RIÑONES SANOS

5 consejos eficaces para mantener tus riñones sanos

Los riñones cumplen funciones vitales como filtrar desechos, regular la presión arterial y producir hormonas, adoptar hábitos preventivos puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica

Conoce los consejos eficaces para mantener tus riñones sanos
Conoce los consejos eficaces para mantener tus riñones sanosCréditos: (Canva)
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Los riñones forman parte fundamental del buen funcionamiento del organismo, ya que son los encargados de procesar aproximadamente 190 litros de sangre al día para eliminar toxinas y excesos de líquidos. A pesar de su importancia, suelen pasar desapercibidos hasta que presentan fallas significativas, es por eso que hoy te diremos los consejos eficaces para mantener tus riñones sanos.

La enfermedad renal crónica afecta a más de 850 millones de personas mundialmente y se considera una epidemia silenciosa por su progresión gradual y frecuente detección tardía.

¿Cuáles son los mejores consejos para mantener tus riñones sanos?

La mayoría de las patologías renales son prevenibles mediante estrategias accesibles que cualquier persona puede incorporar en su vida diaria. Pequeños cambios en el estilo de vida no solo protegen estos órganos, sino que benefician la salud cardiovascular y metabólica en general. La prevención es especialmente crucial para personas con diabetes, hipertensión o antecedentes familiares de enfermedad renal, quienes conforman los grupos de mayor riesgo.

Estos son los mejores consejos para mantener tus riñones sanos:

  • Hidratación constante con agua simple

Mantener un adecuado consumo de agua permite que los riñones diluyan y eliminen eficientemente las toxinas del torrente sanguíneo. Se recomienda beber entre 1.5 y 2 litros diarios, aumentando esta cantidad durante climas cálidos o actividad física intensa. La hidratación adecuada previene la formación de cálculos renales al evitar la concentración de minerales en la orina. Es importante distribuir el consumo a lo largo del día rather than ingerir grandes volúmenes de una sola vez, y observar que la orina mantenga un color amarillo claro como indicador de hidratación óptima.

  • Control estricto de presión arterial y glucosa

La hipertensión y la diabetes son responsables de aproximadamente dos tercios de los casos de enfermedad renal crónica. La presión arterial elevada daña los delicados vasos sanguíneos renales, mientras que la glucosa alta sobrecarga el sistema de filtrado. Mantener la presión por debajo de 130/80 mmHg y niveles de glucosa en ayuno menores a 100 mg/dl protege la estructura y función renal. Las personas con estas condiciones deben realizar monitoreos frecuentes y exámenes regulares que incluyan medición de creatinina sérica y microalbuminuria para detectar afectación renal temprana.

  • Alimentación balanceada baja en sodio

El exceso de sodio en la dieta eleva la presión arterial y fuerza a los riñones a trabajar bajo estrés para eliminarlo. Limitar el consumo de sal a menos de 5 gramos diarios y reducir alimentos procesados como embutidos, enlatados y botanas saladas es fundamental. Simultáneamente, moderar el consumo de proteínas animales evita la sobreproducción de urea y otros desechos nitrogenados que sobrecargan el filtrado renal. Una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y grasas saludables proporciona antioxidantes y nutrientes que protegen las células renales del daño oxidativo.

  • Uso responsable de medicamentos

El consumo frecuente de antiinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno, naproxeno o diclofenaco puede causar daño renal agudo y crónico al reducir el flujo sanguíneo hacia los riñones. Estos medicamentos deben usarse solo cuando sea estrictamente necesario, en la dosis efectiva más baja y por periodos cortos, especialmente en personas mayores o con función renal comprometida. Nunca se debe automedicar analgésicos combinados que contengan múltiples fármacos, y es crucial informar al médico sobre todos los medicamentos que se consumen regularmente para evaluar su potencial toxicidad renal.

La mayoría de los medicamentos deben usarse solo cuando sea estrictamente necesario, en la dosis efectiva más baja y por periodos cortos, especialmente en personas mayores o con función renal comprometida. (Foto: Canva)
  • Ejercicio regular y control de peso

La actividad física moderada practicada durante al menos 150 minutos semanales ayuda a mantener la presión arterial en rangos saludables, mejora la sensibilidad a la insulina y previene la obesidad, todos factores protectores de la salud renal. El ejercicio también promueve una mejor circulación sanguínea hacia todos los órganos, optimizando su oxigenación y funcionamiento. Mantener un índice de masa corporal entre 18.5 y 24.9 reduce significativamente la carga metabólica sobre los riñones y disminuye la inflamación sistémica asociada con el exceso de peso corporal.

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