¿Alguna vez has pensado cómo enseñarle a una niña o a un niño sobre salud sexual? ¿cómo reconocer su cuerpo, entenderlo y cuidarlo?, ¿cuáles son las precauciones que deben atender y qué riesgos deben evitar? Estas preguntas son importantes cuando hablamos sobre sexualidad con las y los niños y adolescentes, pues las personas adultas somos las responsables de guiarles y ofrecerles información adecuada a su desarrollo físico, psicológico y cognitivo.
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Además de ser un derecho, la información sobre la sexualidad a las infancias y adolescencias es una obligación, pues de esta forma se les ofrecen herramientas para la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazos no planeados y discriminación por orientación sexual.
Debido a que las infancias y adolescencias tomarán decisiones cruciales sobre su salud sexual y reproductiva en un futuro, el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), detalla que diversas investigaciones revelan que la mayoría de las y los adolescentes carecen de conocimientos suficientes o necesarios para tomar estas decisiones de manera responsable, por lo que se vuelven vulnerables a todas las situaciones de riesgo que estas pueden implicar.
¿Qué es la educación integral sexual (EIS)?
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) informa que la educación integral en sexualidad es un proceso de enseñanza y aprendizaje basado en diversos planes de estudio que aborda aspectos cognitivos, psicológicos, físicos y sociales de la sexualidad con el propósito de dotar a los infantes y adolescentes de conocimientos basados en datos empíricos, habilidades y valores que los empoderen para disfrutar de su vida sexual con libertar. No obstante, aún hace falta recorrer mucho camino.
Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ENSANUT (2018-2019) de las y los adolescentes entre los 12 y19 años de edad, uno de cada cuatro hombres y una de cada cinco mujeres ya iniciaron su vida sexual. Cada día ocurren mil nacimientos de madres menores de 19 años en el país; y nacen cerca de doce mil anualmente, de madres menores de 14 años, señala la encuesta.
¿Por qué es relevante la educación integral en sexualidad?
Lamentablemente, las y los jóvenes reciben información confusa y contradictora sobre las relaciones sexo-afectivas a medida que hacen la transición de la niñez a la edad adulta. Esto ha conducido a un aumento de la demanda por parte de los jóvenes de información confiable que los prepare para llevar a cabo una vida satisfactoria y segura.
Cuando se enseña a las adolescencias e infancias una correcta educación integral en sexualidad es posible empoderar a las juventudes para que tomen decisiones relevantes en lo que respecta a sus relaciones sexualidad, por ello es necesario que tanto las madres, padres, tutores y educadores también se informen y conozcan herramientas para dotar de información a las futuras generaciones, pues este tipo de conocimiento tiene beneficios como, por ejemplo:
- Aumenta los conocimientos de los jóvenes y mejora su actitud
- Previene las prácticas sexuales de riesgo o con índices de ITS y VIH
- Los programas que combinan el retraso de la actividad sexual con el uso de preservativos u otros métodos anticonceptivos resultan eficaces
- La educación en sexualidad logra mejores resultados cuando los programas escolares se complementan con la participación de padres y docentes
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