Con la temporada de gripe y enfermedades respiratorias a la vuelta de la esquina, los especialistas aseguran que es ideal que los padres y cuidadores estén preparados para cualquier posible cambio en la salud de los más pequeños del hogar, para poder evitar daños más graves.
La fiebre es uno de los síntomas más comunes durante estas temporadas, pero ¿qué debes hacer si tu hijo tiene fiebre? Una experta de Mayo Clinic brinda recomendaciones para que sepas qué hacer en caso de que tu niño tenga una temperatura elevada.
Te podría interesar
Lo primero, dicen especialistas, es verificar el estado general del niño y no solo evaluar su temperatura corporal, pues hay otros síntomas que indicarían un padecimiento más grave, como la dificultad para respirar o el no tomar líquidos.
¿Por qué un niño tiene fiebre?
Nemours Kids Health explica que la fiebre ocurre cuando un niño (o una persona adulta) tiene una temperatura corporal mayor a 38°C. Y aunque se le suele dar una etiqueta negativa, la realidad es que no siempre se trata de algo malo.
La fiebre puede ser considerada una especie de ayuda al sistema inmunitario, por lo que usualmente suele interpretarse como una señal de que el cuerpo está combatiendo una infección (viral o bacteriana). Sin embargo, esta no es la única causa.
Según indican el Manual MSD y Nemours Kids Health, es posible que los niños y bebés tengan fiebre (o una temperatura alta) por diferentes razones:
- Gripe o resfriado, u otras infecciones respiratorias por virus.
- Infección del tubo digestivo (gastroenteritis) por virus).
- Infecciones causadas por bacterias en el oído (otitis media), los senos paranasales, los pulmones (neumonía) y vías urinarias.
- Exceso de ropa, principalmente en recién nacidos, pues no pueden regular su temperatura corporal.
- Vacunas.
- Lesiones.
- Inflamación.
7 recomendaciones si un bebé o niño tiene fiebre
El Manual MSD indica que la fiebre no siempre requiere tratamiento en niños sanos (sin enfermedades), y la doctora Tina Ardon, especialista en medicina familiar de Mayo Clinic, explica que la fiebre en sí misma no es un problema grave que necesite ser tratado en la mayoría de los niños.
El principal problema de la fiebre, dice, está en las molestias que pueden presentarse en el niño que tiene fiebre, y que podría causar irritabilidad, desinterés, pérdida de apetito y problemas del sueño en niños y bebés. Aunque, aclara, es importante mantenerse alerta por cualquier posible cambio o señal que indique gravedad.
La Dra. Ardon indica que si tu niño tiene fiebre, sigas estas 7 recomendaciones, que te ayudarán a cuidarlo de la manera más adecuada, aligerando su malestar y evitando complicaciones de gravedad:
- Siempre presta atención a otros síntomas (tos, vómito, rechazo a tomar agua).
- Usa un trapo frío en su frente para hacerlos sentir mejor.
- Vigila la duración de la fiebre.
- En ocasiones un baño tibio puede ayudar.
- Ten a la mano el peso más reciente de tu hijo.
- Llama o acude al pediatra o médico familiar para que puedan administrar una dosis adecuada de medicamentos contra la fiebre.
- Si tienes preguntas, consulta con un pediatra o médico especialista en medicina familiar.
¿Cuándo debes acudir al médico?
Si bien hemos mencionado que la fiebre en sí misma podría no ser algo negativo, la especialista y otros expertos afirman que habrán casos en los que si el niño o bebé tiene fiebre, es sumamente necesario acudir con un médico para evitar complicaciones incluso mortales.
Si un bebé o niño tiene fiebre, considera estas 7 señales, las cuales indicarían que debe recibir atención médica cuanto antes, ya que su salud y su vida podrían estar en riesgo, principalmente en los más pequeños:
- Tiene menos de 3 meses y presenta fiebre (aunque no sea muy elevada).
- La fiebre ha durado 3 días y no ha mejorado, incluso si es un niño de mayor edad.
- Niños con enfermedades pulmonares, de corazón o cerebro.
- Hay otros síntomas como tos, dificultad para respirar, vómitos, confusión, apatía o letargo, mala apariencia, dolor de cabeza, rigidez de la nuca.
- Fiebre mayor a 39°C en niños de entre 3 meses y 3 años.
- Llanto continuo e inconsolable en un bebé o niño pequeño.
- Presencia de pequeños puntos rojizos en la piel (petequias) o manchas de color rojizo púrpura.
"Querré ver a ese niño con fiebre que no bebe tanto, tal vez tenga un síntoma que le preocupa más, como tos o vómitos, para asegurarme de que no estemos lidiando con algo más grave.", comentó la doctora Tina Ardon.
(Con información de: Mayo Clinic, Nemours Kids Health, Manual MSD.)