Aunque el envejecimiento es un proceso natural que no podemos evitar, sí podemos ralentizarlo y vivir este proceso lo más sano posible. Para lograrlo, es importante modificar algunos hábitos que aceleran el envejecimiento y el deterioro cognitivo a partir de los 50 años.
El bienestar es un concepto que engloba y supera a un sistema inmune robusto, por eso la salud mental y la interacción social también son dimensiones cruciales para sentirnos felices, alejar el estrés y, a su vez, sentirnos más jóvenes.
Aquíte compartimos cinco malos hábitos que seguramente haces a diario que te quitan años de juventud y que pueden modificarse para ganar años de vida saludable y un envejecimiento saludable.
¿Por qué es importante modificar nuestros malos hábitos diarios?
Debido a que existe un creciente interés por cuidar nuestro cuerpo y prevenir el envejecimiento prematuro, diversas investigaciones han hecho labor para conocer las causas que aceleran este proceso y pueden afectarnos a partir de los 50 años de edad o incluso mucho antes.
Si bien la mayoría de las personas conoce la importancia de comer bien y hacer ejercicio durante todas las etapas de la vida, se vuelve especialmente importante hacerlo a partir de los 50 años.
Durante este periodo, el organismo empieza a entrar en una fase madura en el que las enfermedades crónicas propias del envejecimiento empiezan a ser más factibles, por ello, es importante cuidarte y prevenirlas. Para hacerte una idea, un comportamiento saludable produce una disminución del 46% en el riesgo de muerte por cualquier causa en comparación con adoptarlo, detalla Business Insider.
Hábitos que haces a diario y aceleran el envejecimiento y el deterioro cognitivo
- Comer mal
Un mal hábito que tenemos diario es comer mal. El metabolismo empieza a ralentizarse con el paso del tiempo, haciéndose más lento a los 50 años. Esto significa que tu cuerpo quemará calorías a un ritmo más ralentizado. Si a esto le sumas una mala alimentación, puede provocar que subas de peso o que tu cuerpo ya no pueda procesar de forma adecuada la comida.
Si eres mujer o una persona con matriz debes sumar a estos cambios del envejecimiento los cambios generados por la menopausia, que hace que ellas a partir de los 50 tiendan a experimentar un incremento de grasa abdominal más considerable.
El aumento de la grasa del vientre es mucho más que un problema estético. Este tipo de grasa, que se encuentra en el interior del abdomen y rodea los órganos, está relacionada con mayor riesgo de enfermedades del corazón, diabetes o cáncer. De ahí que la comida basura se haya relacionado con un aumento del 14% de muerte por todas las causas.
- No hacer ejercicio
Otro mal hábito es no hacer ejercicio o moverse poco. Es una idea generalizada la de creer que a medida que se envejece lo normaldejar de hacer ejercicio, pero es todo lo contrario. El biólogo evolutivo de Harvard Daniel E. Lieberman eñala que “ a medida que envejecemos, se vuelve aún más importante mantenerse físicamente activo”.
Al respecto, Infobae detalla que el sedentarismo es uno de los grandes enemigos del bienestar integral, pues moverse ayuda a impulsar la función cognitiva y el buen estado de ánimo.
- Dormir poco y mal
El buen sueño (dormir al menos ocho horas por la noche), cumple una función biológica y mental reparadora, sin embargo, se estima que el 40% de la población mundial duerme mal, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La falta de descanso reparador o las alteraciones producidas durante el sueño “pueden desencadenar o exacerbar enfermedades subyacentes”, advirtió en Infobae el doctor Daniel Pérez Chada, presidente de la Fundación Argentina del Sueño y director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral.
Además de las consecuencias físicas, un estudio publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, señaló que dormir mal impacta de manera directa en el organismo a través de trastornos de estrés o de ansiedad.
- Exponerse al sol sin protección
Las tres capas que componen la piel son la epidermis, la dermis e hipodermis, y funcionan como protector de todo el cuerpo y sus órganos. Exponerse a los rayos UV y UVA sin protección es un mal hábito que acelera el envejecimiento, pues puede dañar la piel incluso en días nublados o frescos, pues estos rayos penetran la piel de igual forma.
Las secuelas más conocidas a largo plazo son el envejecimiento cutáneo prematuro (manchas y arrugas), el aumento del número de lunares, el riesgo de cáncer de piel y de alteraciones oculares.
No sólo la exposición directa al sol es la que puede dañar la piel, también algunas superficies como la arena, el agua o la nieve pueden reflejar rayos UV dañinos, por lo que el protector solar y las gafas de sol son nuestras aliadas.
- Fumar
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) detalla que el tabaco es un mal hábito, pues afecta al aspecto físico casi inmediatamente, haciendo que las personas luzcan más grandes de lo que son, pujes amarillea los dientes, causa mal aliento y crea un exceso de placa dental. Además, el cigarrillo provoca arrugas en la piel, por lo que da apariencia de tener más edad.