CEGUERA

"El futbol no se ve, se siente", Sergio Adrián, jugador con ceguera

El futbol para personas con ceguera se juega desde hace más de 50 años en el mundo, pero en México es una disciplina joven en la que sólo hay 12 equipos que juegan de manera profesional

Créditos: Natalia Escobar
Escrito en VIDA SANA el

Eduardo Esquivel siguió la voz que le indicó: “ábrete a la derecha”, así libró la barrera de tres jugadores, pateó el balón y logró romper el silencio del público para escuchar al unísono el grito de “goool”. Su hazaña no la vio, al igual que los siete tiros a gol que tuvo en aquel partido. “Las personas ciegas nunca nos imaginamos que podemos jugar futbol, el deporte que es más querido y practicado en el país”, menciona Lalo, como le dicen de cariño sus amigos y familiares.

Una voz femenina grita: “poste derecho, centro y poste izquierdo”, los gritos se acompañan de un golpeteo con un tubo en las zonas referidas de la portería, al no ver el arco la única referencia de Lalo es la voz, una vez que toca el balón se concentra en recordar hacía donde escuchó a su guía y sin titubear patea el cuero redondeado de casi medio kilo de peso y nuevamente el público grita: “goool”, así recuerda el segundo gol que anotó en lo que va de su carrera como futbolista con ceguera.

Sentir el entrenamiento 

Sergio Adrian Morales cada vez que va a entrenar a alguien que es nuevo en el futbol adaptado menciona su mantra de vida: “el futbol no se ve, se siente”, frase que adoptó en la cancha luego de perder totalmente la vista. Cuando el jugador con ceguera va entrenar a alguien por primera vez pide que te cubras los ojos con un antifaz, que logra que la visión quede totalmente obstruida, luego te lleva a que reconozcas el espacio del juego, en este punto se debe confiar en el hombro de Adrian para que sea la guía y caminar alrededor de la cancha tocando las paredes y ubicando la portería.

Para las personas que pueden ver el ponerse el antifaz los coloca en una sensación de vulnerabilidad e incertidumbre al no ubicarse espacialmente por el sentido de la vista, sino por el tacto y el sonido; así es como juegan los futbolista con ceguera, que sin usar un bastón o perro guía corren y conducen el balón entre sus pies escuchando su trayectoria.

“La conducción del balón en el futbol para ciegos es muy importante, se llama de campana o de croqueta, hay que llevar el balón lo más pegado entre los pies y pasarlo de un pie a otro para escuchar su sonido”, explica Adrian mientras domina la balón sonoro y agrega: “hay que dimensionar la cancha, escuchar al balón, escuchar a tus compañeros, las instrucciones del entrenador y al guía de arco, yo creo que para adaptarse bien es mínimo un año, al principio yo entrenaba todos los días y logré dominar el balón cómo en seis meses”.

Sergio Andrian Morales lleva 10 años jugando futbol adaptado, ahora es entrenador en un programa que se promueve en Iztapalapa, en la Utopía de Santa Cruz Meyehualco (Unidades de Transformación y Organización para la Inclusión y la Armonía Social), “yo entreno tanto a personas ciegas cómo a videntes, les enseñó a pensar como ciegos y a jugar sin ver, practicamos los martes y jueves de 9 de la mañana a 12:00 del día” explica el seleccionado nacional.

Las adaptaciones para jugar futbol

Al balón sonoro se le colocan en seis cámaras con balines para que al momento de rodar por la cancha emita un sonido similar a una sonaja y éste sea la guía para las personas con ceguera, al tener varias capas de cuero es más pesado que un balón normal, pesa 500 gramos o más. “Duele al patearlo al ser más pesado, pero el sonido del balón es nuestra guía”, así describe Eduardo al balón sonoro. 

“Este balón pesa 510 gramos, tiene seis dispositivos sonoros para que suene como una sonaja, se le coloca felpa para lograr el bote muerto”, explica Adrian mientras mueve entre sus manos un balón de procedencia española.

El balón sonoro sustituyó a las latas o balones envueltos en bolsas de plástico que antes utilizaban las personas con ceguera para jugar futbol, fue una creación del jugador brasileño João Ferreira, hace más de 50 años pero apenas hace 30 años empezó a cobrar popularidad. 

La cancha de un partido de futbol para personas con ceguera es del tamaño de una de futbol cinco (la Federación Internacional de Fútbol Asociación establece un mínimo de 18m x 38m y un máximo de 25m x 42m), de pasto sintético y está bardeaba a su alrededor con madera o acrílico con una inclinación hacia afuera de 10 grados, que permite ser una barrera para que el balón choque y que los jugadores puedan encontrarlo.

En el futbol adaptado para personas con ceguera no existe el saque de banda, pero si hay mucho contacto físico, a los asistentes se les pide estar en silencio para que el sonido del balón sonoro predomine en la cancha, así como la voz de los jugadores, del guía de arco y del entrenador. Ocho jugadores de los 12 que se enfrentan en la cancha, son personas con ceguera o baja visión, dos integrantes por cada equipo no están en las mismas condiciones, debido a que pueden ver las jugadas, en su caso la vista les sirve para atajar goles y para ser guía de arco.

Respecto a los lugares en los que las personas con ceguera pueden jugar futbol, Eduardo señala que “no hay accesibilidad en las canchas, no están adaptadas para que nosotros podamos jugar”.

La igualdad de condiciones entre los jugadores es un asunto primordial en este juego y quienes tienen ceguera parcial, baja visión o ven sombras, se les coloca un parche en los ojos y a todos un antifaz. Eduardo pensaba que al tener baja visión en el ojo derecho iba a ser un “Cristiano Ronaldo”, pero al experimentar la ceguera total en la cancha aprendió a sentir cada jugada y a poner particular atención en los sonidos, pues a su criterio es la principal guía para lograr un gol.

Los Cocodrilos de Veracruz

Eduardo Esquivel nació con glaucoma congénito y a los 10 años perdió totalmente la vista del ojo izquierdo, antes de la discapacidad jugaba futbol, pero a los 13 años un golpe en el juego dañó la visión del ojo derecho y por instrucción de su médico le prohibieron jugar. Cuando tenía 21 años llegó a la Ciudad de México, el objetivo fue estudiar música, pero una tarde escribió en redes sociales las palabras “futbol para ciegos” y encontró un equipo en el Estado de México y otro en Puebla.

La baja visión de Lalo no impide su dominio del balón. Empezó a jugar futbol adaptado para personas con ceguera con los “Los Aztecas”, equipo con el que fue a los Paranacionales en el 2021, el mismo que ahora lleva el nombre del “América”, este es el único  patrocinado por un equipo de la liga MX.

“Imagínate que chido sería que los equipos de ciegos fueran apoyados por los que están en primera división. El América es uno de los dos que tienen su propia cancha y todas las condiciones para entrenar”, comparte Lalo.

Hace un año Eduardo fundó el equipo de los Cocodrilos de Veracruz, se identifica con este reptil debido a que su visión es al menos seis veces menor que la de un humano, pero tienen una línea fóvea (en la retina) que hace que se puedan adaptar a su entorno. La capacidad de adaptación al deporte más jugado en México es una característica de los Cocodrilos que esperan juntar los jugadores necesarios para poder asistir cómo representantes de su Estado a los juegos Para Nacionales 2024.

“He buscado en Xalapa, pero no cumplen con la edad o sus familiares no los dejan jugar, pues les da temor que sus hijos se lastimen jugando. Yo les digo que no pasa nada, al contrario aprendes a sentir el juego, a dominar la ubicación del espacio sin usar bastón y pones alerta a tus oídos”, menciona Lalo, tras hacer énfasis en que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hay 11,000 personas con ceguera o baja visión en Xalapa.

Hasta el 2022, la Sociedad Mexicana de Oftalmología calculaba que en México hay 415,800 ciegos y Inegi estima 2.7 millones las personas que tienen una “discapacidad visual imposible de solucionar usando lentes”.

Los equipos y la falta de apoyos

En México hay 12 equipos de personas con ceguera que juegan de manera profesional y dos se están conformando en Chiapas y Guanajuato. Eduardo asegura que una limitante es que no hay apoyos económicos por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) del apartado del Comité Paralímpico y de la misma Federación Mexicana para ciegos, aunque advierte que la Federación poco o nada puede hacer si no hay recursos gubernamentales.

Los equipos profesionales para personas con ceguera o baja visión son:

  • Cocodrilos F.C - Veracruz
  • Topos F.C - Puebla
  • Club América - Ciudad de México
  • Búhos F.C - San Luis Potosí 
  • Lobos F.C - Edo Mex
  • Toros F.C - Tlaxcala
  • Leones F.C - Jalisco
  • Murciélagos Laguna - Coahuila
  • Nuevo León - Nuevo León
  • Tuzos de Plata - Hidalgo
  • Guerreros F.C - Aguas Calientes
  • Soles - Baja California

Un partido dura 50 minutos y se divide en: 20 minutos el primer tiempo, 10 minutos de descanso y 20 minutos el segundo tiempo Los Búhos de San Luis es el equipo más longevo, tienen 13 años y en el 2022 organizaron un torneo con recursos propios y buscando patrocinadores privados, al evento asistieron nueve equipos nacionales y tres internacionales de Perú, Colombia y Costa Rica, “este torneo fue mil veces mejor de los que organiza CONADE, este tipo de eventos se necesitan para fortalecer a los equipos mexicanos”, menciona Eduardo

El discurso en la cancha 

“Aquí estoy acompañándote” o un “aquí me tienes” es el equivalente a la planeación de un pase del balón que culmina con el nombre del jugador. Escuchar la trayectoria del balón es fundamental, debido a que los pases no siempre llegan a los pies de los futbolistas.

Lalo así recuerda uno de los juegos de “Los Cocodrilos”: “Jerry tienes de lado derecho a Lalo, ¡acércate!”. A lo que responde el jugador: “aquí me tienes”, tras ese intercambio de palabras es momento de poner meticulosa atención a todos los sonidos para seguir el que se percibe cómo una sonaja, el pase del balón no llegó directo a los pies, pegó con la barda de la cancha, pero gracias al sonido del balón el jugador va a buscar la pelota.

“En el fútbol para personas con ceguera o baja visión se ponen más en juego, debes contar con fuerza y resistencia, al ser una cancha pequeña la velocidad es otro factor a favor para desempeñar una buena jugada, para sentirla aunque no la veas”, explica Eduardo.

“Háblense y recuerden decir voy, por la derecha o izquierda, según sea el caso”; es el consejo que de manera repetitiva Adrian les menciona a los jóvenes que entrenan para jugar futbol sin verlo.

Así se siente el futbol

Aprender a sentir el balón así como las jugadas en la cancha es la manera en como Adrian describe al futbol para personas con ceguera, pero reconoce que aún existe mucho desconocimiento al respecto. “Me tocó lidiar con personas que se reían, que no me creían  que pensaban que los jugadores van con bastón, con perros guía o gateando, yo les digo que nos vean jugar para que entiendan que si nosotros podemos ellos con más razón”, menciona el entrenador. 

Adrian y Eduardo comparten el mismo diagnóstico médico, ambos tienen glaucoma, el entrenador a los 10 años perdió la vista del ojo derecho y a los 22 del ojo izquierdo debido a un desprendimiento de retina.

“Cuando perdí la vista pensé que todo había  acabado, pero cuando conocí el deporte adaptado volví a vivir”, recuerda Sergio.

En la Utopía donde Adrian da clases los entrenamientos son gratuitos y para todas las edades, el entrenador recuerda cómo se dió cuenta que su vocación es enseñar: “en un empleo temporal entrené a niños con Síndrome de Down y autismo, eso me motivó mucho, que yo con ceguera pudiera lograr que niños con otra discapacidad pudieran jugar futbol, fue cuando dije si puedo hacerlo”, explica Andrian.

Como seleccionado de futbol para personas con ceguera ha jugado en Córdoba, Argentina, e Inglaterra y en la cancha ha compartido el juego con futbolistas de renombre en México y otros países. Adrian considera que aún tiene mucho que aprender y enseñar, aunque ahora es una persona más desconfiada pues afirma que ha tenido experiencias donde sólo lucran las y los jugadores con ceguera y no les pagan lo justo.

“Siento que tengo una buena condición, muchas ganas de seguir enseñando y de vivir de lo que más me gusta que es el futbol”, menciona Adrian, que con Lalo comparte que es sumamente satisfactorio meterle un gol a un portero que sí puede ver. “Le pegas con tanta fuerza que aunque se aviente el portero no la va sacar, es una gran satisfacción y bueno somos como niños jugando y disfrutando del futbol”, menciona Adrian.

“La discapacidad está en la mente, hay que esforzarnos por lo que queremos y nunca dejar de perseguir nuestros sueños, yo soñaba con seguir jugando y estar en una selección nacional y lo logré”, concluye Adrian.

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