Las personas adultas mayores experimentan un deterioro en su salud que está relacionado con el envejecimiento. A través de cuidados físicos y psicológicos, actividades recreativas y acompañamiento, las personas pueden vivir una vejez plena y duradera. No obstante, si no se tienen los cuidados pertinentes, es posible que ocurra un deterioro gradual rápido. Uno de los más comunes es la pérdida de audición.
En México aproximadamente 2.3 millones de personas padecen discapacidad auditiva, de las cuales más del 50% son mayores de 60 años, informa la Secretaría de Salud. Pero el impacto a la salud no se queda ahí, pues la pérdida auditiva está relacionada con otros problemas como la cognición, la demencia, el aislamiento social y la depresión.
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De acuerdo con Maura K. Cosetti , MD, directora del Ear Institute de New York Eye and Ear Infirmary de Mount Sinai, de Nueva York, tomar medidas para prevenir la pérdida auditiva es importante, pues este deterioro en este sentido puede provocar otras complicaciones, incluido un posible deterioro en la memoria y pensamiento.
Consecuencias de la pérdida de audición
Diversos estudios apuntan que la pérdida de audición de moderada a grave tiene un riesgo 60% mayor de desarrollar demencia en personas adultas mayores en comparación con aquellos sin pérdida auditiva, detalla un estudio publicado en JAMA: The Journal of the American Medical Association. Se cree que esta relación se debe a un mayor esfuerzo del cerebro para procesar sonidos, lo que conduce a una sobrecarga cognitiva y agotamiento mental.
Además de demencia, la pérdida de audición puede provocar depresión y aislamiento social, dado que afecta significativamente la comunicación.
La pérdida de audición se basa en qué tan fuertes deben ser los sonidos para que alguien los escuche, medido en decibeles. Por cada disminución de 10 decibelios en la capacidad de oír, las probabilidades de aislamiento social aumentan un 52%, señala la doctora Maura K.Cosetti. Muchos estudios han demostrado que las personas con pérdida auditiva tienen más probabilidades de experimentar depresión que aquellas sin pérdida de audición.
Algunas de las causas por las que una persona puede presentar pérdida auditiva, de acuerdo con el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) son:
- Enfermedades infecciosas como la meningitis, el sarampión y la parotiditis (paperas).
- La infección crónica del oído.
- La presencia de líquido en el oído (otitis media).
- El uso de algunos medicamentos, como los empleados para tratar las infecciones neonatales, el paludismo, la tuberculosis farmacorresistente y distintos tipos de cáncer.
- Los traumatismos craneoencefálicos o de los oídos.
- La exposición al ruido excesivo.
- La degeneración de las células sensoriales.
- La obstrucción del conducto auditivo producida por cerumen o cuerpos extraños.
Medidas que para prevenir la pérdida de audición
La prevención es una de las primeras medidas de seguridad que podemos tener para limitar la pérdida auditiva. A continuación, algunas que puedes tomar para cuidarte y cuidar a tus familiares.
- Protege sus oídos de ruidos fuertes. Evita o limita la exposición a ruidos fuertes, como conciertos. Si debes estar en un ambiente ruidoso, usa tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido para reducir el impacto de los ruidos fuertes.
- Evita el uso de hisopos de algodón u otros objetos para limpiar los oídos; esto puede dañar las delicadas estructuras del interior del oído.
- Busca tratamiento para cualquier infección de oído u otras afecciones que puedan afectar su audición. Ciertos medicamentos, como algunos antibióticos y medicamentos de quimioterapia, pueden causar pérdida o daño auditivo. Si está tomando algún medicamento que pueda afectar su audición, asegúrese de comentarlo con su médico.
- Deja de fumar. La exposición al humo del cigarrillo aumenta significativamente el riesgo de pérdida de audición.
- Cuida tu salud general. Tanto la diabetes no controlada como la presión arterial alta no tratada son factores de riesgo de pérdida auditiva.