El herpes zóster es una enfermedad causada por la reactivación del virus de la varicela zóster. Cuando una persona padeció varicela, generalmente en la infancia, el virus se queda alojado en el sistema nervioso y al debilitarse el sistema inmune puede reactivarse en forma de herpes zóster, así lo explicó la doctora Gloria Huerta, que se desempeña cómo infectóloga, pediatra y es maestra en ciencias médicas.
"Se estima que el riesgo de desarrollar herpes zóster a lo largo de la vida es de 10 a 30%", detalló la especialista en el foro virtual "Vida sana", organizado por SuMédico.com, que se trasmite en sus respectivas redes sociales.
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No obstante, el riesgo de presentar herpes zóster aumenta con la edad, por lo que la incidencia en adultos mayores de 75 años supera los 10 casos por cada mil personas al año.
Se estima que en México hay de 200 a 350 mil casos nuevos de herpes zóster por año.
¿Cómo se presenta el herpes zóster y qué lo causa?
El herpes zoster se manifiesta de manera cutánea, forma de ampollas o ampollas características en cuerpo o cara, que producen ardor y dolor intenso, incluso puede tener un impacto significativo en la calidad de vida, provocando alteraciones en el sueño, estado de ánimo y la productividad dentro del trabajo o en su vida diaria.??
Vacunarse contra la varicela disminuye la posibilidad de presentar herpes zoster, no obstante hay dos vacunas disponibles en el mercado, una de ellas tiene un componente biológico activo y otra recombinante que no tiene un componente biológico activo, ambas vacunas sólo están disponibles en el sector privado y son de una sola dosis.
El estrés al deprimir el sistema inmunológico es un factor detonante del herpes zoster, sin embargo la principal causa de esta enfermedad es el envejecimiento, siendo más frecuente a partir de los 50 años. Las mujeres son quienes más lo padecen, con una incidencia de 2 a 1 en comparación con los hombres.
Herpes múltiple
En la charla se explicó que se puede presentar herpes zoster, genital y labial a la par, este tipo de padecimiento al presentarse de esta forma se puede asociar al estrés.
El herpes zoster sí deja marcas en la piel, mismas que pueden durar entre seis y nueve meses, aunque pueden tratarse con el apoyo de un dermatólogo.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Generalmente inicia como dolor, ardor u hormigueo en el dorso del cuerpo; seguido por enrojecimiento y/o pequeñas ampollas en la piel. Estas ampollas pueden romperse y al secarse forman costras que se caen en 2 a 3 semanas, pudiendo dejar cicatrices prolongadas.
Puede acompañarse de fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor articular, debilidad muscular e inflamación de los ganglios.
Está enfermedad, también puede afectar a la cara, ojos y oídos. En este caso, se puede manifestar como dificultad para mover los músculos de los ojos o labios, caída del párpado, problemas o pérdida de visión; incluso disminución de la audición y del gusto
¿A quiénes afecta más?
Afecta principalmente a adultos a partir de los 50 años porque a medida que envejecen, su función inmunológica va disminuyendo como parte de un proceso natural conocido como inmunosenescencia. A partir de los 18 años también aumenta el riesgo en personas con sistema inmune debilitado a consecuencia de condiciones médicas o de consumo de medicamentos (inmunosupresores).
Si bien el factor principal para desarrollar el virus es la disminución natural de la inmunidad, también se puede aumentar la probabilidad de desarrollar herpes zóster en cualquier persona que tenga un sistema inmune debilitado.
"El virus del herpes zoster nunca se va de nuestro cuerpo, la reactivación de la enfermedad en los pacientes que lo padecen es de un 6%", detalló la especialista.
Huerta mencionó que una de las secuelas más comunes es la persistencia del dolor, que puede durar hasta 3 meses. Para evitar complicaciones, la infectóloga recomienda iniciar el tratamiento antiviral en las primeras 72 horas y nunca reventarse las lesiones, ya que se disemina la infección y empeora el dolor.
"Hay que entender que es una enfermedad que puede activarse en cualquier momento de la vida, que si bien no lleva directamente a la muerte puede impactar fuertemente en la calidad de vida", concluyó la infectóloga y agregó que el tratamiento debe ser con antivirales, los cuales se toman entre una semana y diez días, dependiendo el caso.