Cuando hace frío, las toallas parecen no secarse nunca. Las temperaturas bajan pero la humedad aumenta, lo que crea un ambiente donde el olor a humedad es el desagradable resultado. La buena noticia es que existen trucos simples y efectivos que pueden ayudarte a mantener las toallas secas, frescas y listas para usar, incluso en los días más helados.
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El truco del radiador y el deshumidificador para secar las toallas
Una solución práctica combina el uso de una fuente de calor, como un radiador o una estufa, con un deshumidificador portátil. Este método aprovecha el calor para acelerar el secado y el deshumidificador para eliminar el exceso de humedad en el ambiente, lo que ayuda a evitar los malos olores.
Foto: Canva
Sofía Narváez de Okdiario recomienda este proceso:
- Cuelga las toallas en un tendedero interior y asegúrate de que estén bien extendidas para permitir la circulación de aire
- Coloca el tendedero cerca de un radiador o estufa, pero evita el contacto directo con el calor para prevenir daños en las fibras
- Enciende un deshumidificador portátil en la misma habitación para eliminar la humedad ambiental
Este método seca las toallas de forma rápida y efectiva y, además, mantiene el aire de tu hogar más limpio y seco, algo especialmente útil en invierno.
¿Y si no tengo deshumidificador?
Algunos consejos para secar las toallas y evitar el olor a humedad, incluso si no tienes un deshumidificador a la mano:
- Si tienes radiador en tu casa, considera usar un tendedero de radiador. Este se engancha directamente y concentra el calor en las toallas sin obstruir la salida de aire caliente.
- Si no tienes radiador, puedes colocar una bolsa de agua caliente abajo del tendedero. Eso ayuda a generar calor adicional.
- Evita el suavizante cuando laves las toallas, pues este puede dejar residuos que dificultan el secado.
- Aprovecha los días soleados. La luz solar es más escasa en el invierno, pero cuando se asomen los rayos del sol aprovecha para tender las toallas al aire libre.
- Una vez que estén secas, guárdalas en un lugar ventilado y seco.
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El secreto es evitar que las toallas permanezcan mojadas durante demasiado tiempo. Si no puedes secarlas inmediatamente, tiéndelas en un lugar con buena ventilación y, si es posible, donde les dé al menos un poco de sol.
Evita el olor a humedad con estos consejos, incluso en los días más fríos. La recompensa será disfrutar de tus toallas frescas y limpias después del baño.
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