Criar, educar y cuidar a un infante es una experiencia única. Cada día existen diversos aprendizajes, retos, tropiezos, frustraciones y alegrías. No solamente vamos conociendo sobre la maternidad y la paternidad, también vamos conociendo aquellos detalles que han único a nuestra hija o hijo. Conforme estas convivencias pasan, también podemos notar ciertos rasgos que nos causan curiosidad o risa, como ver su capacidad de liderazgo o ser mandones.
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Dentro la cultura que hemos aprendido con familiares, seres queridos e incluso película, notamos que quien manda en un hogar es la madre o el padre. Es la persona capacitada para tomar decisiones que involucran el bienestar de las y los integrantes. Con ello, las y los niños son quienes deben respetar y seguir esas indicaciones. Sin embargo, cuando nos encontramos con una convivencia entre menores, nos podemos dar cuenta que los roles pueden cambiar.
¿Por qué los niños son mandones? ¿Es bueno o malo para su desarrollo? ¿Cómo podemos actuar ante estas actitudes? ¿Qué consejos nos funcionan? Continúa leyendo esta nota para conocer las respuestas que probablemente necesitas en tu vida. Antes de iniciar, recuerda dejar fuera los estigmas y hacer lo posible para formar una relación saludable con tu hijo. Incluyendo ceder o negociar de vez en cuando.
¿Qué hacer con un niño mandón?
De acuerdo con Educar es todo, llega un momento en la vida de nuestros hijos que quieren imponer continuamente su criterio, pues no paran de decirnos que quieren vestirse como ellos quieran, jugar a la hora que decidan e incluso tomar las comidas que más gustan a pesar de no ser la mejor elección. Como personas adultas, esas actitudes nos hacen sentir enfadados y retados continuamente por nuestros propios hijos.
El portal informa que desde que nacemos hacemos lo que alguien nos dice porque existe la creencia que niñas y niños no deben decidir. Madres y padres tienen miedo a perder autoridad si les ofrecemos nuestra confianza y dejamos opinar sobre sus cosas. Estas negativas a satisfacer necesidades tan urgentes para la niña o el niño podrían llevarle a percibir algunas situaciones como demasiado agobiantes.
Sólo Hijos explica que durante la primera infancia es normal y frecuente que a niñas y niños les guste mandar. Lo más importante durante estas edades es evitar una serie de actitudes que podrían convertir este tipo de mando en una característica de su futuro carácter. Aunque estas actitudes pueden causar risa, el punto evitar que reproduzca el comportamiento. Algunas actividades que pueden realizarse para evitarlo son:
- No demostrarle que su comportamiento nos hace gracia o nos parece divertido
- Si tu hijo pide las cosas de forma incorrecta, evita cumplir lo que te pide
- Si da órdenes a sus amigos, no avergonzarle, sino explicarle por qué está comportándose incorrectamente
- Reconocer los momentos en que tu hijo no impone sus deseos y hace las peticiones de manera correcta
- Predica con el ejemplo de pedir las cosas correctamente
- Enséñale a través de cuentos o comentarios el valor del respeto hacia los demás y sus opiniones
Eresmamá destaca que tanto en el entorno familiar, como en amistades, es importante que la niña o el niño aprenda a negociar. Establecer acuerdos es una forma sensata de relacionarse. Dichos consejos evitarán que mandar se convierta en un problema dentro del futuro, pues es un riesgo criar a una persona sin empatía y sin conciencia.
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