El Centro de Derechos Reproductivos e Ipas LAC, junto a otras organizaciones de la sociedad civil hacen un llamado urgente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) para que se reconozca el cuidado como derecho humano y su interrelación con el derecho a la autonomía reproductiva y se establezcan obligaciones para que los Estados lo protejan y garanticen.
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¿Qué entendemos por cuidados?
La Mente es Maravillosa describe los cuidados como todas aquellas conductas dirigidas a cubrir necesidades de diversa naturaleza (física, emocional o social de una persona, grupo o de forma individual). Es decír, allá donde hay una vulnerabilidad existen determinados cuidados.
Por ello, en este llamado se incluyen el autocuidado y el cuidado directo de otras personas (como las infancias, personas adultas mayores y personas con discapacidad), hasta el cuidado indirecto, a través de actividades cotidianas como cocinar y limpiar.
Los cuidados, una tarea que históricamente recae en las mujeres
Históricamente las tareas de cuidado han recaído sobre las mujeres, mismas que se han reforzado por los estereotipos de género que presuponen roles asignados a ellas. Esta carga desproporcionada afecta continuamente el goce de sus derechos humanos.
De acuerdo con Ipas México, en todo el mundo las mujeres dedican, en promedio, 3.2 veces más tiempo que los hombres a las tareas de cuidado. En América Latina ellos destinan poco más del 7% de su tiempo, mientras que ellas invierten casi el 20% del día en trabajos de cuidado que no son remunerados y mucho menos reconocidos.
Como consecuencia de esa desigualdad, enfrentamos una crisis de cuidados, dado que cada vez es más difícil que las mujeres se ocupen de los cuidados sin sacrificar su propio desarrollo, autonomía y bienestar.
“Cada año, ocurren 33 millones de embarazos no deseados en el mundo. Cada uno de estos embarazos, es una maternidad impuesta que afecta, entre otros derechos, el derecho a cuidar de las mujeres y personas con capacidad de gestar y el derecho de las infancias a ser cuidadas", mencionó Fernanda Díaz de León, subdirectora de Incidencia en Ipas Latinoamérica y el Caribe.
Por ello, para garantizar el derecho al cuidado y a ser cuidado, la subdirectira comenta que los Estados deben garantizar la autonomía reproductiva mediante el acceso a la educación sexual integral, métodos anticonceptivos adecuados, accesibles y servicios de aborto para quienes desean interrumpir su embarazo.
Para que el derecho a cuidar sea garantizado, es necesario que los Estados proporcionen los medios para que las personas puedan decidir cuidar en condiciones de igualdad. La solicitud de opinión consultiva ante la Corte IDH busca establecer un marco jurídico que reconozca y proteja el derecho al cuidado como parte integral de los derechos humanos, así como su interconexión con la autonomía reproductiva.
El derecho al cuidado surge como un factor crucial para abordar las desigualdades de género y promover el bienestar integral de mujeres y niñas en todo el mundo.
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