El virus de la varicela-zoster (VZV) o virus del herpes humano es responsable de la varicela y el herpes zóster (HZ). En personas adultas el envejecimiento, el estrés emocional y físico incrementan el riesgo para desarrollarlo, así como otras enfermedades que comprometen el sistema inmune, como el VIH/SIDA o covid-19.
La reactivación del virus de la varicela se convirtió en un tema de discusión importante durante la pandemia, dado que se observó un aumento de casos de herpes zóster en pacientes que padecieron covid-19 y requirieron hospitalización, esto debido a la afectación del sistema inmune.
Por otro lado, estudios demuestran que las personas vacunadas contra el herpes zóster tienen un riesgo menor de padecer covid-19, así como un 16% y un 32% menos de requerir hospitalización para tratar el cuadro. Esto se debe a que las personas vacunadas generan inmunidad cruzada.
¿Qué es el herpes zóster?
El herpes zóster es una infección viral que causa erupciones dolorosas y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero por lo general aparece como una sola franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso, informa Mayo Clinic.
La Secretaría de Salud explica que actualmente no existe una cura para este padecimiento y el tratamiento consiste en la administración de medicamentos que combaten el virus y ayudan a disminuir el dolor y prevenir complicaciones.
Los síntomas más frecuentes de esta enfermedad son:
- Malestar general
- Fiebre
- Trastornos gastrointestinales
- Dolor de cabeza
- Vesículas dolorosas a lo largo de un nervio, generalmente en el tórax o la zona lumbar
- Neuralgia (dolor permanente intermitente en el nervio afectado)
Otros factores para desarrollar herpes zóster
De acuerdo con ensayos de Mayo Clinic, las mujeres tienen tasas más altas de incidencia para presentar herpes zóster que los hombres, lo que sugiere que existen factores biológicos que pueden ser responsables del aumento del riesgo en un grupo que en otro. Además de esto, influyen otros factores como el origen étnico, los antecedentes familiares, las enfermedades autoinmunes, las lesiones físicas y el uso de estatinas.
(Con información de Secretaría de Salud, Mayo Clinic).