El consumo de insectos como alimento alternativo es una idea que se busca introducir en muchos países como parte de una alternativa sustentable y nutritiva a los productos como la carne. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), impulsa su producción e ingesta.
Además de las producciones prácticas a escala que esto tendría, está científicamente comprobado que los insectos son una gran fuente de nutrientes y proteínas. Sin embargo, aún quedan muchas barreras por cruzar para lograrlo, pues la más importante es la cultural.
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Principales países que tiene una dieta rica en insectos
Actualmente, alrededor del mundo se consumen 1,900 especies de insectos, asegura la FAO.
La cucaracha frita, el saltamontes con miel, la araña negra, los gusanos de bambú, las larvas cocidas, el picudo rojo de la palmera, los escarabajos, las hormigas rojas, y los grillos encebollados son algunos de los manjares que en países como Tailandia, Vietnam, Japón, China, Sudáfrica e incluso México se consumen.
Estos países culturalmente han tenido dentro de su dieta ancestral la ingesta de insectos; comerlos la sido normalizado. Sin embargo, diversos países europeos también buscan tomar medidas para estandarizar el consumo de estos como fuente de alimento alternativo de las carnes rojas que son contaminantes.
Al respecto, Next Food explica que los insectos son la mejor fuente de vitaminas, omega 3 y 6, así como de minerales. Además, estos contienen bajos niveles de grasa y colesterol, a diferencia de la carne tradicional que contiene 48% de grada en promedio.
Ventajas y beneficios de comer insectos
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a través de su portal señala cuatro motivos importantes por los que es beneficioso comer insectos e impulsar su producción. A continuación, te decimos cuáles son:
1. Son nutritivos
Los insectos comestibles ofrecen energía, grasa, proteínas y fibra. Además, son buena fuente de zinc, calcio y hierro. Además, son una fuerte alternativa de proteína respecto de las carnes convencionales.
2. Son sustentables ecológicamente
La crianza de insectos emite considerablemente menos gases de efecto invernadero que la mayoría de las fuentes de proteína animal, pues también emplean menos agua que la crianza de ganado.
Además, la cantidad de tierra y alimento necesaria para criar insectos es mucho menor que la que se necesita para la producción animal. Por ejemplo, los grillos necesitan 12 veces menos piensos que el ganado para producir la misma cantidad de proteína.
3. Tiene oportunidades económicas
Dado que la cría de insectos requiere un espacio mínimo, su producción se puede realizar en zonas tanto rurales como urbanas, por lo que su compra- venta puede traer beneficios económicos en lugares en los que otras actividades agrícolas no lo son.
4. Es un recurso infrautilizado
Debido a que la población mundial sigue creciendo, la producción de alimentos deberá aumentar. En este sentido, se necesitan soluciones innovadoras para satisfacer la demanda mundial de proteína y otras fuentes alimenticias nutritivas. La cría de insectos ofrece una oportunidad para ayudar a satisfacer esta demanda creciente.
Sin duda, los insectos comestibles pueden ayudar a mejorar la nutrición alimentaria, crear nuevas oportunidades de medios de vida y apoyar los sistemas agrícolas sostenibles.
(Con información de FAO, Next Food, Infobae).