Constantemente encontramos en redes sociales alternativas para cuidar el aspecto físico. Desde ejercicios para obtener músculos hasta trucos para lucir una piel perfecta, nos inundamos en un mar de información. Sin embargo, poco solemos hablar de cómo cuidar la salud mental y con ello al cerebro. Ese órgano que nos permite hacer mil actividades en el día. En la etapa mayor, este ámbito adquiere mayor relevancia ante las enfermedades cerebrales que podría atravesar. ¿Cómo podemos fomentar su bienestar? Formando relaciones sociales.
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“Nos permite involucrarnos en actividades sociales saludables para nuestro cerebro que nos protegen del deterioro cognitivo, así como los signos de demencia” menciona Javier Tubío, investigador y profesor del Máster en Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de La Rioja para Europa Press.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, se estima que al año en México 188 por cada 100 mil habitantes sufren un accidente cerebrovascular y 90% podría prevenirse al ser consecuencia de uno o más factores de riesgo modificables, como hipertensión, sedentarismo y dietas inadecuadas. Las enfermedades cerebrales o neurológicas son la principal causa de discapacidad, no obstante en muchos casos puede prevenirse con el cambio de hábito y control médico adecuado.
¿Cómo prevenir las enfermedades del cerebro?
Según MedlinePlus, el cerebro es el centro de control del cuerpo. Controla pensamientos, memoria, habla y movimiento. Regula la función de muchos órganos y es parte del sistema nervioso que incluye la médula espinal y los nervios periféricos. Cuando el cerebro está sano, funciona de forma rápida y automática, pero cuando tiene una enfermedad cerebral puede afectar qué tan bien puede funcionar y realizar actividades diarias.
National Institutes of Health informa que tener relaciones sociales de distinto tipo podría ayudar a reducir el estrés y los riesgos relacionados con el corazón. Estas conexiones podrían mejorar su habilidad para combatir los gérmenes o ayudarle a tener una mejor actitud ante a la vida. Por ello, cada día investigadores continúan descubriendo que los vínculos con los demás pueden tener efectos importantes en la salud, como beneficios para el cerebro.
El Instituto de Políticas Públicas en Salud explica que para muchas persona resulta común asociar la etapa mayor con un progresivo empobrecimiento de las relaciones interpersonales, producto de la disgregación familiar y la pérdida de roles en la sociedad, ocasionando un aumento en la incomprensión del núcleo familiar. Por ello, se recomienda a personas mayores:
- Tener relaciones positivas: una red familiar activa, cercana y propositiva les ayuda a sobrellevar las limitaciones y el dolor de las pérdidas, disminuyendo los factores de angustia
- Apoyo social percibido: las personas en etapa mayor tienen un mayor apoyo social en términos de conversaciones telefónicas y visitas con amistades, familiares, vecinos y participan regularmente en actividades sociales. Gozando de una mejor salud y un mayor grado de satisfacción en su vida
- Amistad para toda la vida: las relaciones de amistad ofrecen un apoyo relevante y significativo para un adulto mayor.
- Ampliar relaciones: la percepción de compañía y la disponibilidad de una relación de amistad estrecha son el mejor predictor de felicidad y uno de los factores determinantes para la adaptación positiva al proceso de envejecimiento
“Intentar encontrar algo donde te puedas enganchar con cosas que solemos hacer solos pero que se pueden hacer en compañía. Intentar encontrar algo que estimule y que haga compartir con otras personas; al principio es un esfuerzo, puede no ser fácil, pero hay que intentar dar ese paso”, expresa Javier Tubío.
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