El duelo es una de las experiencias más intensas y complejas que podemos tener a lo largo de nuestra vida. Se trata de un mecanismo de adaptación que tenemos los seres humanos para afrontar la pérdida de algún ser querido o de alguna cosa, detalla Médico Plus.
"Se trata de un cambio que necesitamos entender, acomodar y darle sentido en nuestra vida. Es un proceso natural y saludable del que no podemos escapar. Involucra el área física, fisiológica, psicológica y espiritual. Involucra muchas cosas”, detalla la especialista Gina Tarditi, psicóloga, desarrollista humana y tanatóloga.
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A través del foro virtual de Vida Sana organizado por Sumédico, la especialista detalló que existen muchos mitos en torno al duelo. Uno de ellos señala que este es un proceso lineal compuesto por etapas fijas o que termina en algún momento, cuando en realidad vivimos con él y lo sobrellevamos día con día.
¿Cómo se manifiesta el duelo?
La gente tiene la falsa creencia de que las etapas del duelo son lineales porque uno de los modelos más famosos se desarrolla así (negación, ira, negociación, depresión, aceptación), pero en realidad el duelo no tiene etapas fijas y secuencias. Cada persona las vive como puede y de acuerdo a su filosofía de vida. También depende de las circunstancias del duelo.
Dependiendo de la pérdida que se viva es el tipo de sentimientos y procesos que desarrollaremos individualmente. Además de las pérdidas relaciones, es decir, la muerte de un ser querido, o un divorcio, Psicología y Mente señala que también existen las pérdidas de capacidades (físicas o mentales), las pérdidas materiales como de algún objeto valioso, y las pérdidas evolutivas, como la vejez o la jubilación.
La especialista Tarditi señala que todas estas pérdidas y duelos además de vivirse de forma distinta, en realidad no terminan nunca. Lo que pasa es que con el tiempo lo aceptamos a nivel afectivo, aprendemos a vivir sin aquello o aquellas personas que hemos perdido, pero la huella que deja eso que perdimos va a estar y nos acompañará por el resto de la vida.
Lo que marca la diferencia son las acciones que tenemos posteriormente de vivir la pérdida. Usar nuestros recursos emocionales con los que contamos es importante, a pesar de que sintamos que no lo tenemos sí contamos con ellos y ahí están.
¿Cómo podemos empezar a aceptar el duelo?
“Yo diría que en un inicio es importante hacer lo necesario para sobrevivir, es decir, cuidar la alimentación y comer cosas nutritivas; mantener un estado de sueño y vigilia constante; rodearse de tu red de apoyo, familia o amigos. Ir tomando las decisiones que son verdaderamente necesarias para vivir la tristeza y aceptarla es algo con lo que podemos empezar”, detalla la especialista.
Para llevar a cabo un duelo sano, se tiene que respetar el proceso individual de cada persona. La gente que está alrededor de la persona que vive el duelo también tiene que ser sensata y tratar de entender que su ser querido necesita tiempo. Evitar frases como “no estés triste”, “ya no pienses en eso” deben evitarse para que la otra persona pueda desahogar su dolor y acomodarlo en algún lugar.
“El ser humano se dobla por el dolor pero no se rompe”, recalca la especialista.
¿En qué momento necesitamos pedir ayuda?
De acuerdo con la tanatóloga, alrededor del 10% de las personas pueden caer en un duelo prolongado. Por lo general hay mucho enojo y se aferran a la idea de que las cosas no serán como eran antes y eso les pesa.
En estos casos, la especialista enfatiza que no hay un tratamiento para el duelo prolongado, pues también está asociado a problemas de salud mental que ya se tenían antes, como un trastorno dependiente o depresivo. En caso de que el duelo sobrepase los límites y no le permita a la persona continuar con su vida diaria, buscar la ayuda de un tanatólogo o tanatóloga para ayudarles a entender por qué las cosas cambiaron es lo más ideal.
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