En redes sociales se empezó a viralizar contenido relacionado con un trastorno intestinal llamado SIBO o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, lo que está causando un sobrediagnóstico, pues mucha gente asume que lo padece porque se identifica con los síntomas en lugar de acudir a una cita médica.
Mayo Clinic señala que este padecimiento consiste en un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado que se produce cuando hay un aumento anormal de toda la población bacteriana, particularmente bacterias que no son comunes en esa parte del tubo digestivo.
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El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado puede deberse a alteraciones de la anatomía intestinal o a la ausencia de secreción ácida gástrica, indica el Manual MSD.
Sin embargo, es más común tras una cirugía abdominal o afecciones médicas donde se ralentiza el paso de alimentos y desechos en el tubo digestivo, como la enfermedad de Crohn, enfermedad celíaca o diabetes, lo que crea un caldo de cultivo para las bacterias.
El exceso de estas bacterias es una complicación que, en muchos casos, requiere cirugía, aunque el tratamiento más común son los antibióticos.
¿Qué síntomas se presentan al tener SIBO?
Tener SIBO favorece un conjunto de síntomas gastrointestinales inespecíficos que se confunden fácilmente con otras molestias. Sus principales manifestaciones son:
- Inflamación abdominal y gases excesivos
- Pérdida de apetito
- Dolor abdominal
- Náuseas
- Hinchazón
- Sensación de saciedad excesiva después de comer
- Diarrea
- Pérdida de peso sin motivo
El Manual MSD señala que este trastorno puede inducir deficiencias vitamínicas, malabsorción de grasas y desnutrición.
¿Cómo diagnosticar un SIBO?
Detectar el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado requiere de pruebas de aliento, cultivo cuantitativo del aspirado intestinal y estudios de diagnóstico por imágenes, según el caso y generalmente se trata con antibióticos orales y/o modificación de la dieta.
Acudir con un especialista para un diagnóstico y tratamiento es fundamental para evitar complicaciones, como mala absorción de grasas, carbohidratos y proteínas; deficiencia de vitaminas; huesos debilitados u osteoporosis y cálculos renales.
Un tratamiento corto con antibióticos suele ser suficiente para reducir significativamente el número de bacterias anormales, aunque el tratamiento debe ser a largo plazo para evitar que las bacterias reaparezcan.
También se necesita de una guía para corregir las deficiencias nutricionales, la principal recomendación es una alimentación balanceada, así como inyecciones intramusculares de vitamina B-12, vitaminas orales y suplementos de calcio y hierro.
(Con información de Mayo Clinic, Manual MSD, Nobbot)