Los años cobran factura y es normal que los adultos mayores no escuchen como lo hacían cuando eran jóvenes y es por eso que hoy te diremos cómo ayudar a escuchar mejor a los adultos mayores que han perdido audición.
La pérdida auditiva relacionada con la edad suele aparecer entre los 60 y los 70 años y se va desarrollando conforme las personas se van haciendo mayores. Todas las personas comienzan a perder el sentido del oído alrededor de los 40 años. Uno de cada cinco adultos y más de la mitad de las personas de más de 80 años sufren de pérdida de audición.
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¿Cómo ayudar a escuchar mejor a los adultos mayores que han perdido audición?
El doctor Gonzalo Corvera, director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C., organización médica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la salud auditiva, explica que cuando el sentido del oído se va perdiendo no se puede restaurar al 100%, sin embargo, existen estrategias que dan soluciones según las necesidades de cada persona.
Lo primero que hay que saber es dónde está el daño, porque se puede perder audición por problemas en el oído externo, medio o interno. En general, los problemas de oído externo y medio se pueden revertir, corregir o reparar, mientras que los de oído interno requieren de auxiliares auditivos o implantes cocleares.
El paso siguiente es determinar el grado de afección, sobre todo cuando el problema es de oído interno, ya que con base en eso podremos saber cuál es la mejor tecnología que podemos recomendar.
“Tanto los auxiliares auditivos como los implantes cocleares tienen sus propias ventajas según el grado de pérdida auditiva y las circunstancias específicas de cada persona”, señala el doctor Corvera.
¿Quiénes deben ocupar auxiliares auditivos?
Los auxiliares auditivos son excelentes para personas con pérdida auditiva leve a moderada. Funcionan amplificando los sonidos y ayudando a las personas a escuchar de manera más clara. Son dispositivos externos y discretos que se pueden usar cómodamente durante todo el día. Además, su costo es generalmente más asequible que los implantes cocleares y el proceso de adaptación suele ser más rápido.
Los auxiliares auditivos “ayudan” a nuestro oído natural a extraer más información del sonido que nos rodea, pero cuando la pérdida es severa a profunda, no permiten comprender la palabra hablada. En estos casos ya es muy poco lo que queda de oído natural, y por más que lo tratemos de ayudar, no es suficiente. “
¿Qué son los implantes cocleares y quiénes deben ocuparlos?
Los implantes cocleares son oídos electrónicos, que sustituyen al oído natural. Es por eso que son ideales para personas con pérdida auditiva severa a profunda, donde los auxiliares auditivos no son suficientes para permitir seguir una conversación, y también son una opción a considerar para aquellos con pérdida auditiva progresiva, cuando al inicio los auxiliares eran suficientes, pero poco a poco se han hecho menos útiles”, comenta el especialista.
Es así que en casos de pérdida auditiva severa a profunda los implantes cocleares pueden ser la única opción para recuperar audición útil. Estos dispositivos se implantan quirúrgicamente en el oído interno y convierten las señales sonoras en impulsos eléctricos que estimulan directamente el nervio auditivo, permitiendo una mejor claridad de sonido y una comprensión más completa del habla.
Aunque la adaptación lleva tiempo, muchas personas con implantes cocleares logran una transformación significativa en su capacidad para comunicarse y participar en actividades sociales.
¿Por qué es fundamental atender los problemas de audición?
La pérdida auditiva está relacionada con un mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo. Por cada 10 decibeles (dB) perdido de aumento en la pérdida auditiva, comparado con el nivel auditivo a la misma edad, el riesgo de desarrollar demencia aumenta 2,7 veces.
Una pérdida auditiva leve duplica el riesgo de demencia, una pérdida auditiva moderada lo triplica y una pérdida auditiva grave lo aumenta hasta cinco veces. Sin embargo, el tratar estos problemas puede eliminar el riesgo incrementado de demencia y discapacidad.
(Con información de: l Instituto Mexicano de Otología y Neurotología y Heart Org)