DISCAPACIDAD

Sexualidad y salud reproductiva para personas con discapacidad, "el grupo más diverso del mundo"

La sexualidad de las personas con discapacidad suele estar ausente de la discusión diaria, lo que aumenta la ignorancia y los prejuicios que rodean a este y otros grupos humanos, vulnerando sus derechos sexuales y reproductivos

Créditos: Canva/ Cortesía de Roxana Pacheco
Escrito en LÍDERES DE LA SALUD el

La salud sexual y reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social, en que beneficia todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo, funciones y procesos individuales y en pareja.

“La salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia”, detalla el Consejo Nacional de Población (CONAPO).

Pese a que debería ser así, Roxana Pacheco Martínez, presidenta y fundadora de la Fundación para la Inclusión y Desarrollo de Personas con Discapacidad  A.C y el Instituto Mexicano de Sexualidad en la Discapacidad (Imsedis) menciona que la sexualidad no es un piso parejo para todas las personas en México, dado que aquellas que tienen algún tipo de discapacidad cuentan con menos acceso a salud especializada y mucho menos a salud sexual y reproductiva.

“Yo me accidenté en el 2009, hace 15 años. Quedé parapléjica. Me cayó una barda en una construcción y pues al darme cuenta de todos los cambios que había tenido en la sexualidad, en la falta de control de esfínteres, en todas las complicaciones que nosotros tenemos, al buscar ayuda y profesionales de la salud que me pudieran ayudarme me di cuenta de que no existían en México”, detalló Roxana a SuMédico.

A medida que Roxana investigaba sobre la salud para personas con discapacidad, descubrió el gran vacío que había así como los patrones de violencia y vulnerabilidad que se reproducen desde el área de salud a este grupo que describe como “muy diverso”.

La ahora especialista en sexualidad con perspectiva en discapacidad menciona que estaba shockeada cuando supo que nadie podía ayudarla u orientarla, por lo que decidió junto con otras y otros colegas crear el Instituto Mexicano de Sexualidad en la Discapacidad (Imsedis) para generar investigaciones, cursos y capacitación para personal de la salud y para cualquier persona con o sin discapacidad.

“Es muy doloroso vivir con una discapacidad y con todas las complicaciones y que no haya nadie que te pueda orientar".

Foto: Cortesía de Roxana Pacheco 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) al 2020, más de 1,000 millones de personas viven en todo el mundo con algún tipo de discapacidad, aproximadamente el 15 % de la población mundial; de ellas, casi 190 millones tienen dificultades en su funcionamiento y requieren con frecuencia servicios de asistencia.

En México, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, hay 6,179,890 personas con algún tipo de discapacidad, lo que representa 4.9 % de la población total del país. De ellas 53 % son mujeres y 47 % son hombres.

El INEGI cita en primer lugar en México la discapacidad motriz (48%), en segundo la dificultad o nula visión (44%), en tercero la escucha (22%), en cuarto lugar realizar actividades básicas por su cuenta (19%) y recordar o concentrarse en quinto (19%).

El número de personas con discapacidad va en aumento debido al envejecimiento de la población y al incremento de enfermedades crónicas.

Retos y desafíos para las personas con discapacidad en México

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las personas con discapacidad  experimentan significativas desigualdades en materia de salud en comparación con las personas sin discapacidad. “Desde el ámbito de la salud en la atención al paciente, lo que no hay es perspectiva de discapacidad”.

Roxana comenta que la mayoría de las personas con algún tipo de discapacidad vive discriminación en la atención a la salud sexual y reproductiva además de críticas y violencias por parte del personal de salud que se supone deberían brindarles atención adecuada.

“Ni siquiera te quieren dar la atención si no vienes acompañada de otra persona, de ‘un adulto’, como si fuéramos unos niños que no saben qué es la sexualidad o que no tenemos derecho a pedir información sobre ella”.

Señala que tampoco se hace un manejo adecuado del lenguaje, dado que el personal usa términos y conceptos obsoletos como “minusválidos” e “inválidos” para referirse a la población con alguna discapacidad motriz.

(Foto: Pexels)

Así mismo, los hospitales y los centros de salud no son espacios arquitectónicamente accesibles. La falta de rampas o una adecuada planeación para que todas las personas sin excepción accedan a todas las áreas es evidente, señala Roxana. Incluso los estacionamientos para personas con algún tipo de discapacidad son escasos.

“A los servicios tú tienes que llegar como puedas. Muchas veces no entras con tu silla de ruedas a los consultorios porque las entradas son estrechas; las mesas de exploraciones, por ejemplo, están altísimas, no te puedes pasar. A mí me han dado consultas ginecológicas sentada en mi silla. ¿Qué revisión y atención médica es esa?”

La salud es un mundo y la sexualidad desde la discapacidad también

Además de estas complicaciones de movilidad, Roxana asegura que muchos especialistas desconocen las dificultades físicas que atraviesan las personas con discapacidad motriz.

Una de ellas son los cambios y debilitamiento del piso pélvico, consecuencia de las lesiones neurogénicas que presentan algunas personas con discapacidad motriz, que trae consecuencias como los prolapsos (cuando el útero se desliza hacia la vagina porque el suelo pélvico se debilita)  o vaginismo (espasmos musculares del piso pélvico que pueden ser dolorosos y dificultar tener relaciones íntimas, revisiones ginecológicas o colocar tampones o copas menstruales).

Además de esto, Roxana señala que muchos especialistas ignoran algunas consecuencias físicas en las personas con cierta discapacidad al momento de colocar ciertos métodos anticonceptivos, pues muchos no son viables.

“No saben que no puedes consumir estrógenos, no te pueden poner dispositivos intrauterinos de cobre, por ejemplo, porque se te pueden enterrar, encarnar o se te pueden salir, no te puedes dar cuenta por la falta de sensibilidad y luego vienen complicaciones que pudieron evitarse desde un inicio si el especialista hubiera sabido esa información”

(Foto: Pexels)

En el caso de los varones, existen disfunciones eyaculatorias, disfunción eréctil, eyaculación retrógrada, entre otras condiciones que muchas veces “ni siquiera los urólogos son especialistas”, señala Roxana. Así mismo, diversos medicamentos también tienen efectos secundarios en el líbido y en la función eréctil o en la función de la eyaculación.

“A todas, todos y todes nos tratan por igual cuando somos casos totalmente individuales. Somos como una huella digital, cada condición de discapacidad de origen neurológico tiene afectaciones específicas, pero como no tienen perspectiva en discapacidad no saben sobre nuestras necesidades individuales. Hacen falta especialistas para tratar este tipo de problemas de salud sexual y reproductiva”.

Además, las personas con discapacidad intelectual viven más vulneraciones en este ámbito que el resto de las personas en situación de discapacidad, aunque las personas sordas tampoco suelen recibir información en lengua de señas, quedando excluidas de la educación sexual.

Por si fuera poco, las niñas y las mujeres con algún tipo de discapacidad son las que sufren más la atención médica. Roxana señala que muchas de ellas viven violencia sexual o tocamientos inapropiados por el personal médico hasta la esterilización sin su consentimiento, coartando sus derechos sexuales y reproductivos. 

Mitos sobre la salud sexual y reproductiva de las personas con discapacidad

La fundadora del Instituto Mexicano de Sexualidad en la Discapacidad  señala que uno de los principales mitos que existen sobre la sexualidad de las personas con discapacidad es que son personas que no necesitan disfrutar de su sexualidad. Desde su experiencia, existe una enorme infantilización y falta de información por parte de las familias y también por el personal médico.

El Grupo Educativo Interdisciplinario en Sexualidad Humana y Atención a la Discapacidad A.C. (GEISHAD) señala que los derechos sexuales, que incluyen la salud sexual y reproductiva de las personas con discapacidad (PcD), son una dimensión de la vida y del desarrollo personal que el profesional de salud no debe olvidar.

(Foto: Pexels)

Los temas relacionados a la sexualidad de las personas con discapacidad suelen estar ausentes permanentemente de la discusión diaria, lo que aumenta la ignorancia y los prejuicios que rodean a este y otros grupos humanos, vulnerando sus derechos.

“Muchas personas piensan que somos angelitos que no tienen deseo sexual, que no sentimos y que no necesitamos tener intimidad con nadie porque ‘¿para qué?’. Así de absurdas son las respuestas de la gente y el personal médico”, señala Roxana.

Aunque las personas con discapacidad  son seres sexuales, al igual que el resto de las personas, estas enfrentan mayores barreras para vivir su sexualidad, incluida la falta de educación sexual. En específico, las personas con discapacidad intelectual viven más vulneraciones en este ámbito que el resto de las personas en situación de discapacidad.

Por si fuera poco, las personas con discapacidad que intentan ejercer su derecho a la sexualidad también viven otro tipo de discriminaciones, dado que son atravesadas por la raza, género, orientación sexual, identidad de género, edad, estado socioeconómico, educación, entre otras.

“Nosotras las personas con discapacidad somos el colectivo más heterogéneo y diverso que existe en el planeta, el más complejo porque a nosotras nos atraviesan todas las intersecciones. Tú puedes ser una persona con discapacidad que puede ser indígena del colectivo LGBT y además de la tercera edad. Tú vas a vivir la vida y la sexualidad desde todos estos puntos”.

(Foto: Pexels)

Un espacio donde quepan todas las personas con discapacidad

Roxana Pacheco detalla que con el fin de atender todas las necesidades sexuales de las personas con algún tipo de discapacidad, el Imsedis entra en acción. A través de él se realizan charlas de sexualidad dentro y fuera de la Ciudad de México para que otras poblaciones descentralizadas conecten con esta información y el personal médico alcance a comprender la relevancia de la perspectiva en discapacidad y aplicarla.

“Damos talleres junto con otras organizaciones a diversas poblaciones y también a estudiantes en áreas de salud para hacerles conciencia de todos estos temas más a profundidad porque en las escuelas no hay perspectiva en discapacidad”.

El Imsedis también brinda información sexual desde la perspectiva de género y LGBTTTIQ+, pues las personas con discapacidad, como mencionaba Roxana Pacheco, son atravesadas por diversas intersecciones que incluyen a diversos grupos.

No obstante, Roxana busca dar el siguiente paso, por lo que ella, junto con otras organizaciones e instituciones buscan diseñar protocolos que integren estrategias en materia de salud pública para personas con discapacidad que reconozcan sus derechos sexuales y reproductivos así como para prevenir, denunciar y acompañar las posibles violencias que viven.

(Foto: Cortesía de Roxana Pacheco)

En caso de querer saber más sobre este espacio puedes consultar su página oficial y redes sociales. 


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