ENVEJECIMIENTO ACTIVO

5 hábitos pequeños para lograr el envejecimiento activo

El envejecimiento es parte de la vida, pero podemos decidir actuar saludablemente para cuidar nuestro cuerpo

Los efectos del envejecimiento
Los efectos del envejecimiento Créditos: Canva
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El envejecimiento activo depende de la genética, hábitos y apoyos cotidianos de parte del Estado. La mayoría de los países tienen la tendencia hacia una pirámide invertida de la población, con un mayor envejecimiento en cada habitante del globo terráqueo.  En consecuencia, varios expertos han formulado una serie de hábitos que permiten a las personas envejecer con dignidad y respeto.

En definiciones duras, el envejecimiento activo es el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. Es decir, no se trata solo de vivir más años, sino de vivirlos con energía, autonomía y propósito.

La tercera edad tiene dificultades importantes / Pexels

Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) "En 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. En ese momento, el grupo de población de 60 años o más habrá subido de 1000 millones en 2020 a 1400 millones. En 2050, la población mundial de personas de 60 años o más se habrá duplicado (2100 millones). Se prevé que el número de personas de 80 años o más se triplique entre 2020 y 2050, hasta alcanzar los 426 millones".

Por ello, en Sumédico te traemos todos los detalles acerca de los hábitos que promueven un envejecimiento activo y saludable.

¿Cómo lograr el envejecimiento activo y saludable?

De acuerdo con los Laboratorios Heel en Europa, hay una serie de conductas que propician efectos saludables en el organismo, además de garantizar el mejor estado en la salud de cualquier adulto mayor:

1. Tener una dieta sana y con antioxidantes 

Dietas ricas en frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes y pérdida ósea. También, ciertas comidas contienen grandes cantidades de antioxidantes, lo que permite reducir el daño celular y los síntomas del envejecimiento. 

"Las células del cuerpo pueden arreglar o prevenir el daño por radicales libres, por ejemplo, mediante la producción de enzimas antioxidantes. Además, algunos antioxidantes, como la vitamina C, provienen de los alimentos y las bebidas.", recalca la Clínica Mayo. 

2. Dormir 8 horas diarias

Dormir bien fortalece el sistema inmune y regula el estado de ánimo. Mantener horarios regulares y evitar pantallas antes de dormir es fundamental. 

"Los humanos duermen más profundamente y, en consecuencia, son los más despiertos durante el día, alrededor de la pubertad. Después de esos maravillosos años, el sueño comienza a degradarse. Cuanto más tiempo estés vivo, peor será el sueño", destaca el doctor estadounidenses Gary Wenk

3. Realizar ejercicio

La OMS recomienda 150 minutos de actividad física a la semana, con duración moderada y vigorosa. La actividad física mantiene la fuerza muscular, la flexibilidad y el equilibrio. 

El movimiento es parte esencial de la vida diaria y otorga independencia en la edad adulta. Por lo tanto, el ejercicio garantiza una correcta movilidad de los cuerpos, incluso con el pasar de la edad. 

4. Gestionar el estrés 

Las relaciones afectivas reducen el riesgo de depresión y demencia. Especialistas en la salud mental destacan que el aislamiento social es uno de los mayores factores de riesgo para un envejecimiento no saludable.

El envejecimiento es parte natural de la vida, pero hay maneras de hacerlo de manera más saludable. Recuerda que no existe la fórmula de la eterna juventud.
 

5. Seguir aprendiendo y fortaleciendo el cerebro

Leer, estudiar un idioma o aprender nuevas habilidades estimula la neuroplasticidad. Crucigramas, rompecabezas o actividades artísticas mantienen la agilidad mental.

Otro factor, la meditación, el yoga o la respiración consciente reducen el impacto del estrés en el cuerpo y la mente. Adicionalmente, la resiliencia emocional y el optimismo favorecen la longevidad y la salud cardiovascular.

El envejecimiento es una etapa natural en el desarrollo de la vida, pero hacerlo con dignidad es una elección que requiere disciplina y constancia para cuidar el organismo. 

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