Ansiedad, depresión, estrés postramático, violencia e ideas suicidas, son algunas de las consecuencias que dejó la pandemia de covid-19, sin embargo, también se hizo muy evidente que la salud mental no es un problema de personas que tendían a ocultarse, sino que es un tema de todos.
Al respecto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó la colección “La década covid en México”, conformada por 15 títulos que analizan de manera interdisciplinaria los impactos de la emergencia sanitaria.
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La doctora María Elena Medina-Mora, directora de la Facultad de Psicología junto a la doctora Olbeth Hansberg Torres, de la Facultad de Filosofía y Letras, coordinaron el tomo “Salud mental, afectividad y resiliencia” donde se abordan las alteraciones mentales causadas por la pandemia, cómo tratarlas y cómo la atención a distancia puede ser un gran aliado en estos temas.
En entrevista con Sumédico, la doctora Medina-Mora asegura que durante la emergencia sanitaria se vio un aumento en los trastornos mentales que se relacionó con la enfermedad misma, con el haber sido portador del virus y lo que implicó la enfermedad, pero también con las consecuencias del largo confinamiento y del cierre de las escuelas.
“Todos estos factores se juntaron y dieron como resultado un incremento muy importante de la enfermedad mental, empezando por las que ya eran frecuentes, como la ansiedad y la depresión, así como el estrés postraumático”, apunta la experta.
De igual forma se vio un incremento en menor proporción del consumo de sustancias y los problemas de conducta.
Debido a esta situación se llegó a hablar de una sindemia, asegura la también investigadora en psicología y salud pública, en donde había dos pandemias al mismo tiempo: covid por un lado y el problema de salud mental también.
Se estima un incremento del 30% en las enfermedades mentales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hubo un incremento en los problemas de salud mental del 21% causados por la pandemia, pero en México no tenemos una encuesta todavía que brinde un panorama más preciso sobre nuestro país.
Sin embargo, hubo un estudio realizado por la Universidad Iberoamericana donde se realizaron entrevistas telefónicas en distintas etapas de la pandemia y se encontró que hubo un 30% de incremento de las enfermedades mentales en México.
También se hicieron estudios con personal de salud, los que estuvieron en primer contacto con los pacientes, incluso con personal de limpieza y quienes recogían a los muertos, donde se vio un incremento similar de los problemas de salud mental.
Los estudios del Instituto de Salud Pública donde también se hicieron encuestas, marcan un incremento importante en la depresión. “Se hará una nueva encuesta y eso nos dará cifras más exactas”, dice la experta.
Más del 50% de quienes enfermaron de covid, presentaron pérdida cognitiva
Medina-Mora puntualiza que desde la perspectiva de salud mental, el covid creó enfermedades graves porque hubo un incremento de problemas psicóticos y no se sabía si esto iba a ser temporal o iba a durar. Ahora sabemos que los que perduran son la depresión y la ansiedad, dice la experta, pero también los problemas cognitivos, ya que hubo una pérdida cognitiva que algunos también llaman disfunción cognitiva.
En ese sentido, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) calcula que poco más del 50% de las personas que enfermaron de covid, sin importar si recibieron tratamiento ambulatorio, hospitalización, intubación o ninguna, tuvieron pérdida cognitiva, que tiene que ver con problemas de atención, de memoria y de lentitud en el lenguaje. Este fenómeno también se ve en los niños.
La psicóloga destaca que aunado a ello, se presentó una alta prevalencia en los trastornos del sueño y dolores de cabeza y en varias partes del cuerpo en general.
“Todo ello hace difícil que podamos superar lo ocurrido en la pandemia, sumado a otros factores que se presentaron como la pérdida económica, la disminución del ingreso y la pérdida del empleo”, lamenta la experta.
Violencia familiar empeoró la salud mental en la pandemia
La violencia familiar fue otro factor que se sumó al empeoramiento de la salud mental en los mexicanos debido a la pandemia y que, aunado a los problemas ya existentes de violencia en el país, afectó significativamente la salud mental.
“Debido al confinamiento muchas personas presenciaron la violencia en la familia, fueron violentados o ejercieron la violencia sobre sus familiares o pareja; fue uno de los principales motivos de consulta que tuvimos”, resalta la psicóloga Medina-Mora.
Por otra parte, la experta detalla que fuimos uno de los pocos países que cerraron las escuelas, lo que además de favorecer la violencia en casa, representó una pérdida de aprendizaje en los niños y adolescentes.
No tuvimos rituales para despedir a los familiares
La directora de la Facultad de Psicología señala que uno de los principales predictores de la enfermedad mental durante covid tiene que ver con haber tenido la enfermedad previa y lamentablemente en muchos casos no se atendió adecuadamente por la saturación de los hospitales.
“Tuvimos muchas pérdidas, México obtuvo un deshonroso primer lugar en orfandad, niños que se quedaron sin sus padres debido a la pandemia”, detalla la experta.
Una de las situaciones más fuertes que se tuvo es que personas entraban caminando al hospital y a las 2 horas les avisaban que ya había muerto y lo único que volvían a ver de su familiar eran cenizas. “Hubo muchos problemas de duelo por no tener los rituales para despedirlos”, indica Medina-Mora.
El aumento de los trastornos mentales fue una combinación de los propios problemas causados por la enfermedad y de las acciones que se llevaron a cabo para contenerla y que llevaron a que mucha población enfermara o muriera.
Todos fuimos afectados de alguna manera en la pandemia
Los estudios hasta ahora indican que las personas que tenían una enfermedad mental previa, ya sea activa al momento de la pandemia o que tuvieron en algún momento de su vida, fueron quienes más sufrieron las secuelas.
Además, se vio que en las mujeres se registraron más casos de depresión y ansiedad, mientras que en los hombres, un mayor abuso de sustancias y problemas de conducta. “Esta misma tendencia ya se observaba antes, pero sí vimos un incremento en ambos casos”, puntualiza la psicóloga.
En quienes tuvieron una pérdida económica se detectaron más sensaciones de inseguridad y un incremento de la violencia. Quienes tenían dependencia a drogas presentaron más dificultad para trabajar y conseguir recursos y más muertes por síndromes y abstinencia, así como por sobredosis.
“Sí tuvimos poblaciones vulneradas, pero en general vimos que estos factores de riesgo se repartieron en la población y todos fuimos afectados de alguna manera”, dice Medina-Mora.
Sector de salud, uno de los más afectados
En los médicos, enfermeras y todo el personal de salud, la experta detalla que se vio más estrés postraumático, pero principalmente ansiedad y depresión, especialmente en aquellos que tuvieron contacto directo con los enfermos. Estudios apuntan que los más jóvenes, es decir, los estudiantes de pregrado y residentes tuvieron más problemas de abuso de sustancias e ideación suicida.
Los trastornos de ansiedad fueron más frecuentes en las poblaciones que tuvieron que lidiar con cuerpos y con enfermos.
Por otro lado, cuando el personal de salud salía de los hospitales sufrían violencia porque les aventaban cosas, la gente no los quería y tenían que regresar con miedo a casa. Algunos tuvieron que rentar espacios para no llegar a dormir a sus casas y dejaron de ver mucho tiempo a sus familiares para evitar contagiarlos.
La experta refiere que se llevó a cabo un estudio internacional en el que participaron 71 países para ver cuál era la experiencia del personal de salud tratando con personas que habían tenido problemas mentales por covid, incluyendo ellos mismos, y se vio que les costaba mucho trabajo pedir ayuda y no usaban las opciones de tratamiento.
Esto se debía, según los resultados, a que los médicos solo podían hablar de sus emociones en las noches, pero debido a que tuvieron muchas horas extras y exceso de trabajo no lo hacían, además de que debían atenderse con el clínico de su propia institución.
Cuando se abrió la opción de que se trataran con clínicos de otras instituciones y en cualquier horario aumentó el tratamiento y eso se explica porque principalmente los residentes buscan un puesto en su institución y decir que tenían depresión todavía causa mucho estigma, porque se cree que alguien con una enfermedad mental no va a ser el mejor candidato a un empleo.
“Aprendimos no nada más qué tratamiento brindar a los pacientes, sino cómo ofrecerlo y esa parte juega un papel muy importante”, señala Medina-Mora.
La tecnología es un aliado en la atención de la salud mental
La Facultad de Psicología apoyó a la Secretaría de Salud con un programa muy importante a través de un cuestionario de tamizaje que se aplicó a 184 mil personas por vía telefónica para identificar a las personas que tenían trastornos mentales. Además, se hizo una red de 70 instituciones que dieron servicios gratuitos para quienes se identificara con una necesidad de tratamiento.
“Uno de los aprendizajes más importantes que nos dejó la pandemia es que la tecnología y la intervención en línea sí funciona para atender a quienes los necesitan y es mucho mejor que dejarlos en una lista de espera para recibir tratamiento”, dice la experta.
En encuestas previas a que llegara el covid, realizadas a estudiantes, se vio que casi nadie quería recibir consultas en línea, pero después de la pandemia, se vio que el teléfono era un conducto maravilloso para recibir atención. Las videollamadas no eran tan efectivas porque en la pandemia las personas no tenían un espacio privado donde hacerlas, así que preferían el teléfono.
¿Cuál es el panorama de la salud mental después de covid-19?
La investigadora concluye que no sabemos qué secuelas nos va a dejar a nivel mental el covid-19, tenemos que esperar porque no sabemos cómo afectó nuestro cerebro. “Lo que sí sabemos es que ahora tenemos más mecanismos para ayudar a la gente y que reciban un tratamiento para mejorar su bienestar”, agrega.
En el tomo “Salud mental, afectividad y resiliencia” de “La década covid”, es posible conocer una visión general de lo que está pasando en la salud mental, los resultados del estudio que hizo la UNAM, cómo está el problema en los niños, la identificación y prevención del suicidio, cómo lograr la resiliencia y los retos para el futuro. Cualquier persona interesada puede consultar este tomo y la colección completa de forma gratuita AQUÍ.
La Silla Rota publica una serie de cinco reportajes con apoyo de especialistas de la UNAM para revisar el impacto de la pandemia por covid en México. Desde diversos puntos de vista se abordarán las implicaciones en la salud, en la salud mental, en la economía y un texto más con perspectiva de género.