Todas las personas hemos tenido pesadillas alguna vez en nuestra vida y aunque no solemos darles mucha importancia, a continuación, te diremos si tenerlas es una señal de demencia.
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Una pesadilla es un sueño perturbador relacionado con sentimientos negativos, como ansiedad o miedo que te despiertan. Las pesadillas son comunes en niños, pero pueden manifestarse a cualquier edad.
Las pesadillas sí se pueden relacionar con la demencia
Una investigación encontró que las pesadillas en la mediana edad se vinculan con un riesgo significativamente mayor de demencia posterior en la edad adulta.
Los investigadores encontraron que los adultos de mediana edad que reportaron tener sueños angustiosos semanales al inicio del estudio tenían un riesgo cuatro veces mayor de desarrollar demencia en comparación con sus contrapartes que no tenían pesadillas.
"Es probable que los sueños angustiosos sean un factor de riesgo causal para la demencia o uno de los primeros signos de ella", dijo el investigador del estudio, Abidemi Otaiku.
¿Cómo se realizó la investigación?
Otaiku y sus colegas encontraron que los adultos sanos de mediana edad del estudio MIDUS que tenían pesadillas al menos una vez a la semana tenían cuatro veces más probabilidades de experimentar un deterioro cognitivo durante la siguiente década que aquellos sin sueños angustiosos. Además, los adultos mayores que reportaron pesadillas tenían un riesgo dos veces mayor de demencia por todas las causas.
El estudio actual amplía la investigación anterior al analizar un subconjunto de participantes del estudio que tenían datos genéticos disponibles que se basaban en análisis de sangre, muestras de saliva y antecedentes familiares para determinar si estos tenían algún impacto en los hallazgos anteriores.
"Descubrimos que después de controlar los factores genéticos, la asociación entre los sueños angustiosos y el deterioro cognitivo y la demencia seguía siendo sólida", dijo Otaiku.
"También encontramos que no había una relación significativa entre la frecuencia de los sueños angustiosos y los factores genéticos en ninguno de los grupos de edad".
Dado que no hay cura para la enfermedad de Alzheimer (EA) ni para otros tipos de demencia, "es importante que identifiquemos a las personas en la etapa temprana, antes de que desarrollen síntomas, para que puedan beneficiarse de los medicamentos modificadores de la enfermedad, cuando estén disponibles, y de las estrategias preventivas", añadió Otaiku.
Se necesitan estudios futuros para determinar si tratar los sueños angustiosos podría ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo y/o prevenir la demencia, dijo.
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