La ansiedad, el estrés y el trabajo son algunos factores por los que una persona deja de dormir adecuadamente, acción que puede afectar de forma severa la salud física y mental de cualquier persona.
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“Más del 30% de los adultos y hasta el 90% de los adolescentes no duermen lo suficiente”, detalla un estudio sobre los efectos de la falta de sueño en las personas, liderado por la doctora Cara Palmer, de la Universidad Estatal de Montana, según Uno TV.
Así también lo indica otro análisis que recolectó los datos de 154 estudios realizados durante los últimos 50 años y de pruebas efectuadas a 5 mil personas, el cual fue publicado en la revista Psychological Bulletin, detalla el portal El Universo.
¿Cómo afecta la salud mental el no dormir?
Según datos de MedlinePlus, dormir le da al cuerpo y al cerebro tiempo para recuperarse del estrés diario. Dormir bien nos ayuda a tener mejor juicio, la mente clara y una mejor disposición para tomar decisiones. Dormir también nos ayuda a ser más optimistas y a tener una mejor relación con las personas y combatir enfermedades.
De acuerdo con el estudio realizado por la doctora Cara Palmer, la pérdida parcial del sueño es capaz de aumentar los niveles de estrés y tristeza, provocando mayor “agotamiento mental”. Además, dormir de forma interrumpida también promueve el desarrollo de ansiedad, la preocupación y la aceleración de la frecuencia cardíaca en general.
Para tener un sueño reparador y no sufrir estrés innecesario, las personas adultas necesitan entre siete y ocho horas de sueño para alcanzar un descanso profundo, satisfactorio y restaurador, informa National Geographic. Este es capaz de eliminar del cerebro las sustancias asociadas con el Alzheimer y la proteína beta-amiloide.
Un mal sueño afecta la salud mental de los niños y adolescentes
Los niños y los adolescentes pueden verse afectados por la falta de sueño de diversas maneras. Entre ellas, el Nhlbi detalla que las infancias y adolescentes pueden llegar a experimentar problemas para llevarse bien con otras personas, sentimientos impulsivos y llenos de enojo, cambios de humor, carencia de motivación, dificultades para prestar atención y estrés.
Por lo anterior, el sueño nocturno de buena calidad mejora el aprendizaje y la capacidad de resolución de problemas, ayuda a prestar atención, a tomar decisiones y a ser creativos, concluye el Instituto.
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