¿Alguna vez te has encontrado con molestas manchas amarillas en tu ropa blanca a pesar de haberla lavado? Estas manchas tienen distintos orígenes, no obstante, te contamos algunos trucos caseros fáciles y rápidos para dejar nuevamente tu ropa como nueva.
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Unos de los más grandes misterios de la limpieza del hogar sin lugar a dudas es cuando la ropa blanca, aún estando lavada, planchada y doblada, se pone amarilla cuando la guardamos en nuestro clóset esperando a usarla.
¿Por qué la ropa blanca se torna amarilla?
Esto, de acuerdo con el portal Viviendo en Casa, tiene lugar por varias razones. Una de ellas tiene que ver con que al lavar nuestra ropa blanca no le quitamos el exceso de jabón de forma adecuada y, al secarse, este se oxida, dejando las prendas con un color amarillento. Incluso cuando se les deja mucho tiempo en cloro puede ocurrir esta reacción.
Otra razón por la que la ropa blanca se vuelve amarilla es porque cuando esta se guarda por mucho tiempo y no se le da un uso, ocurren reacciones químicas que cambian el color blanco a un tono amarillo.
Para evitar que tu ropa blanca se siga percudiendo y adquiera ese tono amarillo que la arruina, te compartimos algunos trucos.
Trucos para quitar el color amarillo de la ropa blanca
Lo primero que necesitas saber es que hay diversos productos que seguramente tienes en tu casa que son excelentes para combatir el color amarillo en la ropa blanca. El vinagre blanco, el bicarbonato de sodio, el limón, la lavandina y el agua oxigenada son algunos de los aliados más poderosos para recuperar la blancura de tus prendas.
Todos estos productos los puedes aplicar en la ropa blanca, no obstante, te compartimos un truco fácil y rápido con lejpia o lavandina.
Hogarmanía señala que para quitar las manchas amarillas de la ropa blanca la lejía lavandina o cloro es efectiva. Puedes utilizar este truco tanto si lo haces en lavadora o a mano. Eso sí, procura que se trate de tejidos de algodón, poliéster y nylon.
Lo único que tienes que hacer es introducir las prendas blancas manchadas a la lavadora, agregar la dosis del detergente que habitualmente usas y vierte 100 ml de lejía en el cajetín específico para este producto. Si tu lavadora no cuenta con este cajetín, vierte la dosis de lejía en el cajetín del detergente.
Si lavas a mano, en una cubeta diluye 100 ml de lejía en 10 litros de agua fría. Introduce las prendas a lavar y déjalas en remojo durante 20 minutos. Después, lava las prendas con tu detergente habitual. Así no se perderá la concentración del producto.
Una vez que termina el proceso de lavado, debes enjuagar y explirir adecuadamente tu ropa blanca y tenderla a la sombra para que el sol no la percuda. Con este truco verás que toda tu ropa queda impecable.
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