Debido a que tres mil millones de personas en el mundo no pueden acceder a una alimentación saludable, se ha subrayado la urgencia de transformar los sistemas alimentarios para garantizar una dieta saludable y sostenible. A continuación, te contamos algunas consecuencias de tener una mala dieta alimentaria.
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De acuerdo con The Food Tech, una dieta poco saludable conlleva el riesgo de una malnutrición y enfermedades, incluida la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad, así como las deficiencias de micronutrientes.
De hecho, el Informe sobre Políticas Alimentarias Globales (GFPR) 2024 sostiene que una dieta saludable podría salvar una de cada cinco vidas, proporcionando los nutrientes necesarios para una vida activa y saludable, contribuyendo al bienestar y a la productividad de la población. Por ello, buscar soluciones para dietas más equilibradas y nutritivas es importante.
Importancia de una alimentación saludable
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
Contar con hábitos alimentarios sanos en los primeros años de vida es vital, pues favorece el crecimiento sano y mejora el desarrollo cognitivo; además, puede proporcionar beneficios a largo plazo, entre ellos la reducción del riesgo de sobrepeso y obesidad y de enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida.
¿Cuáles son las medidas para reducir las dietas poco saludables?
De acuerdo con el Informe sobre Políticas Alimentarias Globales (GFPR) 2024, algunas acciones que se pueden tomar para tener una mejor alimentación incluyen aumentar la comunicación para el cambio de comportamiento, contar con programas de asistencia social para abordar las barreras a las dietas saludables y sostenibles, así como cambiar las preferencias de los consumidores por opciones de alimentos más saludables.
La ingesta calórica general debe estar equilibrada con el gasto calórico. Para evitar un aumento malsano de peso, las grasas no deberían superar el 30% de la ingesta calórica total.
Además, la OMS indica que es importante limitar el consumo de azúcar libre a menos del 10 % de la ingesta calórica total forma parte de una dieta saludable. Para obtener mayores beneficios se recomienda reducir su consumo a menos del 5 % de la ingesta calórica total.
También es importante mantener el consumo de sal por debajo de cinco gramos diarios (equivalentes a menos de 2 g de sodio por día). Esto ayuda a prevenir la hipertensión y reduce el riesgo de cardiopatías y accidente cerebrovascular entre la población adulta.
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