Un accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo de sangre en una parte del cerebro se detiene, lo que evita recibir nutrientes y oxígeno. Si no se atiende de inmediato, las neuronas pueden morir y causar un daño permanente. Normalmente se asocia este padecimiento a las personas mayores, pero ¿Qué causa un accidente cerebrovascular en jóvenes? Te lo decimos.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos señala que un accidente cerebrovascular se presenta cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, causando una hemorragia dentro de la cabeza. Médicamente se le denomina accidente cerebrovascular hemorrágico.
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Existe otro tipo de accidente cerebrovascular llamado isquémico, que ocurre cuando un vaso sanguíneo del cerebro se bloquea por un coágulo de sangre.
Un estilo de vida poco saludable como no hacer ejercicio, una dieta alta en grasas y azúcar, tener sobrepeso y obesidad, así como fumar, pueden incrementar el riesgo de este padecimiento.
Sin embargo, se ha visto que, en personas jóvenes, hay otro factor poco conocido: los agujeros en el corazón no detectados.
¿Cómo detectar un agujero en el corazón que causa accidente cerebrovascular?
Un agujero en el corazón que se supone debe cerrar al nacer pero que permanece abierto en la edad adulta, puede causar el accidente cerebrovascular en personas jóvenes y aparentemente sanas.
Al respecto, el doctor Zsolt Garami, radiólogo y director médico de ultrasonido vascular del Hospital Methodist, señala que cuando no se conoce la causa de un accidente cerebrovascular se le identifica como enfermedad criptogénica.
Tener un agujero en el corazón no detectado entra en esta categoría, ya que muchas veces los pacientes no saben que sufren este problema hasta que se realizan estudios de imagen específicos.
“Hemos encontrado un agujero en el corazón que se supone debe cerrar después de nacer pero que permanece abierto en aproximadamente un tercio de la población y ésta puede ser una de las causas del accidente cerebrovascular en el grupo de pacientes jóvenes”, recalca el especialista.
Actualmente se cuenta con estudios para la detección de esta condición, como el Doppler transcraneal o TCD por sus siglas en inglés y el Bubbles Study, que mostró tres veces más agujeros en el corazón en comparación con el eco cardiaco bidimensional.
El doctor Zsolt Garami agrega que existe un gran beneficio al observar el flujo tridimensional del cerebro usando la misma solución salina que se emplea en la ecografía cerebral, lo que ayuda a reparar los agujeros del corazón en personas jóvenes y prevenir el accidente cerebrovascular.
“La sensibilidad del TCD es tan buena que se convirtió en una prueba de preferencia ya que necesitamos este ultrasonido para estudiar realmente los vasos sanguíneos que alimentan al cerebro y al cuello”
Lo más importante es la prevención
El doctor Garami recomienda tener hábitos saludables que ayuden a prevenir el accidente cerebrovascular a cualquier edad.
La presión arterial alta es uno de los principales factores de riesgo, así como padecimientos como la fibrilación auricular, la diabetes, tener antecedentes de la enfermedad, el colesterol alto, tener exceso de grasa abdominal y ser mayor de 55 años.
Un accidente cerebrovascular puede no manifestar síntomas evidentes y cuando lo hace, suelen presentarse de manera súbita o repentina. Entre los síntomas a los que hay que estar atentos, se encuentra:
- Dolor de cabeza que comienza de forma repentina e intensa y que puede empeorar en algunas posiciones, como al agacharse o estar acostado bocarriba.
- Confusión o pérdida de memoria.
- Dificultad para leer o escribir.
- Mareo o sensación anormal de movimiento.
- Pérdida de equilibrio y coordinación.
- Debilidad muscular en la cara, el brazo o la pierna de un lado del cuerpo.
- Entumecimiento y hormigueo de la mitad del cuerpo.
- Problemas para hablar o entender lo que dicen los demás.
Acude a urgencias en cuanto detectes estas señales y si tienes factores de riesgo, busca mejorar tu estilo de vida para reducir las probabilidades de un ataque cerebrovascular.
Es importante recibir un tratamiento para el control de la presión alta y el colesterol en sangre, así como seguir hábitos como una dieta baja en grasas y azúcar, dejar de fumar, controlar la diabetes, bajar de peso si es necesario, comer abundantes frutas y verduras, así como hacer ejercicio con regularidad.
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