La esponja de trastes es elemental en cualquier cocina ya que nos permite lavar los trastes de forma efectiva y eliminar toda la suciedad, sin embargo, debido a que guarda humedad fácilmente, es posible que se generen bacterias y hongos peligrosos. Un truco para evitarlo, podría ser echar sal a la esponja de trastes, te decimos por qué.
De acuerdo con un artículo publicado en la BBC, las esponjas para lavar los trastes son un perfecto caldo de cultivo para las bacterias, ya que son húmedas, tibias y suelen tener restos de comida.
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Al respecto, un estudio del Instituto de Microbiología Aplicada de la Universidad Justus Liebeg en Giessen, Alemania, indica que las esponjas en la cocina albergan una diversidad de bacterias mucho mayor de lo que se pensaba.
Los investigadores observaron las esponjas con microscopios y encontraron que un centímetro cúbico de esponja puede albergar una densidad de bacterias similar a la que se encuentra en las heces.
¿Por qué echar sal a la esponja de trastes?
Hervir las esponjas, ponerlas en el microondas o lavarlas con agua y jabón no ayuda a eliminar las bacterias o impedir que sigan creciendo, de hecho, estos métodos pueden hacer que los microorganismos peligrosos se vuelvan resistentes.
Es aquí donde la sal puede ser nuestro aliado, ya que, aunque no se considera un desinfectante como tal, sí tiene propiedades para eliminar una gran cantidad de patógenos. Esto se debe a que, según explica el portal Enséñame de Ciencia, el cloruro de sodio obliga al líquido de las células a “salir” del cuerpo cuando entra en contacto con ellas, lo que se conoce como osmosis.
Por ello, agregar una concentración de sal a la esponja de trastes puede ser la solución contra los patógenos, pero debes hacerlo correctamente, estos son los pasos a seguir:
- Enjuaga bien la esponja de trastes, tratando de eliminar la mayor cantidad de residuos de comida así como de jabón.
- Exprime bien la esponja y deja secar al aire libre para eliminar la mayor cantidad de humedad.
- Coloca en un recipiente una taza de vinagre, junto con una cucharada de sal y agua caliente. Si no tienes vinagre, puedes usar el jugo de dos limones.
- Mezcla bien los ingredientes y una vez que te asegures de que la esponja está completamente seca, debes sumergirla en la solución.
- Deja actuar por al menos 15 a 20 minutos, sumergiendo bien la esponja en la mezcla desinfectante.
- Transcurrido el tiempo, debes sacar la esponja de trastes, exprimir bien y dejar secar sin enjuagar.
- ¡Listo! Tu esponja está lista para usarse y se eliminaron los patógenos peligrosos.
Recomendaciones para cuidar la esponja de trastes
Además de hacer este procedimiento de forma continua para desinfectar la esponja y evitar que crezcan hongos y bacterias, es importante que tengas en cuenta algunas recomendaciones diarias.
- Cambia la esponja de trastes al menos cada 3 meses para evitar que acumule un exceso de bacterias.
- Desinfecta la esponja cada 15 días con una mezcla de sal, vinagre y agua caliente.
- Después de cada lavada, quita todos los restos de comida de la esponja y deja que se seque bien, no la dejes sumergida en agua con jabón.
Recuerda que si no lavas adecuadamente la esponja de trastes, simplemente cubrirás los platos al lavarlos con una "capa de gérmenes". Los expertos advierten que cuando una esponja huele mal, es porque está llena de gérmenes y en ese caso, lo mejor será reemplazarla por una nueva.
(Con información de BBC Mundo, Enséñame de Ciencia)