años y se sometan a mastografías periódicas, especialmente a partir de los 40 años.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de México (ENSANUT) 2012, los azúcares añadidos contribuyeron con el 13% de la ingesta total de energía, de los cuales, el consumo de bebidas azucaradas representó el 69% del total de azúcares añadidos.
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