Las varices, también conocidas como venas varicosas, son venas normales que se han agrandado debido a la acumulación de sangre, lo que las hace visibles bajo la piel. Aunque no son peligrosas en su etapa inicial, con el tiempo pueden causar síntomas como dolor y úlceras. Esto es lo que debe preocuparnos.
Generalmente las varices aparecen en las piernas como venas azuladas o moradas, retorcidas y abultadas. Estas venas no deben confundirse con las arañas vasculares, que son más pequeñas y superficiales.
Te podría interesar
Las venas son responsables de llevar la sangre de vuelta al corazón. Las venas varicosas ocurren cuando las válvulas que controlan el flujo sanguíneo dentro de las venas no funcionan correctamente, permitiendo que la sangre retroceda y se acumule.
Esto es especialmente común en las piernas, donde las válvulas enfrentan una mayor resistencia debido a la gravedad. Las varices también pueden desarrollarse por factores hormonales, como el aumento de estrógeno durante el embarazo o la menopausia, que afectan la elasticidad de las venas.
Esto es lo que debe preocuparnos de las varices
De acuerdo con el Dr. Tony Lu, cirujano vascular del Hospital Houston Methodist, el riesgo de desarrollar varices aumenta si la persona tiene un trabajo que requiere estar de pie durante largos períodos, como los maestros o repartidores. También existe un factor hereditario, ya que tener familiares con venas varicosas aumenta las probabilidades de desarrollarlas.
Aunque inicialmente pueden ser solo un problema estético, con el tiempo pueden empeorar y causar síntomas molestos. En las etapas tempranas, no suelen presentar riesgos graves, aunque pueden ser incómodas visualmente.
En casos avanzados, las venas varicosas pueden generar síntomas como pesadez en las piernas, fatiga, hinchazón, dolor, hemorragias y cambios en la piel, como la aparición de úlceras o heridas que no cicatrizan bien. Si no se tratan, estos síntomas pueden volverse problemáticos.
Tratamiento de las varices
Según el especialista, el tratamiento inicial suele comenzar con medias de compresión, que aplican presión a las venas afectadas, ayudando a reducir su tamaño y evitando que las varices progresen.
Si las varices causan dolor o síntomas severos, se puede considerar un tratamiento más permanente, como la ablación. Este procedimiento implica el uso de calor, láser o pegamento para colapsar la vena afectada, redirigiendo la sangre a otras venas sanas. Este tipo de tratamiento no requiere cirugía mayor y puede realizarse de manera ambulatoria.
En resumen, si los síntomas empeoran o si las varices comienzan a causar incomodidad, es recomendable acudir a un cirujano vascular para una evaluación. Aunque en muchos casos el uso de medias de compresión es suficiente, algunos pacientes pueden necesitar procedimientos más avanzados si las varices no mejoran.
Para enterarte de toda la información que necesitas sobre salud y bienestar síguenos en Facebook y TikTok.